El Amor a veces Duele

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Mis bebes aun no estaban listos para nacer faltaban unas semanas, ese era el único pensamiento que pasaba por mi cabeza en esos momentos.

—Tranquila cariño mantente aquí con nosotros —dijo una mujer.

—Mis bebes… —era lo único que salía de mi boca.

Solo podía ver las luces y las siluetas de las personas que estaban a mi alrededor.

—Estamos intenta contactarnos con tu familia —hablo otra persona que no pude distinguir.

De repente otra vez sentía esas puntadas que eran cada vez más dolorosas.

—Tendremos que realizarte una cesárea de emergencia.

Y con aquello que escuchaba lo único que podía imaginarme era lo peor.

—Hay que intentar mantener los niveles de presión de la mama.

Quería llorar pero lo único que sentía era angustia mezclado con aquella incertidumbre. Mi vista por momentos se volvía borrosa y las voces de los que estaban allí las escuchaba lejana.

—Debes mantenerte aquí por los bebes cariño —dijo una voz.

Pero mi cuerpo sentía que estaba fuera de mi control, pero tenia que intentarlo por mis bebes.

Tú puedes As… mírame —esa imagen de Brick mirándome fijamente— no tengas miedo… eres más valiente que yo… tú puedes… tienes que hacerlo por nuestros bebes.

Cerré mis ojos dejando salir las lágrimas, y fue cuando sentí que mi mundo volvía en si.

Ese pequeño llanto.

—Primer bebe es un niño… —escuche decir.

Abrí mis ojos buscando con mi mirada y fue cuando volví a sentir la desesperación porque no me lo habían mostrado.

—Mi bebe… —dije intentando pronunciar palabras.

—Tranquila mama —dijo una de las enfermeras al ver mi rostro.

—La niña no reacciona —escuche decir.

<<No, no eso no podía estar pasando>>

—¿Qué esta sucediendo? —dije entre sollozos.

—Tranquila tus pulsaciones están subiendo.

Hasta que finalmente escuche un pequeño llanto.

—Segundo bebe la niña está bien.

Con solo oír aquellas palabras sentí como otra vez mi alma había regresado a mi cuerpo.

—Lo hiciste bien tus bebes están bien —la voz de la mujer se hizo lejana.

No supe el momento donde me había sumergido en el profundo sueño.

Fue hasta que mis ojos se abrieron y mi mirada fue directa hacia mi barriga, ya no había bulto.

—¿Mis bebes? ¿Dónde están mis bebes? —dije mirando a mi alrededor.

En ese momento fue que una puerta se abrió.

—Astrid hija —mama se acercó hacia mi— iré a llamar a la enfermera.

Mire la mesita que tenia al lado y me percate del ramo de flores que estaban junto a unos globos.

—¡Astrid! —Chase apareció para acercarse hacia mi y depositar un beso sobre mi cabeza.

—¿Dónde están mis bebes? —pregunte sintiendo la desesperación crecer dentro de mi— Chase.

Los ojos de Chase estaban llorosos, a su lado apareció papa junto con Trix. Sus rostros lucían en una mezcla de preocupación y a la vez no sabía descifrarlos.

—Hija, ¿Cómo te sientes? —dijo papa que paso una mano sobre mi cabeza.

—¡Quiero ver a mis hijos! —exclame para luego quitarme las sabanas que me cubrían.

—Tranquila Astrid —hablo Chase al ver mis intenciones de querer levantarme— tienes la cesárea.

Pero en ese momento lo que menos me importaba era la cesárea, yo quería ver a mis bebes.

—Tranquilízate hija —dijo mama apareciendo de nuevo en la habitación junto con la doctora.

Sentía esa opresión en el pecho al igual que las ganas de romper en llanto.

—Tus bebes están en neonatología estarán unos días allí hasta que sus pulmones se acostumbren.

Aun no entendía el motivo del porque el parto se había adelantado y lo único que podía sentir era culpa.

—¿Fue mi culpa verdad? —dije mirando a la doctora.

—Suele pasar Astrid fuiste una mama con muchas emociones te expusiste a situaciones de estrés y muchas veces eso influye —explico la mujer hablando con tranquilidad.

—¿Puedo ir a verlos? —pregunte considerando que había una gran probabilidad que me dijeran que no por mi cesárea.

—Claro que si, recuerda que debes moverte lentamente y también te traerán de comer.

La doctora se retiro y mama se quedó junto con Chase.

—¿Ustedes ya los conocieron? —pregunte mirándolos a los dos.

Quería verlos y quería ser yo quien viera por primera vez a mis bebes.

—Te conozco hija y no aun no —respondió mama que me conocía demasiado para saber lo que yo pensaba.

Las ansias crecían cada vez mas con el pasar de las horas, había terminado de comer y había intentado caminar un poco dentro del cuarto. A pesar de que mama decía que no debía exigirme, no quería quedarme allí un segundo más.

Fue cuando mama se durmió que aproveche ese momento para levantarme de la cama, en todas las veces que lo había hecho Chase había estado a mi lado pero el había regresado a su departamento para bañarse y debía hacerlo sola.

Podía ver como mama estaba profundamente dormida así que intente hacer el menor ruido posible.

Pero era ese dolor que se esparcía por todo el cuerpo.

<< Tu puedes Astrid>>

Aun conectada al suero di lentos pasos, ya era bastante tarde y por ende ya no habían demasiadas personas por los pasillos.

Paso a paso me iba alejando más y más de la habitación, otra vez sentía esa adrenalina. Mis ojos se abrieron al ver el cartel que indicaba que neonatología estaba a la vuelta del pasillo.

Cada vez intentaba apurar mi paso, ya ni me importaba el dolor solo quería verlos y saber que mis bebes estaban allí.

Crucé la puerta y a lo lejos vi un vidrio que adentro estaban las incubadoras.

—¿Por qué saliste del cuarto? —al oír esa voz me sobresalte.

—Chase, dios mío —dije al ver que era el solté un suspiro.

—Estas loca pero no te juzgo yo en tu lugar haría exactamente lo mismo —el me tomo de la cintura para ayudarme a caminar.




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