Jugar a ser Dios

Capítulo 13

Su "dale" fue tan frío, que pensé en arrepentirme, pero ya estaba decidido, Juan se lo había ganado con creces.

Después de un día tranquilo en mi trabajo me fui a casa a descansar, quería cenar, ver televisión y acostarme temprano. Cené con Jazmín quien me preparó la comida, papá había salido.

-Jazmín, te hago una pregunta...

- Sí, dale...

- ¿Te gusta Juan?

- Ja, ¿Por qué esa pregunta?

- No sé.

- Si, me gusta.

- ¿Te acostarías con él?

- Ya me acosté con él. Edy, nosotros no somos novios.

- Ya lo sé.

Me quedé mirándola unos instantes eternos y pensé que si supiera donde estaba mi madre la buscaría para preguntarle si también se había encamado con Juan, un play boy de pacotilla, un hippie fuera de época.

- Ah, bueno, no sabia...

- Si, mientras vos perdías tiempo con Cecilia.

Nunca me metieron el dedo en la llaga de esa manera, mi gran amigo Juan, cuando yo estaba con Cecilia, él estaba con Jazmín, y cuando estaba con Jazmín estaba con Cecilia ¿No tenía otras mujeres? Esa noche no iba a poder dormir, salí de mi casa corriendo, me subí al auto y fui a la facultad donde Juan da clases, para dale el ultimátum. Estacioné el auto en la puerta de la facultad, encendí un cigarrillo para tranquilizarme, y al rato salió, pero no le hablé, no me hice notar, no podía decirle que quería matarlo, no podía dar señales de mi deseo. Fui a casa, agarré mis ahorros y lo llamé a Krusat.

-Hola Krusat

- Si, ¿Quién es?

- Edy

- ¿Qué querés?

- Quiero hablar con Ud., por lo de mi amigo.

- Mañana nos vemos, todos los días nos vemos.

- ¡No! ¡La puta madre! ¡No! ¡Ahora, por favor ahora!.

Krusat pareció comprender mi urgencia, y me citó en su casa, me dijo que esperara una hora para darle tiempo, estaba con una prostituta y no pensaba perder un solo segundo con ella por mi capricho. Fui tomar algo a un café, y a la hora y media fui a verlo.

Llegué. Era un departamento antiguo en la calle Curapaliguie, antiguo pero lindo. Bajóa abrirme, se lo notaba cansado...

-Que rompe bolas que sos.

- Estoy como loco, Krusat.

- Y ahora ¿Qué pasó?

Le conté con lujo de detalles mi dialogo con Cecilia, con Juan, con Jazmín...

En un momento me quebré, no lo pude evitar, Krusat al principio se echo a reir, pero como vio que seguía llorando desconsoladamente, puso cara seria y trato de consolarme.

- Bueno, pibe, es la vida, tu amigo mejor perderlo que encontrarlo, mejor que te diste cuenta que es una basura ahora, y no después, hay cosas que mejor temprano que tarde...

- Sí... sí. menos mal.

-

Krusat era un hombre frío, y yo en parte, quería contagiarme de ese frialdad. Hablaba de asesinar al alguien como quien habla de tomarse un café en el bar de la esquina con un amigo. Él me incitaba para que le pague para matar a Juan, pero a mí eso me quitaba el sueño, pero la verdad que la cagó, me cagó ¿Qué carajo le pasaba conmigo?. Pero Krusat me habló de tal manera, me llené la cabeza, que le di la guita antes de irme de su casa.


- Pibe, este flaco no sirve para nada, se ganó su muerte ¿Tenés alguna duda?


Y si, tenía dudas, pero su actitud me enervaba, pensar que estuvo con Ceci y con Jazmí. El frío Krusat hasta me incitó que también debía mandar a matar a Ceci, pero no, no agarré viaje.
Me fui de la casa de Krusat con la sensación de que le había dictado la sentencia de muerte a Juan, a mi amigo Juan, pero como me decía Krusat, la sentencia de muerte se la dictó él, con su accionar. Esa noche llegué a casa, y no había nadie. Me acosté y no podía dormir, estaba por cometer un hecho horrible del cual no estaba acostumbrado. Di vueltas en mi cama y en un momento sonó mi celular, mire el reloj, eran las 3 de la mañana, era Krusat.


- Pibe, disculpa ¿Te desperté?
-No... No... 
- Escuchame, esto lo que tengo que hacer mañana ¿Querés estar presente?
-...
 

No supe que contestarle, en parte quería, en parte no, no sé, me convertí en un monstruo.


- Bueno si, pero ¿Cómo hacemos?
- Vos déjamelo a mí.
 

Esa noche dormí muy poco, al menos eso es lo que pensé, lo que sentí.
Me levante de pésimo humor, desayuné y me fui al m ministerio, en la puerta me esperaba Krusat. Empezó a contarme como sería todo el tema de Juan.
- A la noche lo vamos a buscar a la facultad. Yo voy con otro agente, Goncalvez, lo agarra de un hombro a la fuerza y lo mete en el auto, ahí vamos a estar esperándolo vos y yo.
-Ok.


Me sentí más frío que nunca, pero la situación me seducía, era de mucho poder, la vida de un hombre dependía de que yo le suba o le baje mi dedo gordo, como los emperadores romanos. La adrenalina viajaba por mis venas a la velocidad de la luz. La excitación era tremenda. Tuve un día tranquilo, me fui temprano, arregle con Krusat que me pase a buscar por casa a las 21 y 45.
Fue puntual, creo que estaba más excitado que yo, estaba con Goncalvez, un morocho fiero y con cara de pocos amigos. Nos dirigimos a la facultad de ciencias sociales, estacionamos enfrente de la puerta y esperamos. En un momento lo vi salir a Juan y se los marqué, y Goncalvez cual saeta salió, y lo agarró de un hombro, Juan quiso resistir, pero no pudo, Goncalvez era demasiado fuerte, y lo tiró como a una bolsa de mugre en el interior del auto, en la parte trasera, ahí estaba yo, me clavó su negra mirada, no podía creer la situación.
-Edy ¿Qué carajo pasa?
- Vos callate, garca - le grité -
-¿Pero qué te hice?
- ¿Qué me hiciste. Me cagaste con Ceci. Y como no te bastara, con Jamín



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En el texto hay: romance accion y drama

Editado: 28.02.2018

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