Dentro de tus ojos, el regreso

Flotando en tus ojos.

Capitulo 16 “Flotando en tus ojos”

 

Apenas ingresó a la peluquería, vio caminando apresurada a la chica que solía atenderla, Lenu.

-¡ Buen día Lenu! sé que no pedí un turno- sentándose en uno de los sillones-pero hoy es mi aniversario y necesito estar ¡Espléndida!

Lenu sonrió, enseguida se acercó a ella:

-No te preocupes, te atenderé primero-susurró mientras las demás mujeres la miraban con disgusto, en voz alta-¡Como tienes cita reservada con anterioridad te atenderé ahora!-sonriendo con un secador de cabello en la mano.

Eloise le guiñó el ojo y Lenu le hizo una seña y le señaló el sillón.

Eloise corrió apresurada, mientras Lenu le acomodaba la túnica negra debajo del cabello.

-El amor te mantiene esplendida, tus ojos parecen siempre estar frente a él.

-Si Lenu, lo amo y vivo con miedo a perderlo, a que desaparezca sin dejar rastros.

-Pero ¿Por qué? me cuentas que se desvive por ti.

Disfruta de esta noche, y no pienses esas cosas, te colocaré unos productos en el cabello para que esta noche ¡brille como un espejo!

Eloise sonrió.

-Es un sueño repetitivo que tengo, él desaparece y yo me niego a buscarlo- afligida.

-Pero ¿Por qué le das importancia? ¡Es solo un mal sueño!-mientras ahora con un cepillo grande, le desenreda la cabellera.

-Mi padre ha salido de la cárcel, me lo dijeron mis abogados, no quise contárselo, porque no quiero que nada perturbe sus pensamientos.

-Tu padre ya habrá aprendido a no meterse en asuntos ajenos, supongo que el tiempo que estuvo en la cárcel le habrá enseñado. No tienes de qué preocuparte.

-Eso espero-suspiró.

Conocía muy bien el carácter de su padre y sabía que lo que decía Lenu estaba muy lejos de la realidad.

Eloise pasó toda la tarde en la peluquería luego, fue a la tienda de ropa, y se compró un vestido.

-¡Lo llevo puesto!-le dijo a la chica de la tienda mientras le entregaba el dinero y salía apresurada.

Era de seda rosa, su color preferido, largo hasta la rodilla, con la falda plisada.

Y era de noche.

Estaba preocupada, Jareth no atendía el teléfono, ni le había respondido los mensajes en toda la tarde.

Eran las 20 horas y aún no la había contactado.

Eloise comenzó a sospechar que esas flores que encontró …no eran para ella.

En un par de iría Londres, porque uno de sus hijos se graduaba.

No se verían por siete días, que para ella serían una eternidad.

Respetaba que él no quisiera regresar a Londres, pero ¿y si esas flores eran para otra mujer?Y estaba preparando todo para estar con ella en su ausencia. Veía lo que él causaba cada vez que cantaba en alguna cantina, cómo lo deseaban y buscaban acercarse, tocarlo, le entregaban notas con sus números de movil.Era difícil ser la patreja de un hombre tan deseado.

Suponía que también lo era para él.

 Aveces se preguntaba que se sentiría.

Ella se consideraba una mujer normal. No era extremadamente bella, pero tampoco fea.Una mujer fuerte, apasionada, con voluptuosas curvas y cabello rojizo ondulado, rebelde y salvaje como era en la intimidad.

Los celos se apoderaron de ella, una vez más.

Llegó al piso del edificio y puso las llaves en la cerradura.

Trató de oír si estaba, antes de girar la llave en la cerradura, pero había un silencio absoluto.

Abrió la puerta y cuando quiso encender las luces, estas no encendían.

Sacó su móvil en la oscuridad y con su linterna. alumbrándo llegó apoyó el bolso en el sillón del living.

-¡Jareth!, ¿Estás aquí?-mientras caminaba hacia el balcón que tenía la puerta entornada.

Lo recorrió completo, pero él no estaba.

Miró hacia arriba.Una hermosa luna plateada rodeada de estrellas brillantes la alumbraban. Apagó la linterna de su movil y lo guardó

Se asomó por la baranda, y suspiró mirando hacia abajo.

-¿Por qué olvidó este día?

Cerró los ojos mientras la brisa le acariciaba su piel, imaginando que eran sus manos las que la acariciaban, y recordó aquella noche, sus besos, su risa, sus caricias después de ese bochorno.

De pronto sintió luces, detrás de sus parpados cerrados, y al mirar hacia abajo, observó unas luces led en la vereda que decían “Eloise te amo” luego se apagaron y otra frase apareció “quiero casame contigo” se apagaron, después  se encendió otra frase “si tu también quieres”

En ese instante, sintió unas manos que la tomaban desde atrás, de su cintura. Eloise se dio vuelta y al verlo a Jareth con el ramo de flores en su mano, exclamó eufórica:

- ¡Sí! ¡Sí! ¡Claro que sí! ¡Te amo! No te imaginas cuánto.

Eloise apoyó sus labios sobre los de él, e inclinó su cuello hacia atrás, él mordió sus labios suavemente y colocó profundamente su lengua hasta el fondo de su garganta.

Se besaron largos minutos, Eloise se detenía inspiraba una bocaba de aire y seguía besandolo, lo amaba tanto que quería besarlo hasta desgastar sus labios.

El quería hacerla suya, pero la gente de la orquesta que había contratado le chiflaba para que bajaran, según lo planeado.

Esa noche los músicos tocaron varias canciones en la vereda, mientras Eloise y Jareth bailaban descalzos en la calle, aplaudidos por los vecinos de ese lujoso edificio, que coreaban sus nombres desde los balcones y los aplaudían.

Se amaban y se sentían parte de un mismo latido, acariciaban el alma del otro con solo verlo, con solo pensarlo, con solo soñarlo.

Se amaban y no importaba su aspecto, sus años, sus luces, o sus sombras se amaban más allá de todo, a pesar de todo, con todo, o sin nada… lo que eran, lo que no eran, lo que soñaron ser y lo que pudieron ser.

Eloise y Jareth esa noche rieron como nunca, y se amaron como si el mundo acabara esa misma noche.

 

 

Capitulo 17 “La separación”




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