Historias pequeñas

La Ciudad de las Sombras Eternas

 La Ciudad de las Sombras Eternas

En el corazón de un valle olvidado, donde el sol se negaba a penetrar y las montañas se elevaban como guardianes de obsidiana, se encontraba la Ciudad de las Sombras Eternas.Sus calles empedradas, ennegrecidas por el paso del tiempo, serpenteaban entre edificios ruinosos que parecían emerger de las entrañas de la tierra.Un silencio sepulcral reinaba en el ambiente, interrumpido únicamente por el graznido de los cuervos que sobrevolaban las torres derruidas.

Enesta ciudad, donde la luz era un lujo olvidado, vivía Anya, una joven de ojos color amatista y cabellos de ébano.Su mirada reflejaba la melancolía que impregnaba la ciudad, pero también una determinación inquebrantable.Anya era la última guardiana de la Biblioteca Prohibida, un lugar que albergaba los secretos más oscuros de la Ciudad de las Sombras Eternas.

Unanoche, mientras la luna proyectaba su pálida luz sobre las calles desiertas, Anya sintió una presencia extraña en la biblioteca.Alarmada, se armó con una daga de obsidiana y se dirigió al lugar donde percibía la amenaza.Allí, encontró a un hombre encapuchado, sus ojos brillaban con una intensidad inquietante.

"¿Quiéneres?", preguntó Anya, su voz resonando en el silencio de la biblioteca.

"Soyel que busca la verdad", respondió el hombre."Y tú, guardiana de los secretos, me la proporcionarás."

Anyasupo que se enfrentaba a un enemigo peligroso.El hombre era un hechicero, capaz de controlar las sombras a su antojo.Una feroz batalla se desató en la biblioteca, los libros centenarios cayendo al suelo como víctimas inocentes.Anya luchó con valentía, su daga brillando en la oscuridad, pero el hechicero era demasiado poderoso.

Enun descuido, Anya fue derribada al suelo, su daga fuera de su alcance.El hechicero se acercó a ella, una sonrisa cruel en sus labios.

"Meentregarás la llave de la biblioteca", dijo, su voz cargada de amenaza.

Anyase negó, su mirada desafiante.El hechicero perdió la paciencia y levantó su mano, dispuesto a lanzar un hechizo mortal.En ese momento, las sombras de la biblioteca se agitaron, formando una figura imponente que se interpuso entre Anya y el hechicero.

Erael espíritu guardián de la biblioteca, una entidad poderosa que había permanecido dormida durante siglos.El hechicero retrocedió aterrorizado, sus hechizos inútiles contra el poder del guardián.Con un gesto, el espíritu expulsó al hechicero de la biblioteca, dejándolo a merced de las sombras eternas de la ciudad.

Anya,exhausta pero agradecida, se levantó del suelo.El espíritu guardián la miró con benevolencia y luego se desvaneció en las sombras.Anya supo que la biblioteca estaba a salvo, al menos por ahora.

Sentadaen el suelo, rodeada de los libros que protegía, Anya se prometió a sí misma que seguiría siendo la guardiana de los secretos de la Ciudad de las Sombras Eternas, hasta su último aliento.La ciudad podía estar sumida en la oscuridad, pero mientras quedaran personas como ella, la esperanza aún no se extinguiría.



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En el texto hay: historia corta, cuento, libro de fantasía

Editado: 26.04.2024

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