Hermosa oscuridad

CAPITULO 3

Christopher. 






























 

Era increíble, era desolador, era pesado y también demoledor. El ambiente que se percibía hacía que cada vello de mi piel se me erizara. Todo dentro de mí se encontraba en alerta, mi corazón empezó a latir rápido, un miedo desconocido me invadió por completo y, de pronto, sentí tantas ganas de huir.

El mundo se había convertido en absoluta oscuridad.

Algo en mi sien empezó a pulsar, advirtiéndome de que posible peligro se encontraba muy cerca de nosotros. Mis ojos miraban hacia todos lados en busca de tal amenaza, pero estos de inmediato me avisaron que esta podía encontrarse en todo mi alrededor. La energía negativa que sentía era demasiada... No podía tratarse de un sólo individuo con sucias intenciones, tampoco había posibilidad que fuera sólo un oscuro... Esto que sentía retumbando con brusquedad dentro de mí, revolviendo mis entrañas con angustia. Me hacía ser consciente de que la maldad detectada era la acumulada de un gran ejército de almas corrompidas.

Era... la de todos los humanos que se encontraban aquí.

Trago grueso y después aprieto los brazos de Connie sobre mí, ella seguía en mi espalda y ahora era capaz de sentir cómo todo su cuerpo se tensaba, pues estaba viendo y sintiendo lo mismo que yo. El panorama frente a mí... parecía ser sacado de una película apocalíptica. Los altos edificios de una  gran ciudad, cómo lo era Berlín hace apenas dos semanas, estaban en completo abandono, y ya habían sido víctimas de vandalismo, pues el grafiti en las paredes de concreto y las ventanas quebradas, incluso las de las plantas superiores, que ya se encontraban quebradas, me hacía ser consciente de eso.

El humo del fuego lo opacaba todo, pero aún era capaz de ver a través de este. Autos en llamas, calles infestadas de basura, especialmente ensuciadas por cartulinas y pancartas que tenían escrito la leyenda del fin del mundo,  y los gritos inquietantes, viniendo de las personas que se encontraban haciendo sus destrozos en lo que quedaba de algunos establecimientos de comercio... era lo que lograba divisar dentro de esa nube gris que había dejado un creciente humal.

<<¿Qué es ésto? ¿Cómo es posible que hayan perdido el control así? ¿Cuándo fue el momento en el que el mundo se convirtió en esto?>>

Temor, angustia, paranoia, desesperación, confusión... era lo que me hacían sentir los diferentes olores que comenzaba a detectar. Tantas emociones dentro de mí empezaron a revolverme. La cabeza  me empezó a dar vueltas, al igual que mi estómago. Aún así traté de hacer todo lo posible para mantenerme firme. Mi cuerpo de pronto se percibió pesado pero estaba seguro de que eso no era culpa del peso de Connie que aún llevaba conmigo, no...

La tensión en el ambiente era lo que me estaba provocando todo este malestar. Era lo que me hacía sentir al mundo encima de mí.

— ¿Chris?— escuché cerca de mí, pero no pude reconocer de quen era la voz. Un mareo me nubló la vista por unos segundos.

— Oh por Dios...

— Milton, ayúdame con él. — esa fue Jess o es lo que más o menos he podido reconocer  —. Chris... ¿Estás bien?

— Tengo ganas de vomitar, es todo— apenas logro decir. Después siento cómo alguien me sostiene del hombro. Ese olor a preocupación tan familiar me hace saber que es Jess la que ahora se ha acercado a mí. Detecto después a Milton posicionarse a mi lado, no sé lo que ocurre, pero ahora me encuentro tan aturdido —. Jess... n-no se alejen...

— Tranquilo, estamos contigo.

— C-Connie... Sujetate muy bien, te lo ruego. — le pido y, aunque no puedo verla ahora por tenerla en mi espalda, soy capaz de sentir cómo niega  lentamente con su cabeza.

— Pero joven... parece que va a desmayarse. Creo que será mejor si yo camino por mi cuenta y...—

— Jess, ni se te ocurra permitirlo. — Suelto con severidad y después veo a Jess asentir con debilidad.

Escucho un bufido después.

— ¡Usted es el que ahora no puede sostenerse! — la escucho decir y me sorprende la fuerza y el coraje con la que logra hacerlo. La siento aflojar su agarre sobre mí después —. Tiene que dejarme intentarlo, se ve realmente mal.

La detengo en el momento en el que intenta bajarse,  anclando sus piernas alrededor de mí. Con la otra sostengo fuertemente sus dos y pequeñas manos a mi cuello. Siento cómo se desespera cuando empieza a luchar para liberarse de mi aprisionamiento.

— ¿Q-qué? ¿Qué hace? ¡Suelteme!

— No vas a caminar, pequeña. No insistas.

— ¡Le he dicho que puedo hacerlo! ¡No es necesario que usted...!—

— Sí es necesario porque aún te encuentras delicada.

— ¡Y usted parece que se va a desmayar en cualquier momento! ¡Ya! ¡Bajeme!

Mientras trato de contener a Connie en su lucha conmigo, logro mirar cómo Jess es capaz de esconder una sonrisa burlona. La miro mal, sintiéndome un poco ofendido por su reacción, pero a ella no parece importarle mi mirada amenazante, al contrario, pues ahora luce cómo si estuviera disfrutando del espectáculo que estamos protagonizando esa chica y yo.

— ¡Señorita Jessica, dígale por favor que...!—

— Pequeña, tranquila — la mujer pelirroja y de mirada, ahora seria, se acerca después a la chica que ha demandado su atención. Miro cómo toma con su mano el brazo de Connie después —. Confía en él, tiene razón. Acabas de salir de un coma, no puedes hacer mucho esfuerzo por ahora.

— ¡Pero si él...!—

— Christopher se encuentra bien. ¿Es así, Chris?— me pregunta mi cuñada cuando dirige su mirada hacia mí. En ella también logro ver preocupación por mí cuando me barre de pies a cabeza para cerciorarse de cómo me encuentro realmente. Asiento para ella.

— Estoy bien, es sólo... que esto me golpeó demasiado al principio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.