la luciérnaga a la que nunca se la apagó la luz

Capítulo 5

Me encontré a mi misma jugando a videojuegos detrás de esa misteriosa puerta detrás de la barra, por la que una hora antes había desaparecido Hugo cuando se enfadó por lo que dijo Diego.

Había una habitación con un par de sofás cama, una televisión con una videoconsola, un futbolín, y una gran mesa con cuatro sillas. La verdad es que esta sala era bastante acogedora, viendo la personalidad de Enzo y Sara y lo que le gusta a Hugo jugar a la videoconsola he supuesto que la idea de este lugar fue de Hugo.

Estábamos jugando a un juego de carreras de coches, no era algo que hacía habitualmente pero era divertido. Aunque la falta de práctica que yo tenía se dejaba ver claramente en comparación con la manera de jugar de Hugo.

Era la cuarta vez que Hugo me ganaba, así que cuando iba a poner otro circuito hablé.

-¿Tú no tendrías que estar limpiando una mesa o algo?-Bromeé.

-En realidad sí, pero me suelo escaquear un poco del trabajo.-Sonreí.

-¿Gloria lo sabe?-

-Gloria me quiere demasiado para despedirme.-

-¿Y tu prima?-Me miró sorprendido.

-Parece que has hecho los deberes...-Dijo soltando una carcajada.-¿Cuando me conociste ya sabias quien era?-

-En realidad no me imaginé que hablásemos de la misma persona, me parecía demasiada coincidencia.-Respondí.

-Normal, si te hablaron de mi Diego o Blanca posiblemente me pusieron verde.-Le iba a decir que Blanca había echo todo lo contrario pero me lo callé, no me parecía correcto ser yo la que le diese esa información. Esto no quiere decir que esto se vaya a quedar así, en algún momento empujaré a Blanca para que se lancé a la piscina.

Además esto podría ser de forma literal.

-Si bueno, no me gusta mucho escuchar como otras personas me dicen como son otras. Prefiero descubrirlo yo.-Aseguré.-De otra manera perdería la gracia.- Eso pareció agradarle. Aunque no agregó nada más al respecto, sino que cambio de tema.

-¿Quién es la tortuga ahora?-

- Sigo repitiéndotelo algún día te compraré una tortuga.-

- Genial, la llamaré Noa.-Yo fruncí el ceño.

-¿Por qué Noa?-

-En honor a su tía obviamente.-Yo rodé los ojos.

-Entonces, ¿Qué eres tú, el padre?-

-Claro.-Dijo riéndose.

-¿Así que ahora seriamos hermanos políticos?-

-Quita el "políticos", suena demasiado formal. Mi hija tiene que ver que la familia está unida.-

-¿Vas a ser padre y no me lo has dicho?-Dijo una voz proveniente de detrás de nosotros, nos giramos para encontrar a Enzo de brazos cruzados apoyado en la puerta, con una mirada que quise creer que era divertida.- ¿a qué pobre chica has dejado embarazada?- Efectivamente Enzo esta de broma, o eso creo.

-A ninguna, ¿por quién me tomas?-dijo haciéndose el ofendido.

-Por alguien que se quedó dormido en la charla de anticonceptivos del instituto.-

-No necesito una charla.-Dijo Hugo seguro.-Solo soy padre de una tortuga.-Enzo suspiró exageradamente haciendo como que se había quitado un peso de encima. En ese momento cuando la conversación sobre paternidad de tortugas había terminado su mirada se dirigió hacia mí.

-No sabía que tenías compañía.-Avanzó hasta sentarse en la mesita de madera frente al sofá en el que estábamos acomodados Hugo y yo.

-Esta es Noa.-Dijo Hugo haciendo un asentimiento en mi dirección.

-Lo sé.- En ese momento Hugo se levantó de golpe y empezó a gesticular con los brazos señalándome, yo en este momento pensé que Hugo era un poco raro.-¿Qué pasa?-

-Si sigues siendo así de borde la espantarás.-Dijo volviéndose a sentar.

-Soy así.-Dijo encogiéndose de hombros, yo pestañee varias veces incrédula por su actitud cortante.

-Como el no te lo va a decir y aunque los dos sabemos que tu ya estas informada, te presento a la segunda persona que peor juega a los juegos de carreras de coches del mundo; Enzo.-

-¿Quién es la primera?-Dije arrugando un poco la nariz con molestia sabiendo antes de que abriese la boca lo que iba a decir.

-Tú.-Fue instantáneo, según dijo eso un cojín golpeo su cara, con ayuda mía claro.

-Si tú te pasas el día jugando a videojuegos es algo difícil ganarte.-Dije.

-¿Por qué la has traído aquí?-Dijo Enzo.

-¿Por qué no?-Él simplemente me ignoró, siguiendo comportándose como un idiota.

- Me molesta que este aquí.-

-¿Puedes dejar de hablar como si no estuviese?-Contesté ya algo irritada.

-Vete.-Dijo y yo ya cansada de él pensé en mi mente esa opción pero... entonces le estaría dejando ganar. Así que procedí a antes de irme repetir la acción que había hecho anteriormente pero dirigiendo el cojín hacia la persona que tenía en frente mío.

Mala suerte para él, que llevase un café en la mano. Ya que esto causó que se le derramase encima. En ese momento sí que me levanté dispuesta a irme rápidamente antes de que saliese del estado de shock.

-Ya me iba de todas formas, tengo cosas que hacer.-

-Claro.-Contestó él. Hugo no dijo nada pero estaba mirando a Enzo bastante mosqueado, este último estaba cogiendo servilletas mientras yo salía finalmente de allí.

Cuando me disponía a dirigirme a la puerta principal del local una voz me detuvo.

-Noa cariño, no sabía que seguías aquí.-Dijo Gloria la cual se encontraba en una esquina de la barra secando un vaso.

-Sí, bueno estaba con Hugo.-Gloria parecía que iba a decir algo pero de repente apareció Sara posicionándose a su lado de brazos cruzados, mirándome mal.

Pero rápidamente hizo como si no estuviera ahí y empezó a hablar con Gloria, ignorándome por completo, aunque se hubiese comportado horrible ahora mismo, al ver lo preocupada que se veía mientras hablaba con Gloria, atribuí su actitud con que algo malo la había pasado ese día.

- Si bueno yo ya me iba.-Dije mientras empezaba a caminar de nuevo.-Hasta luego.-dije un poco más alto para que se me escuchase.



#7603 en Joven Adulto
#8481 en Thriller
#4877 en Misterio

En el texto hay: misterio, amor de hermanas, amistad amigos

Editado: 20.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.