Año Bisiesto

Episodio 21: Información

Reed.

Regresé mi mirada a la pintura que tenía en frente.

Seguí caminando por el lugar y me detuve en otra, la observé con detenimiento y sonreí cuando fui capaz de comprender de dónde se había inspirado para plasmar ese paisaje.

—Varias personas han ofertado por esa pintura —comentó la rubia poniéndose a mi lado.

—Daré un millón por ella —declaré sin prestarle atención a la mujer a mi lado.

La rubia tosió y se aclaró la garganta, tratando de disimular su asombro.

—Si lo haces para ganarte a Darcy, pierdes tu tiempo —manifestó la rubia.

Contemplé el cuadro, esa pintura era la confirmación de que Darcy, tampoco me había olvidado. No era que tuviera dudas, pero era mejor ir por lo seguro.

—No necesito ganarme algo que, ya me pertenece —afirmé y me giré para ver a la rubia—. ¿Debo pagarla en efectivo o puedo hacer una transferencia?

—Transferencia, aunque, espero que te alcance —murmuró la mujer en tono de burla.

—¿Seguimos hablando de dinero? —cuestioné detallando más a la rubia.

Era extraño, ayer sentí que, de alguna forma, me estaba coqueteando, pero hoy su actitud había cambiado.

—Por supuesto, de lo otro, no me preocupo. Sé que, no tienes oportunidad.

—Pareces muy segura. ¿Cómo lo sabes? —indagué arrugando la frente.

—Digamos que, no eres su tipo.

—¿Cuál es su tipo? —pregunté evaluando su expresión.

La rubia sonrió como si realmente, estuviera segura de lo que decía.

—Pues, entre tú y yo. —La rubia se acercó y me susurró—. Yo estoy más cerca de lo que ella busca.

Fue mi turno de sonreír, entonces ella no estaba cuidando de Darcy, ella estaba celosa de mi presencia.

—Vaya, ¿eso lo dices porque no la has visto con ningún hombre?

—Por eso, y porque vive con Iriel, aunque, sé que no son parejas, sino buenas amigas, lo que…

—No me interesa —la interrumpí, ya tenía toda la información que necesitaba—. Envuelve mi pintura, la quiero colgar en mi nueva casa.

La rubia apretó los dientes, pero asintió.

Levantó la mano y otra chica se acercó a nosotros.

—Llévalo a la oficina de cobro y explícale el procedimiento de retiro. Algo me dice que, es su primera vez en un sitio como este.

—Sí, Alba. —La muchacha me miró y con amabilidad dijo—: Por favor, sígame.

—Seguro.

En este punto había muchas preguntas a las que pronto esperaba darles respuestas.

¿Por qué Iriel y Darcy vivían juntas?

La última vez que supe de ella fue por mi hermana, me contó que, habían terminado y no quería verla jamás.

Mila parecía estar realmente sufriendo y no la presioné en contarme qué había pasado, pero ahora. Me daba intriga saber por qué Darcy e Iriel, nos habían roto el corazón a los Cash, justo en el mismo momento.

Entré a la oficina con la chica.

—Señor Cash, el cuadro es suyo, aunque, debe quedarse en la galería hasta que, termine la exhibición. —La muchacha me tendió una hoja—. El pago sí debe hacerlo lo antes posible…

Levanté el dedo silenciando sus palabras, cuando mi teléfono comenzó a sonar.

—Mañana vendré personalmente a realizarle el pago, por ahora, solo me iré.

—Feliz noche, señor Cash.

Salí de la oficina, me pareció que, comprar una pintura no era cosa del otro mundo.

Atendí la llamada de mi madre cuando salí de la galería.

—¿Me dirás por qué sigues en Detroit? —preguntó mi madre a modo de saludo.

—Es una ciudad muy linda, de hecho, buscaré un departamento aquí.

Déjate de juegos, tienes que volver —exigió mi madre.

Sonreí, ella siempre deseaba controlar cada segundo de mi vida y perdía la cabeza cuando ignoraba sus órdenes.

—Mamá encontré a Darcy —confesé con felicidad.

De todo el mundo, ella me vio sufriendo por la partida de Darcy, estuvo a mi lado cuando trataba de contactarla y no podía.

Hijo, eso es… —La línea se quedó en silencio unos segundos—. ¡Guao! No lo sé. Es raro. ¿No me digas que eso es lo que haces en Detroit?

Subí a mi auto, ella no parecía feliz, aunque, no la juzgaba, ella no soportaba a Darcy, y que me rompiera el corazón fue la excusa perfecta para odiarla por completo.

—Sí, hoy fue su debut como artista y siento que, le fue bien.

—Reed debo confesarte algo —dijo mi madre más calmada.

—Habla mamá —pedí perdiendo la paciencia.

Antes de dejarte Darcy vino a mí y me pidió dinero…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.