la luciérnaga a la que nunca se la apagó la luz

Capítulo 14


Fui abriendo poco a poco los ojos, ya que me tuve que ir poco a poco acostumbrando a la luz que entraba por la ventana.

Me levanté y observé a mi alrededor al principio me extrañé ya que estaba dormida, pero después recordé que estaba en el apartamento de Enzo.

Miré a mi lado, no estaba. Así que me levanté, Enzo ayer me había dejado ropa para dormir más cómoda, y la verdad se lo agradecía nunca había dormido con vaqueros pero no creo que sea muy cómodo.

Llegué a la cocina y me senté en un taburete, poco después Enzo posó una taza de café en frente de mí. Sonreí.

-Gracias.-Dije. Mientras tomaba un sorbo. El se acercó a mí y me beso apasionadamente como si no pudiese resistirlo.

Cuando las cosas iban a pasar a otro nivel el teléfono de Enzo empezó a sonar.

-Déjalo sonar.-Dije cuando se intentó separar y sonreí un poco.

Pero los dos nos separamos al escuchar la puerta principal abrirse y cerrarse. Segundos después Hugo entró a la cocina.

-Genial, otra sorpresa.-Y después salió de la cocina y escuché un portazo, pero no era de a puerta principal.

Supongo que será de una de las habitaciones del apartamento.

-Espera un momento.-Y desapareció por donde se había ido Hugo. Yo me dirigí hacia su habitación para cambiarme, me puse la ropa que llevaba ayer y me lavé un poco la cara y me intenté peinar con mis dedos y colocarme un poco el pelo para estar más o menos decente.

Cuando me estaba poniendo la camiseta la puerta de la habitación de Enzo se abrió haciendo que me sobresaltase.

-Joder que susto.-Dije un poco brusca, pero rápidamente sonreí mientras me giraba para mirarle de frente. Mi expresión cambió al ver el rostro de Enzo.-¿Está todo bien?-Pregunté mientras me terminaba de acomodar la camiseta.

-Hugo esta mosqueado por algo, pero no ha dado muchos detalles.-

-¿Por lo que ha intuido cuando me ha visto en la cocina?-

-No, ya venía mosqueado de antes. -Sentí alivio al escuchar eso, Hugo era mi amigo y no quería que discutiésemos.

-¿Quieres que me vaya y habláis tranquilamente?-

-Te llevo.-Yo asentí, pero después me di cuenta de que tenía mi coche aquí.

-Hemos venido en mi coche, de verdad no pasa...-

-Mi coche está en la cafetería.-Dijo con una pequeña sonrisa y el momento se volvió un poco tenso por el silenció que se instaló Rápidamente cogí las llaves.

-Vamos.-Llegamos a la cafetería pero Enzo no se bajo del coche.

Si no que nos quedamos unos segundos en silencio uno al lado del otro sin saber que decir.

No estaba segura si lo que había pasado se iba a volver a repetir, me había dado cuenta de que inconscientemente, bueno no tanto. Había estado detrás de Enzo desde que lo conocí. Y en ningún momento pensé que llegaría a este punto, porque lo veía sencillamente como algo imposible.

Quizás me había precipitado demasiado, tampoco estaba muy segura porque en vez de decir algo para resolverlo los dos nos encontrábamos en silencio.

Y entonces en vez de pensar tanto hice lo primero que se me vino a la cabeza, le di un abrazo. En parte porque este gesto que se quedó en eso un abrazo significaba que no iba a volver a pasar y en parte porque después de todos los acontecimientos necesitaba un abrazo, de un amigo.

Creo que después de todo lo que pasó ayer aunque a mí me gustase Enzo y supiese que no iba a pasar nada más, creo que había pasado algo realmente bueno. Ayer hablamos como nunca habíamos hablado, y probablemente esto significase que a partir de ahora íbamos a ser amigos de verdad.

-Hablamos luego-Dijo cuando nos separamos.-Gloria celebra el cumpleaños mañana en la cafetería, solo vamos a estar nosotros, junto a algunos de sus amigos.-Susurró.- ¿Vendrás no?-yo asentí. Y abrió la puerta del coche.-Hasta mañana.-Dijo.

Observé como caminaba hacia su coche con aire despreocupado, como lo arrancaba y como se empezaba a dirigir a su piso de nuevo.

Y yo me quedé parada unos segundos más procesando todo lo que acababa de pasar.

Ayer descubrí el lado humano de Enzo, vi cierta preocupación cuando vio que verdaderamente estaba mal.

Ayer también descubrí lo que era… pues eso con él.

Necesitaba llamar a Laura.

Y con ese pensamiento arranqué el coche y me fui a casa.

-¿Me estás diciendo que follaste con él?-Yo removí mi pelo nerviosa intentado mirar hacia otro lado que no fuese ella.

-¿Puedes ser menos brusca, por favor?-Dije mientras veía como suspiraba desde el otro lado de la pantalla. Había decidido que esto merecía hacer una video llamada.

Y cuando yo la había dicho que se trataba de Enzo, ella no tardo en aceptarla.

-Pero es lo que pasó.-

-No hicimos eso.-Pero rápidamente ella me interrumpió.

-¿No puedes decir la palabra?-Suspiré cansada de esto.

-Sí, pero no quiero.-

-Me alegra que hayas hecho cosas pervertidas, pero que no puedas decir la palabra follar.-

-La diré si yo quiero.-Laura me estaba empezando a cabrear y quería demostrárselo para que me dejara de molestar. Suspiré de nuevo sonoramente.-Y te estoy diciendo que no llegamos a eso, solo nos liamos.-Ella me miró confundida, frunciendo un poco su nariz.

-Pensaba que me estabas vacilando, y si lo habíais echo.-Yo suspiré mirando hacia las vistas que teníamos desde el balcón la verdad eran bonitas, sobre todo porque ahora mismo estaba anocheciendo.-¿Qué debería hacer?-

-Pues tía, se te ve que estas colada por él.-Dijo mientras veía como salía ella también a su balcón y encendía un cigarro llevándoselo a la boca.-Aunque siento deprimirte pero no estoy segura de que tu le gustes a él, cosa que me extraña ya que eres una tía genial y muy sexy pero…-

-Gracias por los halagos pero eso no ayuda.-Suspiré por tercera vez en esta conversación.

-No es mi culpa que no le moles.-Dijo mientras expulsaba el humo.-



#7583 en Joven Adulto
#8394 en Thriller
#4839 en Misterio

En el texto hay: misterio, amor de hermanas, amistad amigos

Editado: 20.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.