Deseos Paradisíacos de un Vampiro(editando)

Capítulo 21 En la mira del Traidor

CAPÍTULO 21 

 

Se empiezan a notar las primeras piezas del rompecabezas.

 

 

Luego de tomar un baño caliente o al menos intentarlo; tuvimos sexo en la bañera igual, fue algo que me gustó mucho. Mientras secaba con la toalla mi cuerpo, mi mente voló a lo que le había dicho a Everett, era cierto, no sabía si sentía algo como el "Amor" por Evangelo, es una persona que a pesar de que hemos compartido momentos algo... ¿íntimos?, no estoy segura de quererlo como tal. Además, conocerlo ha hecho que mi vida de un giro, uno muy grande.

—Tenemos que irnos de aquí, tampoco podemos regresar a Miami. —Nos miró a cada uno de los que estábamos en la sala.

Yo me abrazaba a mí misma mientras observaba a Leroy hablar. De vez en cuando veía a Everett y sentía su mirada pesada sobre mí. No sabía ni que decirle, me había besado y seguramente escuchó la demostración de "afecto" que teníamos su hermano y yo en la habitación. Él no hablaba solo observaba callado con el semblante más duro que nunca.

—Podemos ir a alguna de las cabañas alejadas de la ciudad o ir a otro país; ocultamos el lugar con el mismo hechizo que utilizó Lorvil al crear la barrera a la ciudad oculta.

—¿La ciudad oculta es algo así como donde viven todos los vampiros? —deducí.

—En parte, la mayoría de vampiros viven esparcidos por el mundo, ocultando su identidad obviamente. —respondió.

—Lo que queda es —continuó— hacer eso, es lo único que se me viene a la mente como plan improvisado. —bajó un poco la vista mientras hacía un ademán con la mano.

—Hay una cosa aún.

—¿Cuál?

—Nuestro querido Conde —sonrió con descaro— me dejó en claro que a mi alrededor hay un traidor, debo averiguar quién es.

—¿Un traidor? —su rostro se contrajo.

—Fue el mismo que le entregó el Diario. —ladeó la cabeza y miró fijamente a Leroy.

—Espera un segundo, ¿No estás suponiendo que he sido yo, cierto? —habló con enojo.

—No. Pero los únicos que sabíamos de esto éramos tú y yo.

—¿Para qué lo haría‽, ¿Tiene sentido?

—Realmente sí.

—¡Basta, dejen de pelear! por favor. —suspiré.

Evangelo me miró y pasó una de sus manos por su rostro y luego por su pelo con frustración.

Everett se levantó de golpe.

—Hagamos esto de una vez, no hay necesidad de perder el tiempo tratando de encontrar un culpable en todo esto. ¿Nos iremos o prefieres que los hombres de Lorvil vengan por tu querido capricho? —literalmente lo escupió todo con rabia o eso percibí.

—No es sólo eso—lo encaró— pero no es tan simple estar conviviendo con un traidor en mis narices.

Leroy y yo cruzamos miradas mientras me reincorporo de pie.

—¿Precisamente a donde vamos?

—Lo sé, lo sé más que nadie, créeme. Pero hay que ser rápidos.

—¡Claro y de aquí allá estaré con la cabeza en la hoguera!

—Dije, ¿a dónde vamos? —repetí y coloqué una mano en su espalda.

Leroy fingió tocer y se acercó a nosotros.

—A Sicilia. Nos iremos en el avión privado de Evangelo... perdón, el avión privado de Everett. Olvido que estamos en París. Bueno. En fin, volaremos de aquí allá y nos quedaremos en la ruta muerta.

—¿Ruta muerta? —pregunté.

—Así la llamamos. Es la ciudad Siracusa.

—¡Oh! es un lugar precioso.

—si que lo es.

—Entonces, ¿dices que nos quedaremos en Sicilia porqué? —Habló Everett.

—Es simple. Lo primero es...

—No. Me refiero a qué vamos a hacer con la armada de Lorvil aquí. ¿Se te olvida que aquí hay gran parte de su consejo?

—Olvídenlo—intrrumpió Evangelo— lo haremos como dijo Leroy. Nos iremos en el avión hasta Sicilia y el lugar donde nos quedaremos, la casa, recrearemos el mismo hechizo que se utiliza para invertir la visibilidad de la ciudad oculta. Allá tendremos más tiempo para pensar en un plan.

En ese momento escucho mi celular sonar y rápidamente voy corriendo hasta el comedor por él.

—¿Hola?... ¡Camila!... Estoy bien.. —me alejé un poco y fui hasta una de las habitaciones.

—¿Qué quieres?

“Necesitamos hablar, debo contarte toda la verdad Nova”, escuché.

—¿Ahora quieres decirme la verdad Nick‽ —susurré

“Lo siento pero esta es una conversación que debemos tener en privado”

—¿A qué te refieres?

“¿Dónde estás?”

—París, Francia pero no por mucho.

“¿Con quién estás?, ¿A dónde van?”

—Evangelo Hadleyins. Su hermano Everett y su mano derecha Leroy. Me tienen encerrada y estamos apunto de irnos a Sicilia.




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