El Acuerdo

Capítulo 6

—Lex —abre los ojos rápidamente, ella tiene los ojos entre abiertos —¿Realmente eres tú?

Él se incorpora.

—No hables —se pone de pie y busca un poco de agua, se acerca para incorporarla un poco y beba un poco de agua.

—¿Lex? —pregunta en su susurró.

—Estoy aquí —la recuesta con cuidado, se va a volver a sentar, pero ella a sujetado su brazo —Te prometo que las veces que despiertes estaré aquí.

Ella aún tenía fiebre, las lágrimas rodaban por sus mejillas.

—No quiero despertar y saber que estas muerto, te he buscado por todas partes —susurra en medio del llanto —No quiero quedarme sola.

Él espera que caiga en el sueño profundo para sentarse nuevamente, su secretario entra sin hacer ruido.

—He traído todo lo que me ha pedido para firma, esta tarde tiene reunión...

—Cancelalas.

—Señor Wells ¿Está seguro? es el Señor Harrison... —calla ante la mirada fría de él.

—Mi esposa está enferma por tu culpa —el secretario sujeta con fuerza los documentos —Me ha buscado en hospitales y al parecer la morgue en medio de su delirio me pide no estar muerto, todo lo que la señora Wells está pasando es por ¡tu culpa!

El hombre baja la cabeza.

—Perdóneme Señor Wells, prometo ser más cuidadoso...

—Solo espero que Danielle despierte y este bien para despedirte.

El hombre no dijo nada, prefirió marcharse, Lex estaba de mal humor desde que llegaron, había sido el único error que había cometido desde que trabajaba para el señor, pero fue el peor, al parecer le importaba el bienestar de la nueva señora Wells.

*****

Han pasado tres días desde que Danielle estaba internada, despertaba por ratos, pero estaba bajo efectos de la enfermedad.

Al abrir los ojos se sentía mejor, ya no le dolía la garganta, no sentía que la cabeza le dolía, sus ojos se enfocan en el techo blanco, en su nueva casa el techo no era de ese color, frunce el ceño al recordar que no ha encontrado a Lex, debe buscarlo, trata de incorporararse.

—¿Qué haces?

—Debo encontrar a mi esposo...—calla y gira la cabeza hacia el lugar de donde viene la voz... era la de Lex —¡Lex! —él la observa, realmente se ha alegrado de verlo —¡Estás vivo! —su voz se quiebra, él rápidamente se pone de pie.

—Lamento por lo que has pasado —se sienta en la cama, su enorme mano aparta un mechón de cabello y lo coloca detrás de su oreja —Fue un descuido, el cual no volverá a pasar.

—¿Dónde estamos? —se da cuenta que es una habitación privada de un hospital —No tenemos para pagarlo, ya me siento bien, podemos irnos. Lex he estado pensando, deseo trabajar. 

—¿Trabajar? —ella asiente.

—Por la casa, hay una pastelería, la señora Fany me ha dicho que buscan a una ayudante de cocina...

—¿Quién es la Señora Fany? —Lex esta confundido.

—Vive en el piso 3, las veces que voy a lavar la ropa en los lavaderos comunes, coincido con ella.

—¿Lavaderos? —ella asiente.

—Si.

Lex se pone de pie, dandole la espalda, la situación se ha salido de control, su anterior amante tenía un departamento bien equipado, no le faltaba nada y estaba seguro que en su vida había lavado algo, no podía imaginar a Danielle tallando la ropa en lo áspero de los lavaderos.

—He conseguido trabajo —se gira hacia ella —No necesitas trabajar en la pasteleria, me han adelantado pago, pediré instalen una lavadora.

—No —Danielle niega —No gastes el dinero en una lavadora, si vas a trabajar tu moto necesita arreglos de esa manera no fallaras ni un solo día, debes dar una buena impresión en tu trabajo, debes comprarte ropa para ir a trabajar.

Él mete las manos en los bolsillos de su pantalón.

—¿Prefieres que arregle la moto y compre ropa antes que una lavadora? —ella asiente —Estarías mejor con la lavadora.

Ella sonríe un poco.

—Podemos verlo después, ya me siento mejor ¿podemos irnos?

Lex no responde, estaba analizando toda su conversación con Danielle.

El médico entra.

—¿Señora Wells como se siente?

—Mejor doctor

—Así veo en sus resultados, Señor Wells a su consulta es negativo.

Lex asiente, había pedido le hicieran exámen de embarazo a su esposa.

—Mañana le daré de alta señora Wells, alimentese bien.

—Lo haré doctor —cuando el médico se marcha, ella lo mira con evidente preocupación —Un día más en este lugar puede ser muy caro, en casa no hay comida, no tengo que prepararte.

—¿Puedes relajarte? —él toma su mano entre las suyas —No te preocupes por el dinero, necesito te recuperes Danielle.

—Lo siento Lex —él se pone de pie y toma su cel.

—Saldré un momento, haré unas llamadas, no me tardo.

Ella asiente.

****

Lex marca el número de su secretario, el hombre responde a lo inmediato.

—Comprate una lavadora nueva, deben instalarla el día de hoy, cambia la nevera por una más grande y llenala de comida, al igual que la estufa, quiero aire acondicionado en la habitación, lleva mis trajes,  todo lo requiero para hoy mismo.

—¿Se va a mudar? —no obtuvo respuesta, porque Lex colgó la llamada.

*****

Lex abre la puerta del apartamento, Danielle entra primero y luego él con la maleta de ella.

—Debes recostarte —ella niega.

—Debo prepararte el almuerzo, debes estar hambriento.

—Danielle —pone su mano en su hombro —No te preocupes por la comida, yo me haré cargo.

La lleva casi a empujones hacia la habitación, ella siente agradable el cuarto.

—Duerme Danielle —la ayuda a quitarse los zapatos, toma sus pies y empieza a examinarlos con sus manos, estaban sanando bien, toma el edredón y cubre sus piernas con el.

—¿Te irás? —le pregunta, pero él niega.

—Cuando despiertes aquí estaré.

Lex salió de la habitación, se paseo por la pequeña sala, no estaba dispuesto en confesarle a Danielle quién era, pero estaba meditando en todo lo que ella había pasado en su ausencia, al principio eligió ese lugar para obligarla a dejarlo, no se le ocurrió que ella bajaría al lavadero a tallar la ropa, echo un vistazo a su alrededor, el juego de muebles viejo, las paredes sin pintar, tocaron la puerta, al abrir sus ojos se topan un hombre desconocido.




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