Enamorándome por error.

Capitulo 1.

      Sanie estaba hablando como una loca sobre su más reciente rompimiento alegando que el chico era muy zonzo ¨Es guapo físicamente pero cuando intento hablar con él nuestra escala de madurez esta a niveles disparejos.¨ No quise opinar, yo solo escuchaba aunque casi que ni eso estaba haciendo. Me había quedado totalmente atrapada en la vidriera de la librería donde exhibían los últimos libros que habían logrado llegar a nuestro pequeño pueblo. Mis dedos me hacían cosquillas para que entrara en el local para ¨vichar¨ las nuevas novedades literarias, pero yo sabía muy bien que no entraría solo para ver. Diría que solo estaba viendo para luego salir con dos o tres libros en mis manos, entonces al llegar a casa los pondría en mi biblioteca, sacaría mi libreta de cuentas, calculadora y bolígrafo en mano. Y vería como mi suma de ahorros para la universidad retrocedía una vez más. 
Sacudí la cabeza tratando de sacar la idea de comprar ya que no me podía dar el lujo de andar gastando el dinero. Aunque aún tenía la esperanza de conseguir una beca o la mita de ella, nunca estaba de más tener un salvavidas por si acaso. La cuestión era que solo podía trabajar durante las vacaciones de verano ya que no debía asistir al instituto. A diferencia de Sanie, yo debía cuidar cada dólar para poder recibir mi titulo. 

-¿¡Me estás escuchando!? 
            
        Cuando escuche que Sanie se había alterado por mi falta de atención la mire a los ojos. El verde esmeralda tenía un brillo de enfado e inmediatamente supe que me estaba contando acerca de algún nuevo chico que cayo rendido a sus pies y yo simplemente la estaba ignorando. Puse mi mejor cara de cansancio lo cual no me costo  demasiado ya que realmente estaba así, mientras daba un suspiro cansino. 

-Discúlpame San, pero es que debo encontrar la forma de recaudar dinero. Pero solo puedo conseguir un trabajo cuando no hay clases y este es el último verano antes de que comience la universidad. Estoy preocupada por eso. 

          Ella solo chasqueo la lengua restando importancia a mi dilema, entonces paso su brazo por mis hombros mientras retomábamos la caminata. 

-No deberías preocuparte tanto por lo monetario querida Camil. 

-¡Ja! Claro. Y eso viene de la chica que esta tan forrada en dinero que podría bañarse con unos cuantos miles y no notaría la falta de ellos si se van por el drenaje. 

-Valla chica, cuando lo pones de esa manera creo que entiendo porque la mayoría de nuestras compañeras me odian. ¿Es por qué puedo estar a la moda sin preocuparme de cuanto gasto en el proceso? 

         Yo solo voltee los ojos para evitar abofetearla en la cabeza para acomodar sus pensamientos. 

-No. Ellas te odian porque no hay chico que pueda resistirse a tus encantos. 

-¡Exactamente! ¿Por qué si conquisto a todos los chicos sin siquiera intentarlo, no logro atraerlo ni un poco a él? A caso… ¿será gay? 

         Yo la mire como si le hubiera salido una tercer teta, lo cual sería una complicación debido a que ya encontraba difícil lograr comprar corpiños que se adecuaran a sus ¨bebes¨, no me quería ni imaginar el lío que supondría embutir tres. 

-San, ¿se puede saber de que chico me hablas? 

-Y eso demuestra a la perfección que no me estabas escuchando en lo absoluto. 

-Perdona, enserio pero mi cabeza esta ocupada con mi futuro académico. 

-No importa estás totalmente perdonada y si es la parte monetaria lo que te preocupa, ya te dije que puedes pedirme… 

        La interrumpí incluso antes de que terminara su frase, ya sabía lo que me estaba por ofrecer y como siempre se lo rechace.   

-Gracias, pero no. A menos que me des ese dinero a cambio de un trabajo no lo aceptare. 

-Si bueno, eres demasiado honesta. 

         Lo dijo como si eso fuera un delito y no una virtud, pero en San todo era extraño. Entonces ella solo se detuvo en seco sin previo aviso, mi pie se engancho con la esquina de una baldosa elevada en el suelo y tropecé. Unas manos grandes me sujetaron con firmeza al tiempo que me estabilizaban nuevamente. 

-¿Te encuentras bien? 

-Creo que sí. 

-Bien. 

