Capítulo 4 : "Magia"

Capitulo 4: MAGIA

Entramos por una puerta gigante que se abre sobre un muro de piedra grisáceo. La puerta es enorme, fácilmente podrían entrar dos personas como yo a lo alto y por lo menos seis a lo ancho.

Entramos al vestíbulo caminando por un pasillo de amplias proporciones. Las paredes están desnudas e iluminadas por candelabros.

Tienen pocos ventanales, y los que hay están cerrados, amurados con maderas y clavos, y en su centro una enorme roca sostenida por unas maderas colocadas horizontalmente.

Debe ser para que no se introduzca nadie. ¿Y la roca?…tiene fragmentos pequeños de color liliáceo brillantes...se parece mucho al material de mi collar, pero esta piedra además de los granitos liliáceos brillantes tiene otros turquesas, pienso mientras camino detrás de Tyna.

Llegamos a lo que sería una habitación, como otras que pasamos, también es enorme.

La habitación es grande, pero la cama es de tamaño normal.

 Durante la caminata no he pronunciado palabra, me limité a observar el lugar pero ahora ya no puedo aguantarme tantas dudas.

-¿Tú también vienes del futuro como David?

-Así es. La sabia me encomendó servir a mi Lord, en su misión.

-¿Lo conoces hace mucho tiempo?

Sonríe.

-Desde que aprendió a caminar, prácticamente lo he criado.

-Y... ¿Su madre?

Tyna saca unos toallones del placard y los coloca sobre las sábanas blancas. Sin mirarme coloca un vestido hermoso sobre la cama.

-No lo sé. David ha nacido sin familia. Se lo ha instruido desde niño para cumplir esta misión. Puedes tomar un baño caliente y colocarte esta ropa limpia. Te sentirás mejor.

Pienso qué triste debe ser crecer sin familia.

- Este castillo fue construido por el primer ser de magia que habitó nuestro mundo que era una tortuga gigante. Por eso muchas cosas son extremadamente grandes. Cuando la reina hada murió, la hija que debía sucederla desapareció, quizás en manos de los sombra. El rey Obiris tomo el trono, y desde entonces la emperatriz Elda ha gobernado la resistencia, encontró este lugar porque el comité le dio las coordenadas de este lugar para protegerse y proteger a los pobladores. Es un lugar mágico. Lleva aún vestigios de la magia de primera reina, y de todas las reinas que han venido a estudiar durante su juventud, ya que antiguamente era un lugar de estudio. Aquí hemos recolectado todos los objetos del palacio de la última reina, lo que han traído los sirvientes, sin que Obiris lo advierta.

-¿La emperatriz vive aquí?

-Sí. Nosotros hemos llegado solo hace unas horas. La servidumbre nos ha contado todo esto.

-¿La conoceré?

-No permite que nadie la vea excepto quien ella decida. Es por seguridad, David la ha visto, yo no he podido. Iré a prepararte algo de comer.

-¿Comeré con David o contigo?

-Sola.

-En el pasado, nos gusta compartir las comidas.

-Le enviaré tu mensaje. Si necesitas algo estaré en la cocina que está escaleras abajo, en el sótano.

-Puedo ayudarte si lo deseas.

-No es necesario- se retira dejándome con cada vez más preguntas.

 ¿Qué clase de lugar es este?

Estoy a salvo aquí, eso dijo David, y le creo.

Debo tranquilizarme.

 Me tomaré un baño. De seguro eso me hará bien.

Lleno la Tyna del baño, con los baldes de agua caliente que descansan sobre el suelo y me sumerjo.

El baño es grande y completamente blanco.

Las toallas están bordadas con diversas iniciales, ninguna coincide. Como dijo Tyna, fueron varias las reinas que pasaron por aquí.

El agua está tibia y siento  que me acaricia la piel.

Una sensación de paz me inunda, mientras limpio suavemente con la esponja cada poro cubierto de sudor, tierra y sangre.

He terminado, el baño ha sido más que relajante.

Salgo de la Tyna, me seco con un toallón.

Voy al cuarto.

Me coloco el hermoso vestido blanco que Tyna dejó sobre la cama para mí, con gasas plateadas, y piedrecillas bordadas en todo su centro que emiten un resplandor intenso.

En el instante que me sumerjo dentro de él,  miles de imágenes comienzan a correr por mi mente.

Un trono.

Gritos de desesperación de una mujer parturienta.

La sombra de dos enamorados que dejan de besarse ante otra que los devora

De pronto la palabra "¡Ayuda!" sale con un grito de mi boca, sin querer pronunciarla.

Me deslizo lentamente al suelo, sosteniéndome de la pared.