la luciérnaga a la que nunca se la apagó la luz

Capítulo 4

Quiero una historia de verdad, no una para pasar el rato.

-Eh Noa.-Dijo Blanca a unos cuantos metros de mí. Aunque me costó volví a la realidad cerrando el pdf en el que tenía unos relatos de Lisa.

Estaba un poco aturdida y no muy feliz, aunque no quisiese admitirlo leer relatos de Lisa afectaba a mí estado de ánimo demasiado, encima Blanca no dejaba de parlotear sobre cosas que ahora mismo no me interesaban lo más mínimo y había perdido el hilo de la conversación desde el momento en el que había empezado.

-¿Me estás escuchando?-Preguntó, una vez se dio cuenta de que en realidad no estaba mentalmente con ella. Esta vez cuando volvió a hablar sí que la escuché atentamente porque aunque yo ya sabía el motivo por el que ella quería ir a la cafetería ella no lo quería admitir. Aunque por una parte la entendía ya que nos acabábamos de conocer.- Venga vamos a la cafetería.-Dijo con una sonrisa en la cara.

Yo me reí por el entusiasmo que mostraba, sigo repitiendo aunque ella lo negase, que estaba enamorada de Hugo. Estoy casi segura que esto llegará a algo.

Sé que hay muchas cosas que no me está contando pero todo irá a su debido tiempo. No todas las personas se abren de golpe cuando conocen a otras, cada persona necesita su tiempo para abrirse.

Yo no la había contado que tenía una hermana muerta. Aunque bueno no había salido el tema tampoco, aunque tampoco sé cómo puede salir, llegar un día y decir "Hey, ¿sabes que mi hermana está muerta?" no parecía un buen plan.

Ayer hablando por teléfono decidimos dejar como tradición ir todos los martes a la cafetería. Aunque no sé porque a mí me daba la sensación de que nos íbamos a pasar allí más tardes.

Pero claro si le pregunto a Blanca jamás dirá que es para ver a Hugo.

Jamás.

Una vez en mí coche estaba a punto de arrancar cuando un móvil empezó a sonar por un momento pensé que podía ser el mío pero vi como Blanca descolgaba el suyo. Mientras lo hacía observé que en la pantalla salía un chico haciendo una cara rara y con el nombre de Diego.

-¿Qué quieres pesado?- Aunque su contestación sin conocerla se podía mal interpretar, ella estaba con una gran sonrisa en la cara, y se lo había dicho con un tono bromista. Parecía más feliz que de costumbre.- Sí, vamos para allá.-Después de una contestación del tal Diego. Ella me miró para después contestar.- De acuerdo, nos vemos allí.-

-¿Quién era?-Pregunté sin dejarla prácticamente ni colgar debido a mi fuerte curiosidad.

-Mi hermano, nos vamos a encontrar con él y con Gabriel un amigo suyo en la cafetería. ¿Te molesta?-Preguntó algo preocupada.

-Para nada.- dije a la vez negando con la cabeza. Aunque algo dentro de mí dolió cuando dijo hermano. Sacudí la cabeza intentando no empezar a pensar en Lisa ya que acabaría llorando. Quería pasar un buen rato en la cafetería sin sentirme de nuevo como me sentí esta mañana después de la noche de insomnio, en la que lo único que hacía era llorar la muerte de mi hermana.

Estábamos ya sentadas en la mesa hablando tranquilamente. Al entrar me fijé en que Enzo estaba hablando con Sara y Gloria, sin embargo no había ni rastro del tal Hugo.

No me había dado cuenta de que dos chicos se habían acercado a nosotras hasta que noté como un brazo se posó en mis hombros.

Miré la mano apoyada en mi hombro con recelo, y cuando levanté la vista vi la mirada fulminante de Sara.

La ignoré y volví mi vista a la mesa.

-Mira Noa, este es mi hermano Diego.- Dijo señalando al chico a mi lado, cuando giré la cabeza para mirarle él tenía una sonrisa de suficiencia.-Y este es Gabriel.- Y mientras el chico empezaba a presentarse yo quitaba la mano que se encontraba en mi hombro, parecía que Blanca y Diego no se parecían en nada de primeras, ya que este último se tiraba muchas confianzas.

-O Gabri como prefieras llamarme.-Dijo el chico sentado a la izquierda de Blanca, la verdad es que por su forma de hablar se podía deducir ya que tenían una personalidad parecida.

La puerta se abrió y por ella entró un chico el cual se dirigió donde estaba Sara, (Enzo se había ido a alguna parte que yo desconocía) vi como frunció el ceño mientras esta le contaba algo.

Él se giró a nuestra mesa y cuando me miro descubrí que era el mismo chico que ayer, Hugo. Y que ahora mismo me estaba mirando con una cara molesta, cosa que no comprendía.

Yo intenté sonreírle, y sus facciones parecieron relajarse un poco. Hasta que posó de nuevo la mirada en las personas a mí alrededor y volvió a la misma expresión molesta de antes, lo cual no entendí.

Volví la mirada a la mesa en la cual Blanca animadamente hablaba con su hermano de la universidad.

-Buenos días, ¿qué quieren pedir?-Preguntó Hugo el cual no me había dado cuenta de que estaba viniendo. Después de hacer nuestros pedidos, yo iba a hablar pero Diego se me adelantó.

-Uff...Esas playeras se ven viejas, deberías comprar otras tío.-Dijo lo que parecía un comentario inocente, sin importancia. Sin embargo a Hugo pareció molestarle.

Se le veía bastante cabreado sin embargo pareció pensárselo mejor y se fue echando humos.

Cuando Hugo se dio la vuelta Diego le hizo una señal a Gabriel, y hizo el ademán para que chocasen los puños todo esto con una gran sonrisa, pero Gabriel simplemente negó con la cabeza.

Volví la mirada hacia donde Hugo se había dirigido, y observé como Sara le intentaba hablarle pero él simplemente la ignoró entrando por una puerta, la cual cerró de un portazo.

-¿A que ha venido eso?-Pregunté mirándolos.

-No te preocupes no es nada.-Dijo, yo miré a Blanca intentando encontrar la explicación de porque su hermano había tratado así al chico que la gustaba. Pero ella simplemente bajo la cabeza sin darme ninguna explicación.

Ella enseguida disimuló su malestar y empezó a hablar con Gabriel como si nada ocurriese.



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En el texto hay: misterio, amor de hermanas, amistad amigos

Editado: 20.04.2021

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