El Secuestro de Ivette

Capítulo 49

Estaba sentada con una taza de café en la mano, las piernas sobre el escritorio y un gran hombre parado enfrente de ella.

―¿Qué vamos a hacer ahora? ―Piel blanca, ojos  negros y dos metros  de altura le ofrecían a Herdenso el poder de la intimidación. Y si  todo eso no bastaba, estaba su linda cara que nunca sonreía.

―Tomar el control ―Herdenso levanto una de sus cejas cuando Ivette hizo una pausa ―, hasta que vuelva Dominic.

La  extraña relación de ellos se había forjado sobre las brasas del mismísimo infierno.

Aun lo recordaban. Cero grado de temperatura, doce y media de la madrugada, un gran castillo estilo imperial y una sucia zorra que utilizaba inmigrantes de paises necesitados como moneda de cambio por drogas, bebidas o favores.

Agraciadamente tanto poder se le había subido a la cabeza.

Empezó a negarle favores a los Cesare y ya no hubo más "señora Smooth", nada como un apodo puesto por si mismo para saber de lo que carecemos. No era suave nada más que para ellos a quien le beneficiaban, pero no de quien le daba los beneficios. Libero a cada una de aquellas chicas y escucho como una de ellas le suplico que bajará al sótano, apenas podía hablar del miedo. Ivette le escucho.

Y  allí lo encontró, esposado de manos y pies, sus costillas a la vista por falta de alimentos, la piel castrosa y todo olía mal en aquel lugar incluyendole.

La primera visión la dejo petrificada, guardo el arma y se apresuro a soltarle, no derramo ninguna lágrima, pero dejo que él llorará sobre su hombro. Entendió muchas cosas del poder en ese momento, no se trataba de lo grande o lo fuerte que te consideres, el poder lo puede tener cualquiera y nadie asegura que quien lo tenga sea medianamente bueno. Nadie asegura que sepa ejercerlo.

Herdenso le había mostrado sobre si mismo esa realidad.

Ninguno dijo nada. Lo cuido, lo sano y dejo  que se hiciera fuerte. Luego fue la parte vital de su plan.

―¿Le vas a cuidar el negocio hasta que vuelva? ―pregunto sorprendido, halo una de las sillas y se dejo caer ―, ¿y si hace lo mismo que su padre?

Ivette sonrío ―: No se le voy a entregar sin condiciones ―Tomo un sorbo de café ―, nunca lo hago.

»Creí que ya te habías dado cuenta.

―No  estoy aquí porque sienta que deba algo ―Henderso lo decía muy en serio.

Ya la conocía, le había explicado lo que iba a hacer, todas las cosas malas que podrían haber pasado y no se hicieron promesa sobre las cosas buenas.

―¿No? ―pregunto haciéndose la ofendida ―, pues si que me debes. ―Hicieron silencio, ella continuo  tomando café ―En unos días cumpliré treinta años.

―¿Quieres un fiesta? ―pregunto este sin el mas mínimo atisbo de ironía ―Deberías celebrarlo a lo grande, ha sido difícil llegar hasta aquí.

―Lo ha sido, querido Henderson, lo ha sido.

Tocaron tres veces antes de abrir la puerta.






 

―¿Y bien?

―¿Bien qué? ―Alessio hojeaba los documentos sobre su escritorio sin levantar la mirada hacia su hermano.

―¿Sigues casado o sigues siendo viudo?, ¿para que demonios estas haciendo que abran la tumba  que tiene el nombre de ella?, ¿por que estás tan tranquilo?, ¿Qué demonios te pasa? —Alessandro lo bombardeo con todas las preguntas que pudo articular antes de que Alessio levantará la mirada.

―No sé cual es mi situación civil, no es una prioridad inmediata,  sospecho que los huesos de esa tumba son de otra persona que podría ayudarme en un futuro cercano ―Miro por unos segundos a través de la ventana al jardín ―, ¿debo de tener alguna razón para no estar tranquilo? y no me pasa nada, aparte de estar trabajando. ―Tomo un bolígrafo y firmo ―Hoy es un buen día para estar en familia, ¿por qué no te vas de una puta vez, con la tuya?

―Algunas veces me gustaría volver a nuestra niñez y poder patearte el culo ―Alessandro arreglo su corbata y chaqueta ―, has crecido más de lo necesario. A veces me gustaría que te cuidarás más a ti y menos el negocio familiar.

―¿Hay alguna diferencia entre una cosa y la otra?

―La hay Alessio y es muy diferente.

Alessandro salió del estudio, Alessio intento seguir leyendo contratos, las palabras se pasaban por sus ojos sin poder entender nada. Tenía toda su fe puesta en que sus sospechas en cuanto a la tumba fueran cierta.

Si era así entonces podría idear un plan casi perfecto.

Se rindió, no podía seguir pensando en trabajo y en Ivette.

Se mensajeaban todos los días como si fuera unos simples conocidos, como si nada hubiera pasado entre ellos. Él respondía, ¿qué otra cosa podía hacer?

Subió a la habitación y se cambio el traje por un bañador.

El primer chapuzón en la piscina le recoloco los pensamientos y pudo serenarse, por unos minutos, no existía ningún problema que le quitará el sueño o las ganas de trabajar. Quedo flotando boca arriba, cerro los ojos y se mantuvo a flote. Como en toda su vida, pensó reflexivamente.

―¿Tomando descanso de tu ajetreada vida? ―El tono masculino lo desconcentro, abrió los ojos y se puso en una oposición en la que pudiera responder.

―¿Que haces aquí? ―Nado hasta las escaleras y tomo la toalla que le ofrecían ―¿James?

James lo miro y pensó que había tomado una buena decisión al ir allí. Sobretodo porque cuando llego a la gran fortaleza de los Ricci solo tuvo que decir y le dejaron pasar.

Nadie le reviso o cuestiono. Solo lo dejaron pasar.

―Necesito hablar con alguien ―Alessio le arqueo una ceja ―, alguien que conozca bien a Ivette.

―Entonces no estas en el lugar correcto ―camino hasta una de las tumbonas y se recostó ―, ningún lugar es el correcto. La única persona que la conocía esta muerta.

―¿Edna? ―pregunto James sentándose al lado de Alessio. ―¿Cómo lo llevas?

―¿Cómo llevo qué cosa? ―Esperaron hasta que quien le servía las bebidas se fuera ― Todo el mundo parece creer que me voy a derrumbar por tener a Ivette ante la vista de  todos. ―Soltó una fuerte carcajada ―Antes de todo esto, cada año me venía a ver sin falta, en alguna ocasión más de una vez. No sé lo conté a nadie, tenía una tumba con su nombre y un cuerpo enterrado en mi jardín. Nadie me tomaría en serio y sigo siendo la cabeza de mi familia. Y los rumores, unos estúpidos rumores pueden acabar con cualquier negocio.



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En el texto hay: secuestro, escapes, amor pasion

Editado: 16.04.2024

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