Mi primera ilusión

7. Elecciones escolares

 

Ya habían culminado los dos primeros meses del año escolar, los grupitos que dividían los salones estaban bien formados y los exámenes se estaban convirtiendo el pan de cada día. Trabajos y más trabajos se esparcían como «un plan de tortura perpetua de los profesores», o eso pensaban los estudiantes que redactaban como locos los ensayos uno tras otro. Sin embargo, siempre había tiempo y espacio para más. Las elecciones escolares era algo que se realizaba todos los años sin excepción, de allí salía el selecto grupo de los representantes estudiantiles, los que se supone deben velar por las necesidades y derechos del estudiantado.

En cada salón se escogía un representante, el cual y con ayuda de sus compañeros hacia su discurso y respectivas propuestas, como todo un mini político en formación sin la variante de huir con el dinero del pueblo y nunca cumplir sus promesas. Naomi no estaba ni lo más mínimo de interesada, durante las charlas y conversaciones para elegir su representante ella prefería distraerse leyendo su manga. El abanico seguía solo para ella, por lo que el desespero ya no era uno de sus problemas, lo era Elías, quien no dejaba de insistir todos y cada uno de los días.

—Bueno, una de las propuestas que puede resultar ser interesante para todos es… —decía Lara al ser elegida la representante del salón— colocar aire acondicionado en los salones de la escuela.

Los comentarios no se hicieron esperar, resonaron alto y fuerte en toda la estancia sacando a Naomi de su distracción.

—Chicos, silencio por favor —exigía Lara— déjenme terminar primero, después pueden hacer los comentarios que crean necesarios, ¿Ok?

Los comentarios sin sentido callaron, el silencio volvió a reinar en el salón, pero la atención de Naomi ya no estaba en su manga, estaba en lo que ocurría frente a sus narices.

—Bien, sé que hay opiniones en contra con esta propuesta por lo complicada que puede llegar a ser, pero es algo que todos sabemos es necesario en especial durante esta época del año —explicaba como si de una exposición se tratara— hay que tener en cuenta las altas temperaturas que se están presentando, esto genera problemas de salud. No más recuerden ayer, un rato con el cabello suelto y la pobre Naomi estaba muriéndose.

Las miradas y algunas risas se centraron en ella, pero las ignoraba para fijar su mirada entornada y llena de reproche a su compañera expositora. Detestaba eso, aún más cuando generaba burlas y señalamientos.

—Lo siento, Naomi —expresó con fingida inocencia— pero ayer estabas colorada como un tomate, créeme que esto lo hacemos más por ti que por los demás.

—¿En serio? —replicó Naomi con una pequeña risa de incredulidad— porque me parece que me están usando para lograr lo que quieren. Digo, ¿No?

—Eso no es…

—Si, te están usando —interrumpió Elías entre risas.

—Tu cállate, bobo —replicó Lara— habla cuando pidan tu opinión.

—De acuerdo —dijo Naomi interrumpiendo la riña.

Con asombro, ambos la miraron fijo como si fuese la primera vez que notaran su existencia en realidad.

—¿Qué dijiste? —preguntaron ambos al unísono.

—Que ayudaré —contestó Naomi decidida— si de verdad quieren colocar los aires acondicionados necesitas más que solo la mera propuesta, son muchos equipos lo que habría que comprar y la escuela no creo que de todo el dinero para ello.

—¿En serio ayudarás? —indagó Lara emocionada y con cierta incredulidad en su rostro.

—No me agrado la forma en que lo sugeriste —añadió Naomi— pero detesto aún más esta temperatura del infierno, así que sí, ayudaré.

—¡Aleluya! —exclamó Lara con exageración—. Aunque, de verdad que eres exagerada.

—De verdad que eres fastidiosa.

Por el resto de la clase, idearon la forma de dar un discurso que convenciera al resto de la escuela, hicieron bocetos de volantes promocionales y un presupuesto de lo que podría gastar la escuela en eso.

—Ok, esto es demasiado dinero —comentó Lara decepcionada— la escuela jamás apoyara esto.

—No si dejas libre la posibilidad de conseguir el dinero por otros medios —opinó Naomi.

—O sea, ¿Cómo? Explícate —requirió Lara con extraña amabilidad.

—Si das la idea que sea la escuela el único que desembolse el dinero, la respuesta será un rotundo no —explicaba Naomi con calma— pero, si aparte de la propuesta das las ideas para conseguir el dinero por otros medios la cosa ya sería diferente. La escuela se ahorra todo eso, además, podríamos sacar otras ventajas de allí.

—¿Cómo cuáles?

La atención estaba por completo en ella, todos intrigados y atentos a las sugerencias innovadoras de su compañera. En realidad, era la primera vez que Naomi decía más de dos palabras seguidas sobre todo en frente de la clase completa. Era algo incómodo para ella, pero estaba dispuesta a hacer un esfuerzo si de verdad podrían lograr su cometido.

—Bueno, no sé si en esta escuela lo permitan, pero… —comentó algo dudosa— donde estudié el año pasado si querían obtener algo solo pedían un permiso para realizar actividades lúdicas algún fin de semana en el mismo sector del colegio. Bingos, cine, ferias y cosas así.




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