Amores secretos - Draco Malfoy

Capítulo 13 - CAOS SIN SALIDA

BROOKE

 

Esto es una auténtica locura y de las buenas. Se me está yendo de las manos, siento que pierdo el control de mí misma en todo lo que se refiere a él. Pero me es imposible alejarme de él. Y ayer…

Creo que le importo, estaba preocupado por mí, aunque no quiera reconocerlo. No sé porqué, pero lo está. Pero lo más extraño, es que ayer no discutimos, estuvimos hablando de forma educada. Bueno en realidad, de forma íntima, porque la manera en la que estuvimos se define así, íntima.

Malfoy me deja aturdida, nublada por la cantidad de emociones que me queman bajo la piel. Ya no sé qué pensar de él, me tiene totalmente confundida, porque cuando estamos con gente me trata con desprecio pero después, cuando estamos a solas es delicado, amable y me mira con esos ojos grises…

Pero tengo que centrarme en otra cosa, en Harry y en su primera prueba. No sé cómo irá, pero la fecha está a la vuelta de la esquina y tiene que estar preparado porque puede ser cualquier cosa. E intentando hablar con el profesor Dumbledore sobre ello, sonsacarle alguna pista, aunque sea mínima, pero se ha negado en rotundo, no puede hacer favoritismo ni decantarse por uno u otro. Aunque en el fondo sé que tiene debilidad por Harry. Aún así tendré que tirar de imaginación.

Entro en el gran comedor y lo busco con la mirada, está sentado junto a Hermione, algo apartado del resto de sus compañeros. La verdad es que no me sorprende lo más mínimo, teniendo en cuenta las miradas que le lanzan los alumnos cuando pasa por su lado.

Para llegar hasta él, paso por delante de los chicos. Me miran y me hacen señales para que me sienta con ellos, pero niego con la cabeza. Hoy mi prioridad es otra. Unos ojos grises me miran fijamente y todo lo que sucedió anoche vuelve a golpearme, recordando cada palabra, cada gesto, cada mirada, cada sensación. Un rubor se instala en mis mejillas y al ver su sonrisa porque me ha pillado, aparto la mirada con rapidez. Sigo caminando hasta que llego a la mesa de Gryffindor sin mirar atrás.

  • Buenos días chicos – me siento junto a Harry.
  • Buenos días, Brooke – me responde Hermione - ¿Qué tal estás? – me pregunta.
  • Bien – contesto con una sonrisa - ¿Cómo llevas la primera prueba? – voy directa al grano mirando a Harry.
  • Bastante bien – evita mi mirada y yo abro los ojos sorprendida porque no me creo lo que me dice.
  • ¡Harry, no digas mentiras! – la reprocha Hermione – Aún no sabe cómo enfrentarse a la primera prueba – sigue hablando.
  • ¿Cómo? ¿Aún no te has preparado? Harry, la prueba es este fin de semana – todas mis alarmas se encienden.
  • Lo sé, lo sé, no hace falta que me agobiéis – nos dice a ambas – Bastante nervioso y preocupado estoy ya con tener que enfrentarme a un dragón yo solito, sin saber… - dejo de escucharle en cuanto dice a lo que se va a enfrentar.
  • Espera, espera – le digo para que deje de hablar levantando las manos y moviéndolas sin parar - ¿Has dicho dragón? – me llevo las manos a la cara exasperada.
  • Sí – responde sin más Harry.
  • ¿Cómo lo has sabido? – un millón de preguntas me surgen de repente.
  • Me lo contó Hagrid. Tienen escondidos a los dragones en el Bosque Prohibido – me explica.

¿Dragones? ¿Pero se han vuelto locos? ¿Cómo se les ocurre poner a esos animales tan peligrosos para la primera prueba? ¿No han pesando en que Harry tiene desventaja con el resto de campeones al estar dos cursos por debajo de ellos?

