Esposo comprado

Capítulo 16

Solo quedaban menos de veinticuatro horas para la dichosa boda de Kadir. El beso que se dieron el día anterior seguía en su mente, podía sentirlo todavía sobre sus labios. Comprobó que su teoría era cierta, él tenía sentimientos encontrados por ella desde hace tiempo. Aun estando en el club, él quiso llegar a creer que estaba drogado a más no poder y que por eso la confundía con otra persona, algo que no era de ese modo.

Movió el lapicero entre sus dedos, mirando los documentos frente a ella de los próximos proyectos que debía realizar durante la ausencia de Kadir, sin embargo, era obvio que no estaría por otra semana más, por lo que iba a aplazar todo para luego de su luna de miel. Le demostraría que siempre ha estado enamorado de ella, solo que se negaba a verlo.

Echó su cuerpo hacia atrás en la silla, mirando el techo de su oficina, como si este le fuera dar alguna inspiración para lo que quería hacer, sin embargo, parecía ser imposible todo. 

— Amor… —Laisha golpeó su escritorio, y ella casi se cae de la silla—. ¿Pensando que te casas mañana?

— Sí, mañana me caso por todo lo alto —dejó el lapicero en el escritorio—. Le dije a mi secretaria que no me pusiera más cosas para los próximos días. Será un enorme escándalo lo que se dará a conocer.

— Debes estar loca, pero la abuela Karla estaría orgullosa de que reclames a tu hombre —su prima se quedó un momento en silencio—. Supongo que debes estar feliz ahora que las cosas están saliendo como…

— Ayer Kadir me besó en su oficina —le cortó el habla—. Él…

— Sí, lo besaste…

— No, escuchaste mal —Jasha se quitó el saco de su conjunto—. Él fue quien se me lanzó encima luego de una broma que le hice y me besó —hizo un puchero—. Casi logro que me quite hasta el espíritu santo nuevamente, pero me aguanté.

— Jasha, con esto queda demostrado que Kadir está locamente enamorado de ti —su prima aplaudió—. Quiero a alguien que me agarre de ese modo tan salvaje. Sé que quizás encontraré a mi media naranja…

— Está Kaleb…

— Ya perdí mis esperanzas con ese sujeto —masculló Laisha, poniendo los ojos en blanco—. No puedo estar otros veinte años detrás de un hombre que solo quiere joderme la vida con sus cosas estúpidas.

— Siempre te ha gustado él, a pesar de que eres un año mayor…

— Kaleb lo último que hizo antes de mudarme contigo, fue restregarme en la cara que no me ama —sonrió con amargura—. Que jamás estaría con una mujer como yo, ya que tengo el síndrome del sabio como él… y porque para todos somos hermanos de sangre. Ya sabes, la misma historia de nuestros abuelos paternos y toda esa mierda.

— Él es un idiota que no sabe siquiera lo que quiere realmente —se puso de pie—. Mira que despreciarte y creerse una Coca-Cola —la abrazó—. Tengo planes de irme a mi isla como parte de mi luna de miel, si quieres puedes ir…

— No iré a ese sitio para ser un mal tercio…

— Nos iremos todos, porque me llevaré a Yara —se encogió de hombros—. No sé, tal vez la deje con sus padres, puedes irte a otro lado. Eres mi empleada y te estoy dando los días que te mereces de vacaciones.

— Eres la mejor del mundo —la abrazó—. Todavía sigo queriendo la isla… aunque diga que no.

— Lo sé, tal vez puedes pedirle a mi mamá que te dé alguna de las islas o cadena de hoteles que le dio Kiral —besó su frente—. Ya sabes, para todos ella siempre será su sobrina favorita por el final de los días.

— Su debilidad son las mujeres de esta familia —se sentó en las piernas de su prima—. Eres la mía, porque me ayudas a cometer cosas ilegales… quiero una villa en Turquía, cerca de un río o de alguna playa…

— Eso es chantaje…

— Posiblemente, amor —besó su mejilla—. Nuestros padres nos ven y tal vez dirán que somos dos lesbianas…

— Hm, es lo que dirán —le dio muchos besos en la mejilla—. Se me olvidó decirte, pero mi hermano vendrá a vivir con nosotras pronto. Hizo el traslado a la universidad de aquí.

— Con que él en verdad quiere seguir estudiando, aunque me parece que siempre busca la manera de sacarte de quicio por cualquier cosa —sonrió hacia Jasha—. Tengo que trabajar…

Ni pudo terminar la oración, Kadir había abierto la puerta de su oficina. Su mirada pasó por el rostro de ambas, hasta que llegó a dónde se encontraba la mano de Laisha que posaba en su trasero y la otra en uno de senos.

— Iré a buscar los documentos que querías —Laisha se aclaró la garganta—. Nos vemos en la noche en la casa.

— Sí… —Jasha se arregló la falda y también la blusa—. Compraré la cena de camino. Quiero comer algo de comida chatarra…

— Sí, nos vemos, amor —salió de la oficina, haciéndole un ademán de manos a Kadir.

— Lamento interrumpir —Kadir enarcó una ceja en dirección a ella—. Vine a decirte que me iré, ya te…

— Pensé que te habías ido desde temprano —ella arregló la silla en la que se encontraba su prima y fingió que no le molestaba verlo—. Ya compré tu regalo de bodas, tu novia dijo que tú estás más entusiasmado que ella en esto…

— Hm —él se hizo a un lado para que Laisha saliera—. Quería hablar sobre lo de ayer…

— Lo de ayer fue un error entre ambos —le dio la espalda, caminando hacia su silla—. No tienes de qué preocuparte en lo más mínimo, puesto que ambos sabemos que fue un error que jamás debió de pasar.

— Un error… —dijo él, para sí mismo—. Entiendo —sonrió sin mostrarle los dientes—. ¿Puedes quedarte un momento con Yara?

— ¿Razón por la cual tengo que quedarme con tu hija? —cruzó los brazos en su pecho, haciendo que se viera más grande de lo normal—. Mis ojos están aquí arriba, Kadir.

— Lo que haré será en mi oficina, luego me marcharé a casa para arreglar algunas cosas —Kadir pasó en seco—. Ella está…

— ¡Llegué! —Yara quitó a su padre del camino—. Hola, mamá…

— Ya hemos hablado de que no debes decirle mamá…

— ¿Hasta qué hora es que te quedarás por ahí? —Jasha lo interrumpió—. Pregunto, ya que por lo que veo, estás muy feliz…




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