Amores secretos - Draco Malfoy

Capítulo 5 - NADA ES LO QUE PARECE SER

Los rayos de sol entran por las ventanas de la habitación haciéndome despertar. Me incorporo en la cama y miro a mí alrededor. Sonrío al ver que todo es real, que estoy aquí, en el castillo.

Me levanto de la cama y cojo la ropa que me voy a poner para después ir hasta el baño que compartimos las chicas de mi edad. Al entrar veo que Nicky ya está allí.

  • Buenos días Brooke – me saludo con una sonrisa.
  • Buenos días Nicky – me acerco al lavabo y dejo mis cosas encima.
  • ¿Preparada para el primer día? – me pregunta.
  • Estoy algo nerviosa pero con ganas – la miro y me quito el pijama, colocándome el uniforme.
  • Todo va a ir bien – me da un apretón cariñoso en el brazo.

La puerta del baño se abre y unas voces inundan la estancia. Giro mi cabeza y me encuentro con Parkinson, la chica que estaba en el grupo de Malfoy y dos chicas más, Stamford y Roan, las compañeras de cuarto que me faltaban por conocer. Las tres se nos quedan mirando al vernos dentro.

  • Hola – saludo amable a mis compañeras – Soy Brooke Parker vuestra nueva compañera – me presento de forma educada.
  • ¿En serio nos está hablando? – dice Parkinson en tono de autosuficiencia dirigiéndose a sus amigas.
  • Lo que hay que ver – responde la chica morena y por lo que me contó ayer de ellas Nicky, deduzco que es Stamford.

Las tres se ríen y yo miro algo desconcertada a Nicky, que me devuelve la mirada alzando las cejas y diciéndome un silencioso “ya te lo dije”.

  • Mira – se acerca Parkinson a mí – quiero que te quede una cosa bien clara – se para justo enfrente de mí, a escasos centímetros de mi cara – No te queremos aquí, tú no deberías de estar en esta casa. La estás mancillando – me mira altiva.
  • Qué pena porque ya pertenezco a esta casa y no me voy a ir a ninguna parte – no puedo evitar contestarla, me pone enferma la gente así.
  • Te lo advierto por primera y última vez – me dice rabiosa – ni se te ocurra acercarte a nosotras, ni tocar nuestras cosas, asquerosa sangre sucia – habla con asco – Sois escoria, las dos – mira ahora a Nicky – mantente alejada o si no atente a las consecuencias.
  • ¿Me estás amenazando? – la digo intentando aguantarme la risa que me está generando porque contra mí, la que está perdida es ella.
  • Tómatelo como quieras, yo ya te he avisado – sigue insistiendo Parkinson.
  • No te tengo miedo – respondo segura de mí misma – Además – la miro de arriba a abajo – no me llegas ni a la suela de los zapatos.
  • Aggg – dice rabiosa y colorada al ver que le he plantado cara – Voy a hacerte la vida imposible y desearas no haber venido a Hogwarts – escupe furiosa.
  • Eso ya lo veremos – digo riendo mientras cojo mis cosas y salgo del baño seguida de Nicky.

Voy hasta mi armario y dejo mis cosas mientras oigo las carcajadas incontroladas de Nicky. Me giro divertida para mirarla.

  • Eso ha sido… Increíble – me dice como puede por culpa de la risa.
  • ¿Todos los de esta casa son así? – le pregunto aguantando la risa.
  • Casi todos, aunque no todos lo expresan tan directamente – me confiesa.
  • Tengo hambre, bajemos a desayunar antes de que vuelvan a aparecer – le digo andando hasta la puerta.

Bajamos las escaleras que nos llevan a la sala común. Al llegar nos topamos con un grupo aunque más bien me choco, literalmente, contra el cuerpo de uno de ellos. Miro hacia arriba y me encuentro con los ojos grises de Malfoy. Observo quieta su mirada y no sé descifrarla, es entre divertida, sorprendida y llena de temor, igual que la mía.

  • A ver si miras por dónde vas asquerosa sangre sucia – dice finalmente en un tono de desprecio.
  • Lo mismo te digo – respondo pero mi tono de voz es mucho más bajo.

Sus ojos se abren por la sorpresa y yo me quedo mirándolo, ahí sin hacer nada. Y es que desde lo de anoche yo ya no sé qué pensar. No tengo nada claro, él me confunde bastante.

Sigo mirando sus ojos hasta que aparto la mirada y sigo mi camino, sin mirar atrás, dejándolo ahí estático, en el sitio.

Traspaso la pared de la entrada a la sala común y camino por el pasillo rumbo al gran comedor. Nicky sigue mis pasos a mi lado pero no dice ninguna palabra, aunque la pillo mirándome de reojo más de una vez.

Nos sentamos en nuestra mesa cuando llegamos al gran comedor y comienzo a llenarme el plato de comida, me muero de hambre. Nicky comienza a hablar, sin mencionar el pequeño encontronazo con el rubio. Al acabar un chico, que parece ser el perfecto de nuestra casa, nos entrega nuestros horarios. Lo miro y me doy cuenta de que hasta mañana no voy a tener clase de Defensa contra las artes oscuras con los alumnos de Gryffindor. Quiero asistir, más bien es la única clase que realmente me llama la atención y no por lo que vaya aprender sino más bien por el profesor que la va a impartir, me tiene intrigada.

 

La mañana transcurre con tranquilidad, la clase de Encantamientos me gusta mucho aunque no me resulta nada práctica, todas las cosas que hoy hemos dado ya las sé, pero intento pasar desapercibida y que nadie note que ya sé todos esos conocimientos, aunque con Hermione en clase resulta bastante sencillo, ya que es muy inteligente y hábil con los hechizos. Al acabar las dos horas de clase, Nicky y yo entramos en la clase de historia y nos sentamos juntas en una mesa de dos hacia la mitad del aula.

El profesor Binns, el único profesor que es un fantasma, comienza la clase como si fuera un autómata y mis compañeros comienzan a desmadrarse. Ninguno le hace mucho caso, tanto que incluso Ron se queda dormido con la mano apoyada en su cabeza.  Le comprendo perfectamente, madre mía no se cansa de hablar y hablar, además de que las clases son bastante aburridas y monótonas. La única que parece atender es Hermione, que no hace más que rasgar su pluma sobre un pergamino cogiendo apuntes.



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En el texto hay: amor, harrypotter, dracomalfoy

Editado: 24.08.2022

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