Amores secretos - Draco Malfoy

Capítulo 19 - SIEMPRE HAY TIEMPO PARA EL AMOR

BROOKE

 

He pasado la peor noche de mi vida. No he dejado de pensar en todo lo que pasó. Y tampoco he dejado de llorar. No puedo parar, es un dolor en el pecho que no se me va. Por más que intento pensar en otra cosa, no puedo.

Finalmente me levanto de la cama, me voy a la ducha, me visto y bajo al gran comedor. No hablo con nadie durante todo el camino, ni siquiera levanto la cabeza, ando con el rumbo fijo pero con la mente puesta en otra cosa. Cuando llego al gran comedor, veo que está medio lleno. Doy un rápido vistazo a la mesa de mi casa y veo a Blaise y Theo sentados, pero junto a él, puedo ver la espalda del rubio. Suspiro con fuerza y comienzo a caminar.

Los chicos, que están de cara a la puerta, me ven y aunque me hacen gestos con la cabeza para que vaya con ellos, paso de largo, bajo su atenta mirada sorprendida. Veo más allá en la mesa de los leones, a Harry, sentado solo, por lo que opto por acercarme hasta su altura, ya que va a ser una mejor compañía que los chicos. Cuando llego, me siento frente a él.

  • Buenos días – saludo con algo de desgana mientras cojo una magdalena. Hoy va a ser un día largo.
  • Buenos días para ti también – veo que me observa – aunque no tienes buena cara, ¿has pasado mala noche? – me pregunta preocupado.
  • Sí, pero no te preocupes. Se solucionará todo – sonrío - ¿Qué tal la noche? – cambio de tema centrándolo en él. No me apetece hablar sobre mí.
  • Bueno… Dentro de lo que cabe bien. Aunque… - duda un segundo y mira ambos lados – Tengo que contarte una cosa que escuché anoche y necesito tu opinión.
  • Claro, cuéntame – lo miro preocupada al ver su nerviosismo.
  • Anoche vi a Igor Karkarov hablando con Snape solos, apartados de la gente – me cuenta.
  • ¿Y? – no entiendo a dónde quiere llegar.
  • ¡Qué es muy sospechoso! – me dice obvio – Karkarov le dijo a Snape que algo estaba ocurriendo, que no podía negarlo. Se lo veía muy nervioso y asustado, mirando a todas partes, esperando que nadie los estuviera viendo u escuchando. Snape le dijo que si quería irse, que lo hiciese, que él se iba a quedar en Hogwarts – no sé porqué me está dando esto muy mala espina – Creo que se está cociendo algo malo. Tiene toda la pinta de que ha sido él, el profesor Snape, quien puso mi nombre en el cáliz – lo miro abriendo mucho los ojos, sorprendida.
  • No creo que haya sido él, Harry – le digo intentando que se quite esa idea de la cabeza – El profesor Dumbledore confía en él, estoy convencida de que no ha sido él.
  • Tú no lo conoces, no llevas tanto tiempo aquí – me responde – Lleva desde el primer día que entré en Hogwarts, cebándose conmigo. Además, sé que es un ex mortífago, fue seguidor de Quien tú sabes y….
  • ¡Harry! – lo interrumpo porque no quiero que siga pensando en eso – Fue absuelto, trabajaba con el profesor Dumbledore. Era un espía. Así que quítate esa idea de la cabeza – doy un sorbo al chocolate que tengo delante – Ahora tienes cosas más importantes en las que pensar.
  • ¿Cómo qué? – se echa hacia atrás y apoya las manos en el banco.
  • ¿En el huevo de oro, por ejemplo? – lo miro incrédula - ¿Lo has descifrado ya?
  • No – me responde agachando la cabeza.
  • Harry, no puedes seguir así, cada vez queda menos tiempo para la segunda prueba y tienes que prepararte. Va a ser más difícil que la primera, no puedes dejarlo para última hora – lo regaño.
  • Lo sé, lo sé – me dice posando una de sus manos sobre las mías – Prometo que me pondré con el huevo pronto – me dice y yo asiento con la cabeza.
  • Te dejo que desayunes tranquilamente – le digo – Me tengo que ir – le doy un apretón en la mano y me levanto del banco.

No he terminado de desayunar pero no me importa, tengo que hacer cosas, intentar esclarecer algunas de mis dudas y solucionar algunos de los frentes que tengo abiertos. Camino hacia la salida y siento una mirada sobre mí. Intento no mirarlo, pasar de largo, pero no puedo, es un imán para mí.

Lo miro y veo que sus ojos grises me miran fijamente, casi abrasándome. De repente, a mi mente, aparecen sus labios sobre los míos, pensando en el beso que nos dimos anoche. Me sonrojo y aparto la vista de él. Camino con rapidez, queriendo salir de su campo de visión cuanto antes. Pero las prisas nunca son buenas. Y lo sé, porque al querer huir, termino chocándome contra un cuerpo. Miro hacia arriba para disculparme y tengo la mala suerte de encontrarme con Álex. ¿Por qué todo me tiene que pasar a mí?

  • Lo siento – me disculpo avergonzada mirando al suelo.
  • No pasa nada – me responde y siento que su mano se coloca en mi barbilla, alzando mi mentón, para que lo mire - ¿Qué tal la noche? ¿Has descansado? – me pregunta sonriendo.
  • Bastante bien, gracias por preguntar – contesto rápidamente y miro hacia atrás, sintiendo como el chico rubio de ojos grises, me está mirando aún – Lo siento mucho Álex, pero tengo que irme – le digo nerviosa cuando se acerca más a mi cuerpo.
  • ¿Está todo bien? – me pregunta preocupado cuando me separo de él y me retiene con el brazo para que no me vaya.
  • Sí, no te preocupes – sonrío tímidamente. Ahora no puedo mantener esa conversación, no me siento preparada – Tengo que ir a hablar con el director – lo miro esperando que me entienda y me deje marchar.
  • Claro – me suelta y yo sigo mi camino sin mirar atrás.

¿Por qué tenía que verlos a los dos en el mismo sitio? ¿Por qué el destino es tan cruel y me hace pasar por este trago? Me duele hasta la cabeza de tanto pensar en todo lo que está pasando. Al menos he sido sincera con él, porque necesito hablar con el director.

Subo las escaleras y los pisos, hasta que llego a la gárgola que custodia el despacho del director.

  • “Sorbete de limón” – pronuncio la contraseña.



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En el texto hay: amor, harrypotter, dracomalfoy

Editado: 24.08.2022

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