Con los ojos del alma [serie Arévalo #2]

Capítulo 16

Me sentía triste y feliz, ambas emociones me embargaban.

Podía tener nuevamente la dicha de volver a ver, pero para lograrlo mi amigo Antonio tenía que morir.

- ¿Sébastien? - escuché a mi padre acercarse - me tenías preocupado, no dijiste que ibas a salir.

Cerré los ojos, no iba a revelar aún mi posibilidad de recuperar la vista, no era locura sólo quería probar a los que decían amarme, mi padre sé que me amaba pero si le decía sé que en su euforia se lo diría a Salomón y para mi desconcierto mi hermano había cambiado, discutimos por algo sin importancia pero algo me decía que su cambió era por otra cosa, no conocía que era y no podía negar que extrañaba al buen hombre que él fue, iba a averiguar que había hecho cambiar tanto a mi hermano, porque ante nosotros ahora era un total desconocido.

- necesitaba salir padre - me apoyé en el bastón que odie tanto los primeros días pero que se había vuelto mi ayuda.

- Lena... - me puse alerta al escuchar la preocupación en los labios de mi padre.

-¿qué pasa con ella?

- está preparando su maleta, se va a marchar - esas simples palabras me dolieron, no podía dejarla ir, no después que Antonio me hizo analizar la situación.

- llévame a su habitación.

- no creo sea lo correcto.

- padre me ayudas o como sea daré con su cuarto, no me importa arrastrarme.

Mi padre se quedó en silencio como analizando la situación.

- ¿hay algo que deba saber? - negué con la cabeza, aún no estaba preparado para averiguar que sentía por Lena, primero tenía que definir mi relación con Natalie....solo tenía que esperarla, aunque mi subconsciente me hacía la misma pregunta, ¿y si no despierta?

- nada, sólo no dejaré que se lleve a mi sobrino - mis palabras sonaron tan falsas que estoy seguro que mi padre no las creyó, no la quería dejar ir pero era por mí.

- vamos - tomó mi mano y la puso en su hombro.

Mi padre, era un gran hombre quien había renunciado a su vida prácticamente para ser mis ojos, comenzó a subir los escalones

El recorrido lo hicimos en silencio, tenía que retenerla, aunque la manera que encontré no sería del agrado de Lena.

- Lena - mi padre tocaba su puerta, por mi lado deseaba tirarla pero no era manera, me haría ver cómo un total cavernícola.

Escuché que abrió la puerta y su silencio me preocupó, ella era una mujer que no se callaba.

Mi padre se movió y entramos en un silencio incómodo.

- Don Víctor... -su voz era ronca, supe que estuvo llorando, la interrumpí no dejaría que me hiciera a un lado para conversar con mi padre.

- papá déjame sólo con Lena - mi padre tomó mi mano y me guió hacia la silla más cercana que había en el cuarto de Lena.

- Don Víctor...- ella lo llamó con angustia en su voz, era increíble como las entonaciones en la voz nos decía mucho del estado de ánimo de la persona.

Escuché la puerta cerrarse y los pasos continuos de Lena, era obvio que caminaba de un lado hacia otro.

- siéntate - la oí detenerse y como exhalo expulsando el aire retenido.

- ¿Qué quieres Sébastien?, si no lo sabes estoy arreglando mi maleta para marcharme de tu casa.

-¿eres así de irresponsable Lena?- extendí mis piernas.

- no entiendo Sébastien.

- firmaste un contrato de trabajo Lena, por un año - sonreí - esperó hallas leído la letra pequeña, si no lo hiciste revisa tu copia, ahí está estipulado que se incumples el contrato puedo demandarte y créeme que será por una cuantiosa suma.

-no te atreverías - sonreí, claro que no lo haría pero era algo que no le diría.

- claro que sí, es mi reputación la que está en juego - me encogí de hombros, trataba de hacerle creer que todo lo que estaba diciendo era verdadero.

- Sébastien, no puedes hacer eso.

- puedo Lena y lo haré, no puedo perder más tiempo con el libro, ya no quiero discutir el tema, desempaca o prepara el cheque porque no dudaré en demandarte.

Silencio pero sabía cuál sería la respuesta.

- está bien, tú ganas Sébastien está vez, ese contrato más de un error debe tener y lo consultaré con un abogado- suspiró derrotada.

Me encogí de hombros, no iba a encontrar nada, fue elaborado meticulosamente.

- ¿Piensas casarte con Salomón? - traté de sonar lo más casual.

- no le negaré su derecho cómo padre del bebé pero no me casaré con él.

Creo que era mal hermano por sentirme aliviado, me sentía feliz porque ella no formaría una familia con mi hermano, suspiré, llamé a mi padre porque sabía que estaba en el pasillo esperándome.

-padre... - me pasé la mano por el cabello.

Sentí alivio cuando se abrió la puerta.

- Lena, veo te quedas.

- no tengo más remedio, no tengo como pagar la demanda por incumplimiento de contrato laboral.

- entiendo Lena, pero me alegra saber que no te llevas a mi nieto.

Me puse de pie al sentir la mano de papá, ayudándome a levantarme, desconocía como Lena había ordenado su habitación, no podía hacer una salida dramática después de pedirle...creo que la palabra sería exigirle que se quedará, podía tropezar y dar de bruces contra el suelo.

Salimos en silencio de su habitación pero conocía al viejo y sabía que no esperaría para meter su nariz

-¿demanda laboral?- me encogí de hombros - nunca hemos empleado ese método y no creo que comenzaremos a hacerlo con Lena, es la madre de mi nieto.

- lo acabas de decir padre, es la madre de tu nieto, y creo no te gustaría vivir con la angustia de saber donde está porque estoy seguro que al salir de esta casa, ella borraría todo rastro de su paradero.

- tienes razón pero Lena tenía una cara de furia por obligarla a quedarse.

- no importa padre si pasa días con malhumor, aquí lo que importa es que ella y el bebé se quedan.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.