Capítulo 23

Mi príncipe me hizo una seña para que saliera y lo hice, me despedí de Harry y salí de la habitación, aunque pensé que él me acompañaría, no lo hizo, solo me dijo que me fuera a mi recámara, que ahí estaba John y se encerró con su hermano. No tenía nada más que hacer, simplemente hice caso y caminé hasta mi habitación, afortunadamente en estos días me había aprendido el camino, así como muchas reglas del protocolo, mis instructores y la reina en persona me felicitó por mi gran avance con las normas, ya poco a poco iban cayendo clases y en algún momento esperaba no tener ninguna, porque obviamente mi meta era poder disfrutar de un poco de aire sin tener a un profesor que me dijera una y otra vez lo que tenía o no tenía que hacer.

Cuando entré en mi habitación lo primero que vi fue un vestido cubierto por una tela inmensa y también dos señoras paradas al lado del tocador.

—Tania, por fin llegas, el príncipe vino a buscarte y yo no supe qué decirle.

¿Nicholas vino?, ¿Por eso fue hasta donde su hermano?, Me estaba buscando a mi y fue o fue ha hablar con su hermano, aunque me parecía más que había ido a hablar con el, que buscarme a mi.

—¿A qué vino?—Pregunte.

—Yo no sé, tal vez venía a verte ya que lleva, umm... Cinco días sin hacerlo—Menciono John—. Necesito que te bañes y te metas aquí.

Me señaló una bata blanca.

—Pero, obviamente con ropa interior, las dos señoras presentes te peinaran y maquillaran, más encima te ayudarán con el vestido—Mencionó.

Yo asentí y él salió de la habitación.

Agarre la ropa interior que había en la cama más la bata blanca, me eche un vistazo a las dos señoras y ella solo me sonrieron, yo les devolví la sonrisa para entrar a bañarme, el baño no fue rápido, pero tampoco fue lento, ni menos cuando encontré mil indicaciones de cómo tenía que bañarme.

Los hombres no son de palo y me importa poco la promesa que le hicieron a mi padre, sigue los pasos y veremos cuánto tiempo dura mi hermano en pie sin poseer tu cuerpo

Harry (futuro cuñado)

 

Decía aquella nota que había encontrado en el baño, no me quedó más opción que seguir los pasos uno tras otro, no había nada más con lo que me pudiera bañar que no fuera eso, lavo mi pelo y me coloque una esencia de rosas, literalmente todo ahí era de rosas, así que quede oliendo a rosas cuando salí del baño.

—Señorita Jones, siéntese aquí por favor—Comentó una de las señoras.

 

Yo hice lo que me pidieron y mientras una cepillada mi cabello, la otra me maquillaba, así que tocó pasar un buen tiempo, para mí disgusto nunca me había gustado que me tocaran el pelo y ahora tenía que aguantarme que lo hicieran, esperaba no lamentarme más adelante de lo que hice.

—Usted será una prometida muy hermosa, ya veo como el príncipe Nicholas decidió comprometerse, si usted es inmensamente hermosa—Comento la señora luego de terminar mi tortura.

Me miré al espejo una y otra vez, si no supiera que yo era la chica que estaba sentada en el tocador, diría que era otra mujer. Mi pelo estaba plenamente planchado, pero tenía una mini trenza delgada que agarraba uno que otro mechón de al frente, también caían unos mechones delgados por la mitad del pelo que se recogía atrás y cuando pensé que ya habían terminado, vi un rizador en las manos de la señora. Cerré los ojos con fuerza.

—Ya se puede mirar, señorita—Dijo la voz de la otra señora.

Con un poco de miedo abrí los ojos, los rizos no eran algo que me quedarán bonitos, pero cuando vi el resultado de los rizos en las puntas de mi pelo y en esos finos cabellos que sobre salían del resto del pelo, no podía creer que fuera yo la mujer que estaba ahí sentada, ahora menos que nunca.

—Esperaremos que su cuerpo se refresque antes de ayudarla a vestir—Comentó la señora.

—Muchas gracias por su trabajo, hicieron milagro en mí—Mencione.

—De nada señorita, pero usted es muy hermosa, así que no tuvimos que hacer nada, simple...

En ese momento ella fue interrumpida por la puerta abrirse. Yo voltee a mirar y me sorprendí cuando vi a Nicholas en la puerta.

—Principe Nicholas—Ambas señoras hicieron una reverencia.

—Pueden retirarse un momento—Comentó Nicholas con tono serio.

Las mujeres se sentaron y salieron de la habitación dejándonos solas.

—Pensé que ya te habías terminado de vestir—Comentó sentándose en la cama.

—No, todavía no lo he hecho—Respondí.

—Si no te hubieras puesto a hablar con mi hermano todo el día, tal vez ya estuvieras lista—Menciono mientras miraba el bulto de vestido en el maniquí.

—Si tu hermano no me hubiera dejado mil pasos de cómo tenía que bañarme y que tenía que echarme, hubiera salido temprano—Manifeste en un susurro.

—¿Lista?...—Preguntó —, así que te hizo bañarte con vainilla, será cretino.

Yo abrí los ojos de par en par, estaba sorprendida al escuchar que le había llamado cretino a su propio hermano, ¡Su hermano!, Además no me bañé con vainilla, si no con esencia de fresas.

 

—Bueno, será mejor que me retiré, soy alérgico a la vainilla.

¿Qué?Él era alérgico a la vainilla, pero yo no me había bañado con vainilla, no entiendo de dónde sacó eso. Cuando vi que se levantó con intención de irse, yo me pare rápido de la silla.

—¡Espera!—Exclamé y la silla cayó al piso.

—¿Qué pasó?—Preguntó.

—¿Eres alérgico a la fresa?—Pregunte.

Necesitaba saberlo, porque si mi príncipe moja bragas era alérgico a la fresa, saldría corriendo a bañarme inmediatamente para quitarme ese olor.

—¿Por qué la pregunta?—Interrogó con el ceño fruncido.

—Porque si eres alérgico a la fresa, en este mismo momento me voy y me baño para quitarme el olor a fresa que emana ahora de mi—Estaba avergonzada.

En ese momento el me hizo una seña para que me acercara y yo lo hice, cuando estaba a una distancia prudente, el acercó su cara hasta que quedó en la curva de mi cuello, quería separarme, pero Nicholas pasó su mano por mi cintura pegándo me completamente a él, mis manos quedaron en la su traje real y antes de que pudiera protestar sentí sus labios en mi cuello.