Yo oí que...

4: Estúpido, Max.

Max.

 

<<— ¿Qué haces aquí?—dijo molesta.

—Vine a hablar contigo, a pedir perdón.

— ¿En serio? ¿Meses después de todo? Sí que eres estúpido, Max.

—Mejor ahora que nunca.

—Lárgate.

—Escucha, Core. Sé que los dos cometimos errores, pero creo que nunca hemos visto que tenemos más cosas en común de lo que crees. Quiero tener al menos a alguien de mi lado en todo el infierno que estoy viviendo y creo que tú también.

—Te escucho.

En serio que este lugar le hizo muy bien, meses atrás me hubiera ignorado, pero me alegra por fin tener esta conversación. >>

 

§

 

Tenía que pasar temprano por Core para que su tonto vecino no nos viera, y sí, su tonto vecino también es mi tonto amigo y con más razón no tenía que ver mi carro. Si nos ve no me quiero poner a dar explicaciones, Core y yo no hemos vuelto a hablar de que deberíamos de hacer en caso de que alguien nos descubra, pero no creo que ella quiera hablar de nosotros con cualquiera.

—Hola, estúpido—dijo Core subiendo a mi carro y poniéndose el cinturón de seguridad.

—Tan linda como siempre, caramelito.

—Qué asco me das "cirimiliti"—dijo haciéndome burla—. Mamá me dijo que Charlie quería hablar con nosotros y Lisa cuando llegáramos a la escuela.

— ¿De qué?

—No tengo idea.

— ¿Eso significa que tenemos que pasar por Lisa?

—Sí—dijo y encendió la radio.

El camino a la escuela no fue tan largo a pesar de que hayamos ido hasta el otro lado de la ciudad por Lisa.

¿Por qué esa chica vivía tan lejos?

No hubiera dejado que Core fuera sola hasta allá, además de que ayer fui malo con ella y si ser su chofer lo compensa, entonces lo haré las veces que sea.

Llegamos a la escuela y estábamos esperando a que las personas con las que estaba Charlie salieran y cuando lo hicieron fueron nada más y nada menos que Alex y Luke, fingí que no los había visto y que mi mano parecía más interesante que nada aunque sé que después empezarán a cuestionarme por ello. Después Charlie nos llamó para entrar.

—Es la segunda vez que estoy aquí en la semana, ¿voy por un buen camino?—dijo Core con sarcasmo.

—No, nada de eso—respondió el alegre Charlie.

— ¿Entonces por qué estamos aquí?—dijo esta vez Lisa.

—Hablé con el psicólogo de Core y dijo que sería buena idea que alguien la vigilara y tratara de calmarla cuando se sintiera algo intranquila dentro y fuera de la escuela. Y creo que son las únicas personas que Core no quiere matar así que felicidades, les asigno el puesto no-oficial de responsables de Core.

— ¿Soy su responsabilidad? ¿Qué soy? ¿Una niña pequeña? ¿Un animal?—dijo Core parándose de su asiento.

—Cálmate, enana—dije y la tomé de los hombros haciendo que se sentara de nuevo luego entrelacé nuestras manos y se tranquilizó un poco. Creo que la idea de su psicólogo no fue tan mala.

— ¿Ven? Creo que hice buena elección. Y sé que no quieres que te vean con Max así que Lisa, tú te encargaras de ella dentro de la escuela.

— ¿Cómo es que sabes todo?—dijo Core.

—Agradécele a tu mamá—Charlie estaba sonriendo.

Al ver que Lisa y yo no comentábamos nada al respecto Core pareció confundida.

— ¿Cómo es que Lisa y Max saben de mi madre y de ti?

—Son las personas más cercanas que tienes, a veces los invitábamos a la casa a comer por sus grandes visitas en la clínica y lo seguiremos haciendo ya que ahora conllevan una gran responsabilidad—pensé que quedaba todo claro con su primera oración.

Aunque es cierto, he ido muchas veces a la casa de Core a convivir con Charlie y su madre, no es un secreto que de hecho me caen mejor que mis padres.

—Los odio a todos—soltó mi mano y se cruzó de brazos.

—Lo sabemos, ¿están de acuerdo en hacerse responsables, chicos?—preguntó Charlie

—No quiero que mate a mis amigos así que sí—dije y Lisa asintió.

No me quiero imaginar lo que esta chica haría sin supervisión. A veces puede llegar a tener un muy mal genio.

—Está bien, ahora largo. Tienen justificante así que ya no vayan a su clase.

Cuando salimos me fui al lado contrario de ellas ya que sería muy raro que me vieran en su compañía, y sería aún más raro para mis amigos.

Logré ver sus tontas cabezas desde lejos y me pareció una buena idea saludarlos con un amistoso golpe.

— ¿De qué hablan, bobitos?—dije sentándome a lado de Luke mientras se sobaba en la cabeza.

Qué exagerado, ni siquiera tengo la mano tan pesada.



#325 en Joven Adulto
#1829 en Otros
#475 en Humor

En el texto hay: novelajuvenil, romanceadolescente, enemigos

Editado: 22.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.