  • ¿Sabes ya cómo enfrentarlo? – vuelvo a preguntar, intentando averiguar cómo ayudarlo.
  • Estuve hablando con el profesor Moody y me aconsejó que hiciera lo que mejor se me da – me dice y yo lo animo a que se explique – volar en escoba. Pero solo puedo llevar mi varita, así que no sé cómo voy a conseguir mi escoba – se lleva las manos a la cabeza y apoya los codos sobre la mesa.
  • Seguro que hay algún hechizo que nos permita traer la escoba desde el castillo – intenta sonar positiva Hermione – Iré a la biblioteca a investigar – hace un amán de levantarse de la mesa, pero la detengo con el brazo.
  • No hace falta – le digo – Hay un encantamiento para eso – los dos se giran para mirarme sorprendidos – Se llama Accio.
  • ¿Y cómo funciona? – me pregunta Harry interesado.
  • Es un encantamiento convocador que hace que un objeto inanimado, que está a distancia de quien lanza el hechizo, vuele hasta los brazos del mago o bruja – explico – Pero no te preocupes, yo sé realizarlo y voy a ayudarte a que lo consigas – sonrío dándole ánimos – Tengo todo el día, ¿empezamos a practicar? – sugiero.

Harry asiente agradecido y los tres nos levantamos. Salimos del gran comedor, bajo la atenta mirada de todos, y nos dirigimos hacia los pisos superiores, en busca de un aula libre para poder practicar.

Al entrar miro lo que tenemos a nuestro alrededor y cojo una pluma blanca y negra que hay sobre uno de los escritorios. Me vuelvo hacia Harry con una sonrisa.

  • Muy bien – lo miro – Para poder realizar este encantamiento, tienes que visualizar muy claramente el objeto que quieres en tu mente y después pronunciarlo – dejo la pluma al otro de la habitación y me alejo. Visualizo el objeto en mi mente - ¡Accio! – pronuncio cuando estoy lista y la pluma al otro lado se eleva y se dirige a mí. Unos segundos después cae sobre mi mano – Es así de fácil y sencillo. Venga, prueba tú – le señalo.

Nos pasamos las siguientes horas practicando. Menos mal que Hermione había traído algo para comer porque me moría de hambre. A estas alturas Harry solo había conseguido mover la pluma y elevarla unos centímetros, porque se distrae con facilidad.

Hermione se marchó hace un rato, no quiere perderse más clases. Necesita adquirir nuevos conocimientos, le pierden los estudios. Me recuerda un montón a Theo, los dos son igual de estudiosos y cultos. Le dije que no pasaba nada, que yo me quedaba.  A mí no me importa perderme las clases, todos esos conocimientos ya los sé, no me hace falta. Aprobaría los exámenes hasta con los ojos cerrados.

  • ¡Esto es muy complicado! – grita exasperado.
  • Hay que tener paciencia – le digo para tranquilizarlo mientras recojo mis piernas y me siento como un indio sobre un cojín, en el suelo.
  • Es que tú haces que parezca fácil – me mira caminando de un sitio a otro de la sala - ¿Cómo puedes? – me pregunta y se sienta al final a mi lado.
  • Es fácil, solo tienes que concentrarte más Harry, lo estás haciendo muy bien – lo aliento.
  • Creo que no voy a poder superar esta prueba – dice con desgana.
  • Lo vas a conseguir, ya lo verás – sigo animándolo.
  • ¿Por qué todo me ocurre a mí? – pregunta al aire frustrado.
  • ¿Sinceramente? – lo miro – Tienes una diana en toda la cara, Harry. Todos los problemas van a recaer en ti por lo que tú y yo sabemos. Hay una persona que no se cansará hasta tenerte en sus manos – creo que entiende a quien me estoy refiriendo.
  • Lo sé pero, ¿tú crees que  haya podido ser él? – me pregunta – Porque no tiene cuerpo, uno de hueso me refiero – sigue hablando y me entra la risa floja, contagiándolo – Gracias – me mira.
  • ¿Por qué? – le devuelvo la mirada sin entenderlo.
  • Por estar aquí conmigo, por ayudarme, apoyarme… - me dice.
  • No tienes que dármelas. Eres mi amigo y los amigos se ayudan – respondo con una sonrisa.



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En el texto hay: amor, harrypotter, dracomalfoy

Editado: 24.08.2022

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