La Elegida

Capítulo 9: "Eres la Elegida"

Lo abro, y saco la única hoja que posee, es muy fina, casi transparente, y amarillenta, manchada, pero los trazos son definidos y están bien conservados.

Está plegada sobre sí misma, en tres partes.

La extiendo.

Comienzo a leerla en voz alta.

“Querida hija, espero sepas comprender las circunstancias en las que escribo esto. Mi vida era de ensueño, hasta el día que alguien de los nuestros, nos traicionó y les mostró el camino oculto a nuestro reino, a los Sombra -Interrumpo para decirle a David.- la Emperatriz –Los problemas con mi madre la reina Luana, comenzaron cuando supo que me enamoré de un empleado de la finca, Arthur. Él era Argo, y cruzó especialmente para ayudarme con la enfermedad de mi caballo. Apenas lo conocí, sentí que mi mundo era más hermoso a su lado. Estábamos enamorados. Cuando le conté a mi madre pensando que podría tener su bendición, se opuso fervientemente, y ese día supe que ya estaba “casada” de palabra con el hijo de un mago poderoso, Wom. Su hijo era temeroso, apenas lograba hablar con la gente, era frágil y se enfermaba continuamente. El mago estaba seguro que no podría conseguir pareja por sí mismo, y quería un sucesor de su magia. Estaba dispuesto a todo para conseguirlo. Por eso con tu padre Arthur decidimos huir. Pero ese atardecer, antes de partir, lo hallé sin vida en la caballeriza del castillo.

No tuve tiempo de reaccionar, oímos los gritos de la gente pidiendo auxilio, por la llegada de los Sombra. Los sirvientes me ayudaron a huir. Estabas en mi vientre, mis vestidos pomposos, te habían ocultado durante los 9 meses afortunadamente. Nadie sabía de mi embarazo. Ellos regaron de muerte y destrucción toda la aldea. Mis padres, habían sido asesinados, ya no tenía a quién acudir.

 Camine rodeando el muro que nos separa con el mundo de los artesanos elfo, y me refugie dentro de un gran árbol porque la tormenta no cesaba. Allí te parí sola. Cuando te tuve en mis brazos, estaba feliz, y pude ver tu marca en el cuello.

A nuestro alrededor miles de luces nos alumbraban y una voz leyó la profecía.

En mis brazos, estaba “la elegida” poseedora de un don y destinada a cumplir con el ritual que devolverá la paz a nuestro mundo.

Necesitaba ayuda.

En ese momento llegó Lucía alertada por mis gritos…”

David se acerca más aún a mí y observa mi cuello,  detenidamente.

-La semilla de los tres lados que lleva dentro la flor de la sabiduría y la verdad, contiene una magia muy poderosa, la del primer Dios, el más bondadoso que el mundo mágico haya conocido, pero que no tenía el don de la eternidad. Cuando murió, colocó todo su poder en la semilla de esa flor que debía permanecer oculta, y cuidadosamente guardada,  como una ofrenda de los dioses a nuestro mundo.

Lo miro -¿Por qué no lo lograré David? Sabes que no lo haré.

-No eras tú-mientras David reflexiona pensativo-la estatua levantada en el comité del futuro, no se parece tí….pero sí a alguien que he visto-David levanta el rostro como si hubiera encontrado la respuesta-es la chica que estuve a punto de rescatar, la que exclamaba sollozando que era la elegida… es de Isabel, la hija de la emperatriz.

Nos miramos.

-Descubriremos de dónde obtuvo el collar, o quién le entregó esa copia falsa. La emperatriz así se aseguró que la elegida real, no cumpla su misión, y que los Sombra triunfen.

El hecho que hable de un “nosotros” me produce esperanza, aunque sé que es imposible, debe volver con la Emperatriz.

“En las raíces de un árbol de la prosperidad, Lucía ocultará la semilla, y te dará la llama para que ilumine tu camino, ocúltala de los seres malignos, no te quemará, porque su fuego es magia debes encender la vela del destino delante del tiempo.

 Cuando llegues al Oráculo, debes colocarla en el agua de la vida y será leída junto con tu alma, allí nacerá la flor del amor.

Ojalá pudiera acompañarte, pero estaré cerca de ti, de alguna manera.

Te amo por siempre y para siempre.

Tu madre Eloisa”

Pliego la hoja.

No puedo evitar las lágrimas.

Ella me salvó, y dejo su vida para que no me descubrieran.

Estoy triste, siento impotencia, rabia.

David toma mi mano y la acaricia.

Estoy en shock.

David no puede pagar las consecuencias de las mentiras de mi familia.

Debe regresar. No más muertes por mi culpa.

-Llevarás una semilla a la emperatriz, para que no tome represalias contigo. Una falsa, mientras yo cumplo el ritual, con la auténtica.

Poniéndose de pié. – Hice un juramento. Cuidar a la elegida para que cumpla su destino.

Toma mis manos.

-Me siento honrado-se arrodilla-de ser tu escolta en esta misión.



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En el texto hay: fantasia, romance, protector

Editado: 14.06.2024

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