Ámame otra vez

12. Disculpas no aceptadas.

Dasha peinó su cabello lo mejor que pudo antes de salir de la habitación e ir por sus hijos. Entró primero a la de Jadiel, quien estaba saliendo del baño con una toalla secando su cuerpo.

 — ¿Emocionado porque pasarás el día con tu padre? —preguntó Dasha, sonriendo hacia su hijo—. Ya sabes, eres todo un hombre y pasarás todo el día con él, haciendo un montón de cosas…

— Sí, mami —Jadiel subió a la cama sin mucho esfuerzo—. La verdad es que aquí me gusta mucho, el abuelo Volkan es muy bueno conmigo y dice muchas cosas que me gustan.

— Al menos te trata bien —sonrió desganada—. Me alegro mucho de que te lleves bien con tu abuelo, al menos puedes decir que eres el heredero de todo.

— Jasha dice que cuando todos sepan que es hija de papá, el mundo arderá —levantó las manos—, pero después dijo que no se lo diría a nadie porque ya había sufrido mucho porque todos piensan que papá es hijo de los abuelos Christopher y Karla.

— ¿Tú no quieres a mi papá como antes?

— Lo sigo queriendo como el primer día que lo vi, solo que ahora nuestros caminos son diferentes en cualquier sentido —arrugó un poco la nariz—. Voy a casarme con Tahir, viviremos en este país y tú podrás hacer muchos amigos —Jadiel asintió—. Si quieres regresar a Moscú, avísame y nos vamos. El abuelo Will y Natacha nos esperarán con los brazos abiertos.

— Natacha es muy joven… Tiene la edad de la abuela Nicole…

— Shh, en esa relación no nos podemos meter —le pellizcó los labios—. Natacha te trató más que bien, no te puedes quejar y te aseguro de que ella te vio como menos.

— Eso sí…

— ¡Ya vámonos! —gritó Jasha—. Quiero ver a mi papá.

— No ha dejado de decir eso desde que se levantó en la mañana —bromeó Carmen, entrando a la habitación—. ¿Qué tal estás tú?

— Estoy bien, mamá —sonrió un poco—. Hablé con Tahir y me confirmó que es posible que se tarde un poco antes de llegar aquí. Debe resolver algunos problemas que se le prestaron.

— Y pensar que casi muero por ese compromiso —chistó su madre—. Es una verdadera lástima que ahora las cosas sean diferentes.

— Es algo temporal y es más como un favor hacia un amigo —se encogió de hombros—. Cuando lo conozcas bien, sabrás de qué hablo.

— Bueno, si tú lo dices… —su madre movió la cabeza de un lado a otro—. Volkan pidió hablar contigo a solas, le dije que iríamos a la empresa de Jedward, pero…

— Yo quiero conocer al abuelo… tiene mucho dinero —Jasha tomó la mano de su mano—. Vamos, mamá.

— No, aún no, cariño —la soltó con delicadeza—. Cuando tu padre sepa que eres su hija, entonces le diremos al abuelo —se agachó a su altura—. Con lo que hablamos con él, es más que obvio que se quedó con la duda.

 — ¿Qué hicieron ustedes dos? —preguntó Carmen, poniendo las manos en jarras—. Les estoy hablando.

— Le dijimos algunas cosas que deben poner su mente a volar, eso fue todo —se encogió de hombros—. No hay nada de malo en eso —se levantó—. Iré a hablar con el tío Volkan, espero que no sea para seguir metiéndose en mi vida otra vez.

— Puedes ir, terminaré de alistar a los niños.

Dasha salió de la habitación y fue hacia dónde se encontraba Volkan en la sala, mirando las fotografías que sus padres recientemente habían colocado desde su regreso.

— ¿Qué quieres hablar conmigo? —preguntó sin muchos rodeos—. ¿Vienes a decirme que debo dejar que tu hijo tenga un futuro…?

— No, vengo a saber cómo estás tú —Volkan la miró—. No hemos podido hablar desde la última vez que nos vimos…

— Según mi memoria, nos vimos hace diez años cuando me dijiste que debía no aceptar esa beca —cruzó los brazos en su pecho—. ¿No crees que es algo genial? 

— Dasha, fue por una buena causa, los dos necesitaban alejarse el uno del otro —su tío caminó por la sala, viendo las fotografías—. Ya están grandes, y lo que hagan con sus vidas es algo que me tiene sin cuidado…

— Hace diez años no te importó que todos me tacharan a mí de la mala de la historia —le apuntó—. Decidiste quedarte callado y no ayudarme cuando todas esas personas me miraban como una escoria…

— Tú ni siquiera querías estudiar eso, lo hiciste solo para complacer a mi hijo —Volkan siguió sin mirarla—. Quiero que sepas, que ustedes necesitaban buscar cosas por sus medios, solos y aparte. Eran unos niños y solo estaban en el mismo lugar.

— Nosotros éramos los que deberíamos elegir nuestro destino, no otra persona que se fue de metiche —chistó furiosa—. Eres mi tío, pero en verdad eres un ser asqueroso de lo peor —pasó saliva—. ¿Qué es lo que quieres realmente?

— Que dejes a Jedward pasar tiempo con Jadiel, merece tenerlo…

— Vaya, ¿es que no sientes curiosidad por saber algo más sobre mi vida? —miró hacia el inicio de las escaleras, encontrándose con la pequeña figura de su hija sentada y escuchando la conversación—. Puedes estar tranquilo, dejaré que pase tiempo con sus hijos…

— Eso me alegra… —Volkan se giró para verla—. ¿Dijiste hijos? ¿Tuviste gemelos?

— No, tuve otra hija con él y tiene cinco años —le hizo una seña a su hija—. Ven aquí, cariño. Conoce al abuelo que nos desgració la vida.

Jasha bajó con mucho cuidado las escaleras, sin dejar de ver a Volkan, mismo que se había quedado mudo al darse cuenta de la similitud que la pequeña tenía con su madre.

— ¿Es el que tiene mucho dinero, mami? ¿Me lo dará cuando se muera? —Jasha tomó la mano de su madre—. ¿Por qué no habla? ¿Se irá con San Pedro?

— ¿Es…? —comenzó a decir su tío, pero las palabras no pudieron salir.

— Sí, es hija de Jedward, hasta como hablan es igual —bufó—. Hace cinco años regresé para intentar tener algo con él, pero me llevé la sorpresa de que se casaría con una famosa modelo y tuve que quedarme callada otra vez y casi tengo un aborto…

— ¿Un aborto…?

— Estuve casi un mes hospitalizada porque hubo un fallo en mis cuerdas —caminó hacia él—. Los medicamentos fueron fuertes y bueno, las cosas se salieron de control y terminé por enterarme de que estaba embarazada de poco tiempo.




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