Más alla de la oscuridad, relatos de pesadilla

Asesinos ocultos. Parte 1

 

La traición

Lo peor que le puede suceder a una chica, me acaba de pasar. Regina, mi mejor amiga desde la infancia, hizo algo imperdonable. No puedo dejar de sentir este terrible sentimiento de odio que carcome cada célula en mi cuerpo, aunque ya me ha pedido disculpas miles de veces, desde aquel maldito día, no puedo darle mi perdón.

Me niego a tranquilizar las emociones, aún están latentes en mi corazón y en mis vísceras. Veo en mi escritorio la taza que me había regalado el cumpleaños pasado, de la banda de “Imagine dragons” y aunque es mi banda favorita no puedo evitar lanzarla contra la pared, salen volando en miles de añicos. Grito tan fuerte que pienso que perderé la voz en el instante, pero la ira me sigue dominando. Me veo en el espejo, estoy demacrada con los ojos grises, hinchados y rojos de tanto llorar, las pupilas están dilatadas a tal grado que mi iris casi desaparece.

Respiro hondo. Pero, eso lo empeora todo, tomo mi cabeza con ambas manos y quiero arrancar mi cabellera violeta. Me arden tanto los ojos y el cuero cabelludo, que me tiro en la cama. Parezco una niña pequeña haciendo berrinche.

Trato de usar mi celular, pero se le terminó la batería. No enciende la pantalla. Lo aviento a la puerta de mi recámara, con un estruendo. Me levanto, les juro que ya no puedo estar más aquí, necesito salir de mi prisión y desaparecer. Frente a mí está la laptop que mi padre me regaló en mi cumpleaños pasado, número diecinueve.

Suspiro. Ya no quiero sentirme mal. Pero la sensación no desaparece tan fácil y menos cuando tu mejor amiga se revuelca con tu novio. Los odio a los dos. Odio a la perra de Regina por no decir que no y a Mike por insinuarse a ella. Ambos tuvieron la culpa, si en realidad me apreciaban como decían hacerlo, hubieran tomado una decisión menos desgraciada para mí.

Entro al navegador. Tecleo en la barra de búsqueda “Insta”, doy enter y veo el inicio. El maldito destino siempre tiene sorpresas… Veo una foto de Regina y Mike. Los dos están de espaldas, viendo hacia el atardecer. La foto se ve terriblemente hermosa, eso me hace odiarlos aún más. Un escalofrío dentro de mí, me hace doblarme. Estoy a punto de perforar la pantalla de la computadora portátil con mi puño. Los labios me tiemblan incansablemente. Deseo con toda mi alma acabar con la vida de esos dos bastardos. Deseo sentir la sangre de esos traidores corriendo por mis manos.

Me sorprendo pensando como una loca psicópata. Pero no me reprimo. Sigo maquinando ideas terribles en mi mente. Cierro los ojos por un momento disfrutando de las sensaciones.

Me muerdo el labio tan fuerte que el sabor a hierro inunda mis glándulas gustativas. Escucho un ding en mi computadora portátil. Veo que al lado de la fotografía aparece un icono que nunca había visto en esa web. Junto aparece una pregunta que me hace moverme un poco incómoda en mi silla.

La pregunta es:

“Grecia, ¿estás lista para acabar tu dolor?”

Debajo de la interrogante, que está en color morado, aparecen dos posibles respuestas “no” en verde y “sí” en color rojo intenso. Se me hizo muy extraño ver las respuestas con esos colores, por lo general están en el orden contrario.

La rabia no desaparece, aunque ahora está mezclada con curiosidad y algo más que no logro identificar. Sin pensarlo demasiado, presiono el botón que dice sí, en rojo.

La pantalla se tiñe de rojo sangre y se escuchan un conjunto de sonidos que erizan mi piel, parece venir desde las bocinas de mi portátil.

En la pantalla se dibujan distintas letras en griego, que no logro entender. No me fue bien en las clases de etimologías griegas.

De repente, las palabras se tornan negras.

“Elige al primer traidor”.

No comprendo del todo lo que está pasando. Dos fotos aparecen debajo de la frase, inquietante. En la primera se ve a Regina con su cabello rubio, ondulado y sus ojos azules. En su rostro se puede ver el deseo perverso de poseer a Mike.

En la segunda foto aparece Mike con su sonrisa traviesa, que tanto me enamoró. Sus ojos miel y su cabello rojizo me siguen dejando sin palabras, tanto como la primera vez que lo vi.

Pongo las manos frente a mis ojos, no es que no quiera ver, es que me siento tan frustrada con todo lo que ha pasado, que ya no sé qué hacer, solo tengo una sed infinita de venganza, froto mis sienes tratando de relajarme un poco. Me pongo a pensar, pero aún no lograba entender por qué había pasado esto. Sé que ambos tienen la culpa, solo que siento que la traición más grande viene de Regina. Las traiciones que se cometen entre amigos, siempre serán las peores y las más dolorosas.

De nuevo, las emociones me dominan como a la leona que corre tras su presa y desea acabar con la vida de ella, el cazador necesita alimentarse y yo, en este momento, necesito alimentar mi venganza. Muevo el puntero hacia la foto de Regina, no pienso. Solo actúo y presiono el botón izquierdo, para seleccionar la foto de ella.

Un grito desgarrador retumba en mi cuarto y sé que proviene de las bocinas de mi portátil, mi corazón se sobresalta y batallo un poco al respirar. Les juro que esto lo podrían haber escuchado hasta las ciudades vecinas.

Una ventana de descarga aparece en la pantalla, la barra que marca el nivel de descarga, aparece en color rojo oscuro, mientras que un líquido espeso llena el espacio vacío.




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