Buscando a mi madre

Capítulo 19: ¿Dónde está Jazmín?

 

 

-----Narra Mulan-----

 

Toda la noche la pasé muy mal, sentía un dolor en mi pecho. ¡Mi niña nunca ha estado en una fiesta y no sé si está bien! Su amiga no me contesta el teléfono. Ya desayuné voy a bajar a buscar a Argenis. Necesito que me lleve donde está Isabella. Bajo las escaleras y voy hacia la cocina.

 

—Buen día, señora Flora, ¿has visto a Argenis?

 

—Buen día, me dijo que iba a estar en el garaje —dice ella mientras lava los platos y las vajillas.

 

—Bueno, voy para allá entonces. Gracias por el desayuno. Nos vemos dentro de un rato.  —Hablo despidiéndome de ella.

 

—¿Está bien Mulan? Quería saber ¿hacia dónde vas? Tienes unas ojeras —pregunta Flora, esa señora con el pasar del tiempo se ha vuelto muy metiche.

 

—No dormí bien —contesto severamente.

 

—¿Estás preocupada por Jazmín? Quédate tranquila, ¡ella está bien! Debe estar dormida. Las fiestas de los adolescentes son para amanecer —habla Flora, cómo siempre de entrometida, da su opinión como si me interesara, hoy no tengo ganas de nada, solo quiero saber si Jazmín está bien.

 

—Gracias, me voy —digo molesta y volteando mis ojos.

 

Salgo rápido de la casa, paso por el Jardín y llego al garaje. Veo al señor Argenis pasándole la aspiradora al vehículo. Lo llamo y no me escucha. Me acerco más a él, le toco la espalda y él voltea rápido, apaga la aspiradora y me regala una sonrisa.

 

—Buen día, señor Argenis. ¿Podemos ir a buscar a Jazmín? — Pregunto mientras doy dos pasos hacia atrás.

 

—Te he dicho que me tutees, somos amigos, ¿no? —comenta guiñando un ojo, y con algo de broma.

 

—Gracias por ser mi amigo, pero no quiero que nadie piense mal, en especial Teresa, que por cierto no la he visto hoy —manifiesto con preocupación.

 

—Ella está bien, se tomó el día. El embarazo la tiene muy mal, muchos vómitos y mareos, y tú sabes que con su edad es mejor que se cuide. Vamos entonces por la señorita Jazmín, espérame en el carro, no tardo, vaya llamando a la señorita y avísale que esté preparada —parlotea él, mientras guarda la aspiradora.

 

—¡No contesta la llamada! Vamos rápido que estoy preocupada por mi niña —digo en voz alta, mientras me monto en el auto, que está muy limpio. Él se dirige a la casa, me imagino que se va a cambiar de vestimenta.

 

A los minutos llega y arranca el auto. Es un hombre de muy pocas palabras, pero desde el día que me acompañó a la comisaría a buscar a Jazmín cuando estuvo desaparecida, nos hicimos muy buenos amigos. Gracias a Dios nos llevamos muy bien.

 

El día domingo es nuestro día libre y tratamos de salir todos juntos a disfrutar por McLean. Argenis va con su mujer Teresa, que es el ama de llaves. También limpia la casa y siempre está al tanto de todo lo que hace falta. Además, nos acompaña la señora Flora, que es la cocinera. Es muy amargada y chismosa, yo no confío en ella porque se lleva muy bien con Emily y no sé si es hipocrita, doble cara. Yo voy con mi mejor compañía, Jun. Desde hace tres años somos novios, pero a escondidas, puesto que el señor Oliver, nuestro jefe, nos prohibió tener alguna relación fuera de la laboral. Pero al corazón no se le puede obligar a no amar y más cuando quede flechada en el avión donde lo vi por primera vez.

 

Reanudando el tema, todos nosotros tratamos de no decir cosas que puedan afectar a Jazmín delante de esa señora. A ella la llevamos con nosotros porque está sola y no tiene hijos, ni familia, eso es lo que ella dice, pero realmente no sé qué pensar de ella.

 

—Mulan, llegamos —expresa mi amigo mirándome por el retrovisor.

 

En menos de 15 minutos ya estamos en la casa de la señorita Isabella. Es una casa muy grande y bonita. Toco el timbre, pero nadie responde. Falta poco para las 11 de la mañana. ¿Estarán durmiendo todavía? De aquí, no me voy hasta que me abran.

Toco varias veces más y escucho la voz de un hombre:

 

—¿Qué quiere? —dicen de mala gana por medio del intercomunicador.

 

—Hola, soy Mulan —informo de mal humor.

 

—No conozco a ninguna Mulan —refunfuña del otro lado.

 

—La… —iba a responder cuando escucho un grito de una mujer.

 

—Imbécil —grita alguien. Se escucha un golpe.

 

—Auch, eso duele —se queja el hombre.

 

—Mulan es la mamá de Jazmín. ¡Ábrele! —La única que me dice así es Isa. Sin vergüenza, está con un hombre. No pienses mal, me digo a mí misma. Mi niña está bien. No creo que hayan dormido todos juntos en el mismo cuarto. ¿O sí?

 

La reja de la casa se abre. Me monto en el vehículo. Le digo a Argenis que por favor siga. Seguimos en la misma calle. Llegamos a la casa. Gustavo estaciona el carro. Esperamos a que Jazmín salga corriendo como siempre lo hace cuando se queda aquí, pero ella no viene a recibirme, la que asoma su cara es Isa, ella viene con un babydoll rojo. Solo le tapa los senos y algo de sus nalgas. Salgo corriendo hacia las escaleras de su casa con el corazón en la mano.

 

—¿Dónde está Jazmín? ¿Por qué no vino contigo? —pregunto preocupada.

 

—Según lo que me enteré ayer, ella iba directo a su casa, ¿no durmió allá? —respóndeme con voz temblorosa.

 

—¡Por favor Isabella! Por supuesto que no durmió si lo hubiera hecho yo no estuviera aquí. ¿Dónde está? Habla de una vez y deja el juego conmigo —interrogo con ira.

 

— No te molestes, ¡no sé dónde! Su novio dijo que ella estaba muy molesta con él y se fue en un taxi para su casa —confiesa nerviosa.

 

—Y explícame ¿quién es su novio? Por qué no sé quién es él. Jazmín nunca me ha hablado de que tiene novio —estoy muy desconcertada. ¿Por qué Jazmín no me lo dijo?




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