         Entonces él se había dado la vuelta y se alejo sin más, ni siquiera espero a que le agradeciera. Cuando subió a su Jeep supe que se trataba de Logan. Sanie se paro junto a mi con la mirada soñadora sin parar de dar suspiros de tonta ¨enamorada¨ aunque no sabía si ella sabía el significado de estar enamorada, pero si sabía que estaba tratando de averiguarlo (esa era su excusa cuando terminaba con un chico) ¨Él no me hace sentir enamorada¨. 

-¿Sabes quién es él? 

-Por supuesto San, no soy ciega y lo veo todos los días desde hace siete años porque es mi vecino Logan Flinch. ¿Por qué? 

-Bueno, es él. Ese es el chico que quiero conquistar. 

         No pude evitar reírme porque su idea era más que ridícula, por eso creí que era una simple broma. Pero cuando vi que estaba seria y que de echo se había enfadado porque me reí, me detuve. 

-No tienes porque ser tan optimista. 

         El sarcasmo era su forma de decirme que no le causaba gracia que me riera de su meta. Pero no podía evitarlo, todos en el instituto sabían quien era Logan Flinch. Era el causante de muchos corazones rotos sin recuperación debido a las veces que había rechazado a las chicas, era envidiado y odiado en partes iguales, a pesar de ser uno de los más genios tenía un cuerpo de infarto con una cara que lo acompañaba, pero la verdad era que por muy caliente que estuviera el chico su actitud era un polo opuesto ya que era tan fría como el mismísimo polo. Y Sanie quería salir con él, el imposible, el ¨Prefiero recoger popo de perro con la mano que salir con alguien.¨ no es que alguna vez lo hubiera dicho, pero la forma en la que declinaba cada invitación para una cita por parte de las chicas era siempre peor que decirles eso. Las pobres iban hacía él brillando como pequeños soles y se le alejaban con una catarata fluvial en cada ojo. 

-Ven, tomemos algo en lo de Rosie. 

           No me opuse sabiendo que ella no me dejaría de todas formas. El lugar era acogedor y bonito. Pero su piso era otra historia, la moqueta ya estaba desgastada e incluso en algunos sitios le faltaban pedazos, pero eso solo era parte del encanto de la cafetería. Tenía un estilo de los 90´ pero modernizado. 

-¿Qué vas a querer Camil? 

-Un café helado. 

-Uhg, aún no entiendo que le encuentras de atractivo a esa cosa. 

-¡Oye! No insultes al pobre café. 

-Como sea. Lila, hola. -Lila era la camarera que nos iba a atender, una chica que solo tenía unos años más que nosotras.- Camil quiere uno de esos cafés helados y yo quiero capuchino. Gracias. 

          La chica se fue con nuestra orden sin ser apuntada en la libreta de pedidos debido a que veníamos tanto a este lugar y por lo general ordenábamos lo mismo que ya se sabían de memoria nuestro pedido. Por esa razón no demoro en regresar con una taza en su mano y un vaso grande con sorbito en la otra. Cuando estuvimos solas nuevamente, note que Sanie no dejaba de mirarme, ni siquiera para beber de su taza, finalmente me rendí y termine preguntándole que quería. 

-Tu me dijiste que la única forma de que aceptaras mi dinero era a cambio de un trabajo, ¿verdad? 

-Si, ¿por qué? 

-Pues, estás de suerte chica. Te tengo uno. 

-¿De verdad? 

-Si. Yo no bromeo con eso. 

    Podría debatir eso fácilmente pero comenzaríamos un debate sin fin por lo que se lo deje pasar, por esta vez. 

-Bien, picare el anzuelo. ¿De qué se trata? Si es de posar desnuda para un calendario hot, vete olvidando de eso. 

       Ella puso sus ojos en blanco mientras soltaba el aire con exasperación. 

-Solo fue una propuesta de trabajo honesto y fue una vez. 

-Con una es más que suficiente San. 

-Bien. No es nada de eso. Quiero contratarte como mi Cupido. 

-¿Tú qué? 

-Mi Cupido Camil. Quiero que me ayudes a enamorar a Logan Flinch. A cambio te pagare una suma de cincuenta. 

-¿Cincuenta dólares? 

-No, cincuenta de los grandes. 

-¿Estás loca? 

-No, como sabes cumplí los 18 a principio de año por lo que tengo acceso a mi cuenta bancaria desde entonces. Si te conviertes en mi Cupido para que Logan se enamore de mí, el dinero es tuyo. 

-¿Y qué pasa si no lo logro? 

-En ese caso… ya veremos. ¿Aceptas? 

         Trate de buscar un buen argumento para negarme ante su propuesta pero no halle ninguno. ¿Qué podría resultar mal? Además, las posibilidades de éxito eran del 0,0001 entre 100. 

-Bien, acepto. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.