El Alfa Enamorado.

Capítulo 9

¿Realmente segura?

 

La fiesta había terminado hace dos horas y el sol esta por aparecer en el horizonte Madeleine no ha podido dormir aun debido a la emoción que aun siente por la conversación con Alexter no ha podido compartirlo con nadie por lo tanto ha estado ahí en el balcón contemplando al bosque recordando una y otra vez todo, se da cuenta de un movimiento en la entrada principal y se esconde un poco quien sale es la mujer que llegó con Sebastián sale sola y se va de la casa, no duda en compararlo con Alexter, sin duda él no hubiera dejado salir a una mujer sola, «porque siendo hermanos son tan diferentes» piensa. Alexter tiene de una manera peculiar que la atrae al misterio que lo rodea, Sebastián en cambio tiene un aura tan densa es como si con ella se cubriera y no deja entrar a nadie, es duro y obstinado.

Pero hay algo que aun no termina de entender de el menor, aun no tiene sueño y se ha pasado pensando en esos hermanos tan distintos que la madrugada se le esta yendo en nada, también ha pensado en la boda que será dentro de cinco meses, Madeleine desconoce las cosas que rigen la vida de un hombre lobo pero ha escuchado con atención, hablaron de que el matrimonio se llevaría acabo en la noche de la luna azul al pareces una luna llena de mas en un mes, aun desconoce si eso es posible, pero han dicho que es un buen augurio para las manadas que después de tantos años eso pase. No puede evitar suspirar al pensar en el matrimonio y pensar que tal vez ella podría estar en otro lado en otro destino si él se hubiera presentado ese día, aunque también piensa que tal vez no seria nada feliz, sacude su cabeza buscando dejar esas ideas en paz. Decide mejor dormir antes de seguir pensando tonterías dolorosas.

Un ruido entre los arboles la hace voltear ha sido tan delicado que jura que ha sido solo su imaginación, pero su imaginación le juega de nuevo, un lobo negro se ha plantado frente de la casa, puede ver su pelaje e imponente estructura el sol esta llenando de luz todos los rincones para ella la luz llega en cámara lenta, piensa que el sueño le esta jugando una broma, pero el lobo la mira detenidamente antes de que pueda moverse el lobo regresa al bosque. Los ojos del animal la impresionaron tanto son iguales a los del lobo blanco en un tono rojo sangre inexplicable, pero los de él transmiten furia y un escalofrió porque pudo sentir siendo atravesada por esa irada, intento olvidarle pensando que tal vez el sueño sea el cómplice y eso es una alucinación ya que un lobo tan imponente no podría cruzar el bosque libremente.

 

Al entrar cerro completamente todo se sintió segura hasta que su cuerpo fue envuelto en la sabana de la cama que le proporciona un poco de calidez, el sueño le llego de golpe tan profundo que la hizo olvidar hasta que un leve sonido de campanas la hizo abrir los ojos viéndose en medio de muchas flores blancas, el sol entraba por las ventanas que parecían incontables enfoco mas su mirada y noto unas cuantas bancas de igual forma difíciles de contar, reconoció el lugar parecido a una iglesia.

— ¿Dónde estoy? — preguntó a la nada.

— Madeleine todo está listo — escucho la voz de su padre y un nudo en su garganta la atormento sin dejar que pudiera pronunciar alguna palabra congruente.

— Pa-papá…

Él hablaba sin mirarla a los ojos, hablaba al aire sin detener sus pasos, paso junto a ella y al quererlo alcanzar este se perdió de su alcance rumbo a la salida de la iglesia.

— ¿A que te refieres papá? Espera… — intentó frenarlo, pero fue inevitable al seguirlo alguien se interpuso de golpe.

— Amiga perdóname, me enamore…

— Kar-Karla

Ella la miraba con dureza y cierta maldad, quiso decir algo más, pero sintió ser jalada por detrás de uno de sus brazos. Sintió como el piso tembló bajos pies al ser consiente de quien era.

— Lo siento Madeleine, no te amo…

— ¿Aníbal?...

Camino hacia atrás, quería alejarse de ahí, de ellos, entonces fue consciente de lo que llevaba puesto, un vestido blanco, un vestido de novia, miro el encaje en sus manos, los olanes den la falta cada uno de los detalles que traía encima, se angustio y comenzó a sentir que se asfixiaba que el vestido la aprieta, intento gritar, pero su voz no salía con fuerza, al girarse asustada se topo de frente a don Guillermo con su rostro cálido.

— Debes elegir Madeleine — dijo extendiendo sus manos hacia ella, las tomo para sentirse segura buscando huir de todo.

— De que habla don Guillermo, no entiendo — quería llorar, sentía miedo.

— Tu destino…

 Madeleine soltó sus manos y dio unos pasos hacia atrás dejándolo, comenzó a correr, pero el camino era interminable se frena de golpe al ver al lobo blanco en medio del pasillo mirándola fijamente, un gruñido abrumador detrás de ella la obliga a girarse despacio, puede sentir como su corazón se acelera en el altar esta el lobo negro mirándola con una mirada calculadora y deseoso por llegar a ella.  Sus piernas tiemblan al verlo avanzar e intenta  moverlas pero estas no responden, mirada abajo y nota que la falta a cambiado de color tiñéndose de rosa pero poco a poco llega a tornarse de color rojo, inexplicablemente esta parada en un charco de sangre o eso parece y poco a poco esta manchando el blanco del vestido, intenta gritar por la desesperación de no poder moverse, siente como los lobos  van hacia ella ambos ferozmente sobre sus cuatro patas corriendo sin parar, espera el impacto al ver que no podrá quitarse del medio, pero siente unos brazos que la rodean por la espalda en un abrazo tan cálido logrando que se siente segura y protegida una voz varonil reside algunas palabras que no logra entender, así que cierra sus ojos para poder entenderle.




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