Perfecta Seducción (stoic)

⸙Capítulo 1 Una noche pasivamente aterradora

NOCHE UNO

Y la verdad es que esto estaba yendo fatal.

Coney no había logrado su cometido, el captar la atención de su objetivo era más difícil de lo que ella creía. Ella se escurría por las mesas, en la barra del prestigioso bar e incluso en la mesa donde él se encontraba jugando. Nada funcionaba. Ella no llamaba su atención.

Un hombre muy adinerado se fijó en ella, era un señor de la mediana edad llamado Philips Joss acompañado por sus dos hijos los cuales presentó como...

—Eduardo y Gabriel Joss, mis hijos. —Ambos tomaron su mano y la besaron.

—Es un placer conocer a dos hermosos muchachos —sonrió.

—No... créanos, nosotros —se dieron una mirada cómplice — estamos encantados de conocerla señorita...—finalizó Eduardo.

—... Dayana Bruno. ...

—Bello nombre —dijo Gabriel.

 


Seis lunas más tarde...

—Si incluso su belleza que sería lo único relevante para la misión no le ha interesado entonces usted —la señaló— no es útil en la misión. Queda retirada. —Dio la vuelta dejándola perpleja.

—Espere. No puede hablar en serio —ella lo persiguió y él se giró de golpe.

—Es justo lo que hago señorita Bruno. Y deje de agitarse, no colme mi paciencia.

«El que la está colmando es usted y a la mía » —Pensó.

—Y silencio, no quiero oírla, no deseo escuchar su irritable voz. Sé que una oportunidad como ésta era la que esperaba y la ha desaprovechado, ¿Qué fue lo que le dije? que si era necesario debía acostarse con él. Hágase de provecho y utilice para algo las deliciosas piernas que tiene.

Ella estaba totalmente sorprendida y molesta. Tenía rabia, mucha rabia por dentro.

Llegó tirando todo a su paso, al entrar en el área de las oficinas.

—¿Qué sucede corazón? —preguntó Mack— pensé que vendrías dentro de medio mes.

—Me han retirado de la misión.

Ella se acercó y le dió un abrazo.

—Oh, mi amor lo siento mucho.

«Y no sólo eso, acabo de ser descrita de la forma más asquerosa posible»

—¿Y qué es lo que harás ahora?

—Hablar con mi nuevo reemplazo.

—¿Quién?—le regaló una sonrisa confundida la negra.

—...

 

Días atrás...

Los tomó de los brazos mientras paseaban por el jardín.

—Esto es muy hermoso, ¿Cómo es posible decir que lo odian?

—En este jardín murió mnuestra madre, Dayana.

—Lo siento mucho Gabriel. Y bueno, tú también, Eduardo.

—No... quita ese semblante, no te sientas triste por nosotros. Estamos acostumbrados—Eduardo Acarició mi rostro suavemente.

—ya son muchos años sin ella, entonces es menos complicado que antes hablar del tema. Asi que no te preocupes.

Asintió.

 

CONEY BRUNO

 

—¿Estás segura de que eso quieres, corazón?

—Sí, mamá. Te lo he dicho veinte veces ya. No más. —le supliqué— No me molesta que ustedes se vayan de vacaciones sin mí, tú, papá, él abuelo y mis hermanos se van a divertir muchísimo y yo no quiero arruinarle los planes solo porque me toca trabajar.

En parte era mentira, como fui retirada de la misión no tenía nada que hacer este último mes. Lo que yo sabría manejar ya que tengo el plan de hacerme cargo de vuelta de mí misión y no se la dejaré al imbécil ese, sea quién sea.

—Mmh... —me besó en la frente y luego en toda la cara abrazándome muy fuerte— lo que tú digas PERO eso no evitará que me preocupe por mi pequeña pelirroja.

—Ambas hicimos puchero— si, lo que tú digas. Ya anda, debo irme, me esperan en el centro de investigación.

—Ese centro de operaciones le está yendo muy bien eh, mira como vives. En uno de los mejores residenciales de los angeles. —me codeó un brazo.

Le hice una mueca.

—Yaaa, vete.

Ella puso los ojos en blanco y yo reí leve.

No la escuché pero hizo una mímica con sus labios "Te amo"

—Yo más.

Y sé fue, dejándome sola en mi enorme departamento. Al menos ganaba bien, aunque ella no sabía lo que realmente hacía. Por su seguridad y por las políticas de la agencia no podía contarles. Por un lado era bueno solo tener amistades de la ADFPI ya que son mis amigos y además, compañeros de trabajo, no tengo que ocultarles nada. Normalmente las misiones allí requieren: hacerse pasar por otra persona, viajar por investigación, hacer roles distintos, cambiar nuestras identidades era algo obligatorio en casi todas. Todo era muy agotador y el cuidado máximo es lo que involucra la responsabilidad de cada uno de nosotros. Cuando Erick me ayudó a conseguir mi trabajo nunca pensé que llegaría a tanto o que mi mundo, la manera en la que veo el mundo, cambiaría totalmente.

Con un suspiro entre los labios me acerqué a la isla de mi cocina. Encendí la estufa y me puse a preparar un sancocho para cenar, algo pequeño, para mí. Sería una cena conmigo misma.

—Ya hace tiempo que no hago nada conmigo. —mordí mi labio inferior al pensar.

Escogí uno de los pocos vestidos elegantes que tenía y me lo enganché, de una, sin pensarlo mucho.

—Te ves hermosa. —oí detrás mientras me miraba en el espejo y di la vuelta para llevarme el susto de mi vida.

— ¡Dios mío! —Llevé ambas manos a mi pecho y el chico riendo las tomó.

—Disculpa, la puerta estaba abierta...

—¿En serio?

«Mi mamá seguro olvidó cerrarla»

—Oh... bueno, yo... ¿Pero cómo sabes que vivo aquí?

—¿No lo recuerdas? —negué— lo dijiste en la fiesta.

Aunque dudé.

—Ah... —Me alejé de Gabriel.

—Yo no quería asustarte, lo siento.

—No, no digas estupideces. No pasa nada.

—¿Vas a salir? —acarició mi cuello y luego tomó asiento en mi cama.

—No. Solo me arreglaba para cenar.

—En ese caso, tenemos que comprometernos pronto. Eso de que te arregles así... solo para cenar es interesante, ¿Tiene un trasfondo?



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En el texto hay: vampires, romance, casino

Editado: 19.03.2024

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