Dentro de tus ojos, el regreso

Perdida en tus ojos

CAPITULO 22 “PERDIDA EN TUS OJOS “

Alex se había esmerado por conquistarla, Eloise estuvo a punto de dejarse besar por él, en varias oportunidades, pero siempre evadía la situación. Algo la alejaba.

Era apuesto, joven y la trataba con dulzura, pero por alguna razón que solo conocía su corazón y le ocultaba su mente, no podía amarlo.

Esa mañana se despertó feliz, sabía que era noche buena, asique decidió darle una sorpresa, mientras él fue a hacer una diligencias al pueblo, tomo un autobús en la carretera que iba a Londres.

Estaba entusiasmada…quería sorprenderlo.

Ya en la ciudad, buscaba comprarle un humilde presente, con el dinero que había guardado, de los vueltos de las compras que solía hacer para la cabaña.

Allí mientras estaba frente a la gran vidriera de un bazar, al mirar hacia el suelo vio sobre él, pegado casi al vidrio, un muñeco sucio, con tierra, por alguna razón se agacho para levantarlo del suelo, fue en ese momento que sintió como un huracán, que toda su infancia pasaba por su mente.

Sintió un gran mareo, guardo el peluche en su bolso y cruzó la calle, casi sin mirar, los automovilistas hacían sonar sus bocinas, pero ella solo se sujetaba la cien, llegó a lo que era un parque, y se sentó en un banco intentando que todo aquello, no se perdieras, intentando que ese pasado que estaba saliendo a la luz, como un lazo, no parara de girar, quería desenroscarlo todo.

Jareth en ese momento, estaba en el mismo parque, en un banco justo detrás de ella, mirando al suelo abatido.

 Cuando Eloise sacó el muñeco del bolso, Jareth levanto la mirada y lo vio, el peluche que le habían robado, enseguida se levantó y se acercó a ella, exclamando:

-¡Señora! Ese muñeco me pertenece…- dejo de emitir el final de la frase cuando la tuvo enfrente, no podía creer lo que veía.

-Ella también se quedó sorprendida mirándolo, absorbida por su imagen.

Enseguida se arrodillo y mirándola comenzó a llorar de alegría sin animarse a tocarla...

-¿Eloise? ¿Eres tú? ¿O estoy soñando? Por favor pellízcame, golpéame, necesito saber que no estoy soñando-mientras sollozaba.

Eloise comenzó a perderse en sus ojos, a hundirse en ese océano en el que se había zambullido incontables veces, ese con el que podía dar vuelta el mundo sin moverse, acercó su mano para secarle las lágrimas, y al sentir su piel, fue como si un rayo cayera sobre ella, y se desmayó.

Jareth la tomo en sus brazos, desesperado y detuvo el primer taxi que encontró.

La llevó al hospital más cercano, no tenía como pagarlo pero el conductor le dijo que no se preocupara.

Apenas ingresó la médica de urgencias pregunto qué le sucedía.

-Se desmayó...

-Quédese aquí, vamos a revisarla-le dijo la doctora mientras varios médicos corrían con su camilla.

Jareth no quería soltarle la mano, y seguía corriendo a su lado.

La médica detuvo la camilla.

-Debe quedarse aquí-le dijo en tono firme.

Jareth soltó su mano de a poco, mientras todos los enfermeros y médicos que rodeaban a Eloise lo miraban asombrados por la lentitud con la que lo hacía, finalmente la dejó, y la camilla con los médicos a cada lado, pudo seguir su camino hacia dentro de una sala de urgencias, a la que no le permitían pasar.

Se quedó en la puerta preocupado, alerta,  no podía creer lo que la vida le había devuelto, ¡ella estaba viva!, y ahora… él también.

Aprovecho para retirar dinero del cajero que había a metros del hospital, hacía miles de planes en su mente, pero ante todo, quería llevarla nuevamente a New York, esta ciudad los había separado otra vez.

-Señor su...

-Prometida -completó la frase él.

-Su prometida está bien ya recupero la conciencia, la vio un neurólogo, al padecer de amnesia temporal, el encuentro con usted la dejo en shock,

-¿Amnesia qué?

-Temporal. Sí, ella nos dijo que usted no lo sabía, tuvo un accidente, la rescataron, y venir a Londres la hizo recordar toda su infancia, y cuando lo vio a usted que según me dice es su prometido, sintió algo muy fuerte, no sabe explicarlo, pero aun así, no lo recuerda, no la fuerce a hacerlo, puede ser peor.

-Está bien doctora, solo quiero llevarla a nuestra casa y cuidarla.

-Esta tarde seguramente ya le daremos de alta, hágala ver periódicamente con un psiquiatra y neurólogo para que la evalúen.

-Así será, muchas gracias ¿Puedo verla?

-Adelante

Jareth paso tímidamente a la habitación, Eloise apenas lo vio ingresar, lo observaba forzándose a recordarlo, se sentó a su lado, y sonriéndole le pregunto:

-¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

Eloise había visto la sangre en su ropa.

-¿Fue por mi osito?

Jareth siguió su mirada, estaba sobre la mancha de sangre que llevaba en su sweater.

-El osito, también tenía manchas de sangre ¿Son tuyas, verdad?

-No hablemos de eso, Eloise-y acercándose más a ella le susurró- sé que no me recuerdas, pero quiero que sepas que…-los ojos de Jareth comenzaron a brillar-..Que...

-¿Eras tú el que estaba en el auto que me seguía ese día?-lo interrumpió.

-No, no-dijo secándose las lágrimas- yo había llegado al aeropuerto cuando supe tu accidente, el señor que te seguía era un guardaespaldas de tu padre.

-Si era tu prometida, ¿Porque no me buscaste?-preguntaba inquisitivamente.

-Tu padre me aseguró que habías muerto, Eloise, yo me volví loco, perdí la razón-y tomándole la mano le dijo- sé que es pronto para decirte esto pero nosotros nos amamos, me derrumbé una vez más, cuando pensé que te había perdido para siempre-dijo mirando al piso.

Eloise levanto su quijada, con su mano y le contesto

-No sé lo que teníamos antes, solo sé que cuando te veo y no puedo apartar mis ojos de ti.

Jareth sonrió.-Lo resolveremos juntos- dijo acariciando su mejilla con dulzura.




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