La Elegida

Caípítulo 6 : "El bosque Gris"

Capitulo 6 :Bosque gris

Subimos por las nubes.

Mi corazón late con fuerza junto al suyo, hasta que mi mirada se encuentra con sus ojos.

¿Podré vivir el resto de mi vida sin volverlo a ver?, ¿Sin sentir sus manos aterciopeladas en mi cintura?

Me invade una tristeza inexplicable… ¿Acaso me estoy enamorando?

Imposible. Recién lo conozco, además ¿Cómo saberlo? jamás me he enamorado. He tenido un novio de juventud,  el hijo del dueño de la finca vecina. Un joven apuesto, un poco engreído. Como la guerra transcurría en el mundo de las hadas, nunca quiso involucrarse, pero lo peor es que tampoco les envió ayuda. Su forma de ser era muy diferente a la mía. Asique un par de veces le dije lo que pensaba y se alejó  de mí. Igual, el amor no es para mí. Siempre tuve la intuición que me quedaré sola. Quizás es lo que deseo. Mi vida este último tiempo ha sido sobrevivir, de aldea en aldea con mi madre. Ocultarnos de la gente, usar mi velo, e intentar que poca gente nos vea. Buscar la comida que sobra, frutas, vegetales, raíces, me he acostumbrado a eso. Esa vida nómade, ahora es mi vida. Sólo tengo un objetivo que es devolverle la paz al mundo. ..Bueno al menos aportar algo para que eso suceda. No soy la elegida, hasta podría decir “afortunadamente”, asique mi tarea termina entregándoles la semilla.

-Leia…

Me llama David sacándome del rollo de mis pensamientos. Mi nombre en sus labios suena como música en mis oídos.

-Quiero que sepas que no dejaré que te pase nada malo. No, mientras mi vida se desarrolle en este plano. Buscarte fue mi error, y asumiré mi responsabilidad.

-Pero…no fue tu culpa, aparte debes ayudar a Isabel.

-Enviaré a Tyna regularmente para que te vea y te ayude con lo que necesites.

-No creo que pueda encontrarme. No me quedaré en el castillo de brazos cruzados mientras nuestro mundo se muere. Buscaré a los rebeldes, donde quiera que estén y me uniré a ellos, tú y Tyna ¿Volverán al futuro cuando esto termine?

-Es imposible, la sabia ya habrá destruido todo, como era el plan, para que no pueda ser usado por los Sombra. Si la profecía no se cumple, y fallamos nuevamente, me dedicaré a entrenar a los aldeanos en la Fortaleza.

Otra vez siento una puntada en el corazón. ¿Por qué pensar en un futuro lejos de él, me produce este dolor intenso?

 Él en esa fortaleza, a la que no sé cómo llegar, y yo ocultándome de los Sombra, o combatiendo contra ellos. Lo miro detenidamente  y descubro un bosque oculto en sus ojos.

Estamos tan cerca, un hilo de distancia para que nuestros labios se toquen.

 De pronto un grito, como de una bestia que me saca de ese estado hipnótico en el que estaba.

Son las Triatas, que parecen vampiros salvajes. Rebuznan y gritan para comunicarse. Están detrás de nosotros y vuelan con sus garras largas y  filosas levantadas para cazarnos.

-¡Sostente fuerte! -me grita David, mientras saca el arco y flecha de su espalda, apuntando a ellas.

 Están detrás de mí. Intento girar para verlas, pero es imposible, hasta que se colocan sobre nosotros. Son dos, y son horripilantes, sus colmillos afilados brillan con los rayos del sol.

Son las anti hadas de los cuentos. Con esas alas de murciélago negras, y esos cuerpos delgados y huesudos.

Nos persiguen y gritan, pero no tengo tanto miedo, por alguna extraña razón me siento protegida.  David, lanza varias flechas y se clavan entre los dos ojos de una que baja herida chillando a toda velocidad.

La otra que está detrás acelera y se coloca casi sobre nuestras cabezas.

Me agacho. David apunta con su lanza hacia arriba, pero la bestia, logra enganchar mi cabello largo con sus pezuñas, y me tironea.

Trato de desengancharme el cabello, pero no lo logro.

El dolor es insoportable.

El animal tira.

-¡Ay...!- maldita sea, tengo el cabello tan largo que ha ovillado una parte entre sus uñas.

-¡Aguanta!-me grita David- el animal nos tironea de un lado al otro. Estoy abrazada a David con todas mis fuerzas para no caerme, mientras él trata de clavarle una espada.

La bestia es ágil y nuevamente la esquiva.

David, ahora me abraza y me grita.

-¡No te sueltes de mí!- corta de un solo movimiento, el cabello enredado con el filo de su espada.

De pronto estamos cayendo a toda velocidad.

 La capa de David se ilumina.

Vamos hacia abajo a toda velocidad, pasando por dentro de las nubes.

Amortiguan nuestra caída algunos árboles frondosos, y sus ramas nos golpean.

Nos soltamos y caemos sobre la tierra mojada, dentro de ese espeso bosque que nos ha salvado la vida.

Estoy lastimada. Mi vestido blanco está hecho un harapo. Tengo raspaduras por todas partes, pero por suerte ninguna demasiado profunda.

Me acerco a David. Él está sobre la tierra, parece estar inconsciente cerca de un pino, sobre el barro.



#483 en Fantasía
#2299 en Novela romántica

En el texto hay: fantasia, romance, protector

Editado: 17.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.