Falsamente tuya

Capítulo 30: MI BEISBOLISTA FAVORITO

Aurora.

Miro el enorme campo que se muestra frente a mí, me encuentro en las gradas del enorme campo de béisbol con el que cuenta la universidad de Aren. Acaricio a Copito en mis brazos mientras mis ojos miran a lo lejos a Aren quien está calentando junto a los que serán su equipo, puedo ver a Maddox, Cassian, Caín, Zaak, Edwin, Lorenzo, Caleb, Brian y Aren, serán los nueve jugadores, aunque, en la banca hay más reservas. Así como puedo ver también al equipo de la universidad que también se prepara del lado contrario.

Todos se encuentran ya uniformados, y su uniforme, como todo uniforme de béisbol, consiste en: remeras, pantalones, zapatillas deportivas, medias, gorras y sus debidos guantes. Los logotipos en sus uniformes son el logotipo de la universidad y los colores son azules, a comparación del otro equipo que porta los colores rojos. 

Cada uno de ellos tiene también su propio número y apellido detrás de su camisa, visualizado a sus espaldas.

Giro a mirar a mi alrededor, la gente no deja de llegar llenando las gradas del lugar, todos lucen emocionados y alegres y no puedo no sentirme de la misma manera.

Miro a algunos socios y clientes de Aren que llegan, me acerco a saludar a cada uno mientras los invito a pasar y tomar asiento, todos traen ropa casual pero elegante, no traen sus lujosas ropas a las que están acostumbrados pero eso no quita el hecho de que sigan luciendo imponentes, como todo el círculo social de Aren.

Miro también a los estudiantes de la universidad que se acercan emocionados llenando otra parte de las gradas, no puedo evitar emocionarme más cuando se acercan a saludarme, en el proceso acarician y dan elogios a Copito en mis brazos.

El pequeño gato blanco reluce con una pequeña camisa de béisbol que le cubre parte del cuerpo, su collar azul resalta entre su pelaje y su placa, en forma de diamante, resalta con pequeñas incrustaciones de diamantes que rodean su nombre grabado en una perfecta caligrafía manuscrita, Aren se había encargado de la placa y como siempre que se trata de él, todo debe ser lujoso y elegante.

Copito se mantiene cómodo en mis brazos mientras sigo recibiendo a la gente que llega, hay ya también periodistas y fotógrafos que se encargarán de cubrir las notas y artículos, incluso hay algunas cabinas móviles de radios y noticieros, Aren no mentía cuando dijo que quería que esto fuera completamente cubierto por todo New York. Su objetivo principal es dar a conocer a todo el mundo la universidad, para que así haya más interesados en unirse y aportar aunque sea un pequeño grano de arena.

Sonrío cuando camino hasta una mujer que llega. Miro a Leigh Turner quien se acerca con la mirada hacia el campo en donde se llevará a cabo el partido.

—Hola —la saludo, se detiene y me mira, sonríe también. Mi ceño se frunce cuando noto su camisa—. Toda una Hunt, eh.

Bromeo y suelta un suspiro lento.

—Maddox insistió en que la usara —responde después de dejar un beso en mi mejilla—. Se excusó diciendo que es por el bebé que llevo en mi interior.

Su cabello rubio está atado en una coleta y unos lentes negros le cubren los ojos. Lleva una camisa de béisbol, abotonada por delante y por detrás reluce el apellido “Hunt”.

—Bebé viene a apoyar a su papi —suelto yo con ternura y Leigh sonríe tenuemente.

—Y Maddox es el más emocionado por eso, aún cuando nuestro bebé es solo una pequeña nuez —sonrío.

—¿Cómo te sientes? —pregunto acariciando a Copito en mis brazos.

—Estoy bien —responde—. Las náuseas no han sido muy complacientes conmigo estos días pero estoy bien —agrega—. Mi doctora dijo que es probable que no duren todo el embarazo.

—¿Y los antojos? —pregunto. Sonríe ampliamente.

—Me va bien, es Maddox quien parece no tener llenadera jamás —responde con burla y ambas reímos, mis ojos miran a la mujer detrás de ella, mi sonrisa se borra tenuemente y ahora hago una mueca confusa mientras miro a Faith quien se acerca.

—No pregunten —ordena antes de que pueda decir algo, la miro de arriba a abajo.

A Leigh le importa poco lo que la escritora ha dicho y abre la boca para hablar.

—¿Por qué vienes vestida de porrista? —pregunta Leigh cruzándose de brazos.

—¿Por qué traes tú una camisa con el apellido del hombre que te metió un bebé en el vientre si se supone que no son pareja? —pregunta la escritora llegando con nosotras.

—Por eso mismo, porque tengo un bebé suyo en el vientre —responde la guardaespaldas con cierta obviedad—. Un pequeño Hunt que viene a apoyar a un grande Hunt.

Faith eleva una ceja sin alejar la mirada de la otra rubia. Termina saludando a ambas con un par de besos en nuestras mejillas, sonríe ampliamente cuando nota a Copito.

—Perdí una apuesta con Cassian —comienza la castaña—. El hijo de puta me obligó a venir así.

—¿En los partidos de béisbol hay porristas? —pregunta Leigh con una ceja elevada.

—No lo sé —respondo yo curiosa.

—Yo no sé nada de béisbol —agrega la guardaespaldas—. Ahorita mismo debería de estar dormida pero Maddox insistió en que viniera.

—Yo tampoco sé nada de béisbol —habla Faith mirando el campo en donde ambos equipos están calentando—. Estoy aquí solo porque debo cumplir una apuesta y por la invitación de Aurora, de no haber sido así seguramente estaría encerrada en mi oficina escribiendo.

—Yo tampoco sé nada de béisbol —coincido yo—. Solo vengo a apoyar a mi marido.

Giro mostrando la camisa de béisbol que llevo encima, esta por detrás tiene grabado el apellido “Russell”.

Entendí el porque Aren quería elegir mi ropa, porque quería asegurarse de que usara esta camisa, es tan similar a la que él lleva encima, ambas tienen el apellido Russell detrás.

—Mamá e hijo vienen a apoyar a papá —habla Faith acariciando al gato blanco en mis brazos.

—Entonces —prosigue Leigh—, ¿vienes de porrista para echarle porras a Cassian?




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