Una Reina Para El Principe

Capítulo 32

El se quedó mirándome un poco perplejo por mis palabras, pero necesitaba escucharlo de sus palabras, saber que no existía razón por la cual temer y que el sería fiel a sus palabras sin importar nada.

Baje la mirada por su silencio, el levantó su mano y la levantó para luego hablar.

—No, todo esto no lo hago, pero el enorme deseo sexual que me produces, lo hago porque de verdad estoy enamorado de ti, Tania Jones y no quiero que dudes de lo que me haces sentir.

Mis ojos se llenaron un poco de lágrimas y hundí mi rostro en la curva de su cuello, sentí sus brazos acogerme con fuerza, mientras yo lloraba de felicidad.

El viaje duró poco, cuando el avión aterrizó en el aeropuerto, nos levantamos de la cama para vestirnos lo más rápido que pudimos, me asome por la ventanilla y vi que ya era de noche, sabía que el se tendría que ir y no nos veríamos hasta que la semana que viene.

—¿Cuando hablaremos con tu padre?—Pregunte cuando sentí sus brazos rodear mi cintura.

Depósito un beso en mi mejilla antes de hablar.

—Hoy mismo, antes de irme lo haremos—Menciono—, mi padre nos estará esperando para preguntarnos como nos fue y ahí hablaremos con él.

Se separó de mí, cuando pensé que se iba a ir, me agarró de la mano y me guío afuera del avión. Mi hermana ya se encontraba abajo esperándonos con nuestras maletas y junto a ella estaba John.

—Su majestad, Señorita Jones, espero que su viaje allá ha sido agradable—Menciono de una manera educada.

—Si, John—Respondió Nicholas—, ella es la hermana de mi prometida, se quedará en el castillo un tiempo, apenas lleguemos prepárale una habitación.

—Como guste su alteza.

Nos acercamos a la limusina y el chófer ayudo a mi hermana a subirse, luego Nicholas y yo nos fuimos a sentar del otro lado del carro para quedar frente a ella y John se fue adelante con el chófer.

—Londres debe ser magnífico de noche—Articulo mi hermana mirando por la ventana cuando el carro arranco.

—Sí, tiene una belleza sobrenatural—Respondi recordando esa vez que fuimos en helicóptero hasta el aeropuerto.

El teléfono de Nicholas comenzó a sonar, obligándolo a contestar.

—Buena noche, padre

Era el rey, el rey estaba llamando.

—Sí... Sí, ella está aquí... También... Sí, apenas lleguemos vamos para allá... Sí, ella también... Sí... No, ya casi llegamos... Está bien, adiós.

Luego de eso colgó, no sabía que habían hablado, pero claramente tenía que ver con nuestro viaje o se pudo enterar de que rompimos la promesa, de seguro estaba prepararon la cárcel por no cumplir.

—¿Está todo bien?—Pregunte.

—Llamo para recordarme el viaje, no comprendo por qué no envía a mi hermano—Menciono guardado el teléfono—, también me dijo que Connor estaba allá y pensaba quedarse unos días.

—¿Tu primo?—Pregunte

—Si, el duque de Lennox, tus lecciones continúan mañana y ya no estaré yo para salvarte de ellas—Manifestó—, cada vez que logres completar una, llegará otra nueva, el protocolo real es demasiado extenso.

Hice una mueca al recordar mis absurdas lecciones y los dolorosos tratamientos para que aprenda, sin compasión y a la antigua.

—Son oxidadas y anticuadas—Bufe cruzando me de brazos.

Nicholas soltó una carcajada que me hizo sonreí un poco.

—¿Lecciones?—La voz de mi hermana llamó mi atención.

—Sí, ese es el precio a pagar por meterme con un hombre de la corona—Mofe.

—Y bien caro que té salió—Manifestó Nicholas.

Mi hermana se quedó mirando un rato antes de volver a hablar.

—¿Por qué hay que tomarlas?—Pregunto.

—Es parte del protocolo, cuando un Príncipe, Duque o Conde, tiene una novia por así decirlo, esa mujer debe aprender el protocolo real para no avergonzar a la corona o insultarla frente a todos—Respondió—, lo malo es que los métodos de enseñanza son tan anticuados que te dolerá con solo pensar en algo.

—Literal, duelen mucho—Susurre recordando cada golpe que he recibido por mi mal comportamiento en las clases.

—¿Tú los haces?—Pregunto mi hermana.

Yo asentí y ella soltó una carcajada.

—El costo es bastante doloroso.

Yo me cruce de brazos y me deje caer en el asiento al ver como mi hermana se burlaba de mis clases. Ojalá y de alguna manera ella sufra lo mismo que me toca pasar a mí, para poder estar con Nicholas.

Cuando el carro freno en frente del palacio, ayudaron a bajar a mi hermana, cuando yo me iba a parar para salir Nicholas me agarró y me dio un beso rápido.

Sonreí y salí de la limusina para encontrarme frente con Harry con una enorme sonrisa.

—Querida Tania—Menciono dándome un abrazo—, ¿Como te fue con mi hermano?, ¿Si sucumbió ante tu encanto y terminaron rompiendo la cama?

—Harry—Mascullo mi príncipe entre dientes.

Harry se alejó riendo fuerte—, calma, calma, solo preguntaba.

Mis mejillas estaban coloradas con sus palabras. Ciertamente, no habías roto la cama, pero sí habíamos disfrutado de ella bastante.

—Padre, quiere verlos, vayan con cuidado y yo me encargo de tu hermana—Menciono Harry colocando su mano en la cabeza de mi hermana—, ella está en las mejores manos posibles, Nicholas debería considerar dejarme a Tania a mi cuidado también está semana que no se encuentra, prometo cumplir con lo que él hace, como por ejemplo la interrupción en tus lecciones

—Sigue soñando—Comento Nicholas.

Harry soltó una carcajada.

—Mas tarde voy a verte, hermana—Comente.

—Está bien—Respondió.

—Nosotros vamos a cenar, John se encargará de enviarles su cena a sus respectivos aposentos, aunque si gustan mando la cena de los dos a solo una de las habitaciones, ya como deben estar acostumbrados a compartir cuarto.

—¡Harry!—Replico mi príncipe—, y porque no mejor vas tú a esa reunión y me dejas a mí aquí.

—¡No!, Tú haces mejor esos trabajos—Comento agarrando a mi hermana y llevándose la—, ¡Aunque antes no se quejaba!



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En el texto hay: comedia, romance, plebeyos

Editado: 31.05.2024

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