Il Duhuri: En el bosque de Zuzunga

Capitulo 5 | Un acercamiento a la verdad


 


La chica de ojos verdes caminaba enfrente de los chicos junto con su padre, un hombre alto de cabello oscuro con líneas blancas, barba, ojos azules, tez de color de la canela, llevaba un hacha y vestía como un cazador, Daniel esperaba que si los asesinaban fuese rápido, disminuyeron la velocidad frente a unos arbustos que creaban un muro, evitaban la vista hacia lo que había más allá, el hombre que acompañaba a la chica de ojos verdes pasó entre los arbustos como si éstos lo comieran, se movieron entre ellos para dejarlo pasar sin separarse, Daniel pensó que era algún tipo de magia de protección que usaban los antigüos hechiceros, pronto lo podría descubrir, la chica de verde los miró para que pasáramos primero, Daniel dió un paso al frente, cualquiera creería que está situación es algo terrorífica pasar por unos arbustos adaptables en medio de la noche, no es algo que se olvidaría de contar cuando regresará a casa.

El chico empezó a cruzar el arbusto, sentía cosquillas en su rostro por las hojas que lo tocaban delicadamente cerrando los ojos para que no entrara nada raro en ellos, por fin sintió un poco de aire fresco y escuchó varía personas hablando, abrió los ojos por fin y pudo distinguir una aldea pequeña rodeada por el mismo arbusto alto, era mucha gente la que estaba ahí, se sentía mal por no protegerlos, apenas y se podía proteger él, las chicas lo siguieron a través de el mismo muro de hojas y ramas, su amiga inspeccionó el lugar, vivían en lo alto de los árboles y también en la base de ellos, se veía como una civilización se habían creado un hogar aquí en el bosque más peligroso, había cabañas en la base de los árboles y varias más en las ramas de los árboles grandes y fuertes que se conectaban por puentes colgantes, era impresionante y maravilloso

-Vengan se quedarán en mi casa tenemos espacio para ambos- la chica comenzó a caminar por un sendero hasta un puente que cruzaba un desnivel en el suelo, al príncipe le pareció que ahí pasaba agua antes, como un río, miró de dónde venía y el camino se dirigía hacia arriba donde estan las montañas -No se retrasen está gente se los podría comer- se rió fuerte como si su chiste fuese muy gracioso

Al caminar entre la gente podía ver el rubio que no era muy diferente a su hogar, gente feliz vendiendo he intercambiando cosas, solo que aquí hacen trueques por comida y agua, debe ser difícil vivir en un lugar donde no hay mucha variedad, deseaba poder proveerles más alimentos y materiales para ropa, ¿Porqué su padre no sabía de esto?, o lo sabía y los abandonó, el conflicto de su corazón hacia su pueblo y su padre era fuerte no sabía que creer

-¿Todos crearon está aldea?- la chica que los guiaba se detuvo al escucharlo para mirarlo

-Si, todos nos esforzamos por vivir mejor cada vez, no está mal realmente somos felices aquí nadie es jefe de nadie, aunque quería, promover a mi padre como líder pero el se negó, dijo que todos nosotros somos una unidad, no tenemos leyes como ustedes solo somos familia- continuaron caminando por la aldea

El rubio pensaba constantemente en lo que su padre le había enseñado, tener un pueblo sano y a salvo era su obligación, pero al ver a esa gente fuera de su reino no creía que su majestad haya cumplido esos valores que le enseño, entonces, ¿Qué debía aprender?, ¿Para qué?, si la familia real los iba a abandonar..., pero él no, si quería compensar lo que su padre hizo debía empezar con estas personas. Llegaron a una cabaña que estaba frente al árbol más grande estaba en el centro y a un lado estaba el desnivel del río entrando de nuevo al bosque, ibas más allá de los límites de la aldea

-Bienvenidos a mi hogar- apuntó hacia el gran árbol donde había entradas dentro de éste, les indicó que subieramos a una pequeña tabla sostenida con sogas resistentes para subir ante esas entradas, se detuvo en la última entrada casi en la copa del árbol desde ahí podías ver el castillo de Izbytok, Daniel estaba seguro que ninguno de ellos podría verlo, entraron en el árbol y pudieron ver un hogar totalmente funcional, tenían luz de luciérnaga amarilla por lo que leyó alguna vez el príncipe, se alimentan de la luz de la luna, algo raro, siguió inspeccionando era pequeño el lugar pero podía estar parado totalmente, una pequeña cocina junto con el comedor con cuatro sillas, a la derecha una sala de estar y al fondo en la primer cama visible quería suponer que era de los padres de la chica, que estaba cerrado con una cortina, más al fondo dos pequeños cuartos, uno el baño y el otro tenía una puerta ese era el cuarto de la chica

-Papá regresa más tarde ustedes dormirán en la parte más alta del árbol vengan- la chica entró al cuarto con puerta y salió por la ventana que tenía a un lado de la cama, el príncipe miró a su amiga y ella salió primero, el chico se esforzó por no caer torpemente, se sostuvo de una viga de madera para poder pararse sobre el tronco grueso, era maravilloso todo el bosque podía verse desde ahí, al mirar por detrás de él árbol más allá de la aldea estaba ahí, la torre del hechicero a un día de viaje, estaban tan cerca, solo un día más y podrían regresar con una cura

-Aqui dormirán- señaló dos camas colgantes -no caerán lo prometo, están bien aseguradas, ya lo he comprobado- jaló un poco una de las cuerdas que las sostenían para asegurarnos de su honestidad -Mi padre las instaló apenas para mí y mi madre, el trabaja mucho así que solo mamá y yo estamos la mayoría del tiempo- el rubio le sonrió, la chica iba a entrar de nuevo para dejarlos instalarse pero el chico la detuvo

-¿Cómo lo hiciste?- la chica lo miró con curiosidad -¿Cómo te enfrentaste a esa criatura?-

-Hay muchas cosas que no sabe su alteza- miró la espada que tenía en la espada -Como el secreto que guarda su espada, descansen sus altezas- Daniel se quedó confundido, y miró las luces de su ciudad era realmente maravillosa

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El rubio se sentía un poco inquieto, no podía cerrar los ojos para dormir, daba muchas vueltas en su ahora cómodo lugar para dormir, sentía todos los tejidos de la hamaca, antes no se había quejado de el suelo con raíces de árboles y piedras en su trasero, escuchaba el aire y miraba el cielo claro que dejaba ver las estrellas, daba vueltas y vueltas y vueltas



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Editado: 17.05.2024

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