la luciérnaga a la que nunca se la apagó la luz

Capítulo 21

A la mañana siguiente acababa de entrar por la puerta cuando Blanca me preguntó.

-¿Dónde has pasado la noche?-

-huoo.-Dije sorprendida por la repentina pregunta.

-Lo siento es que estaba preocupada, no me dijiste nada.-Dijo.- ¿Salimos al balcón?-Yo asentí y acabamos las dos ahí fuera sentadas cada una en un sillón que teníamos como designado.

-En el apartamento de Enzo.-

-¿Os habéis liado?-

-Si.-Ella empezó a dar grititos, con una gran sonrisa en la cara.-Osea no ayer, el otro día.-

-Terminareis juntos, estoy segura.-

-No, Blanca.-Dije segura.-Lo hemos hablado. Ayer se quedaron también Hugo y Sara y cuando estaban dormidos tuvimos esta conversación. Los dos coincidimos en que estábamos mejor como amigos.-

-Pero él te gustaba.-Yo fruncí el ceño extrañada por lo que acababa de afirmar.

-¿Cómo…?-

-Se te notaba mucho.-Suspiré.

-Cuando nos liamos me di cuenta de que no funcionaría y de que en realidad no me gustaba tanto.-

-Bueno está bien, hay muchos chicos guapos con los que si puede funcionar.-Dijo supongo para animarme.

-¿Cómo quien?-

-Mi hermano.-En ese momento gire la cabeza súper rápido haciendo hasta que me diese un tirón en el cuello. Mirándola con cara de espanto.-Hubo un momento en el que juro que pensé que os ibais a liar, incluso aposté con Gabriel pero creo que ninguno de los dos ganará la apuesta.-

-Me acabas de dejar a cuadros.-Ella soltó una carcajada.

-Lo sé, pero te lo imaginas serias muy buena cuñada.-

-La mejor.-Dije con una sonrisa.-Encima fijo que les encantaría a tus padres.-

-Siento decirte que con tu manera de ser, les espantarías un poco.-Y ahí si las dos soltamos fuertes carcajadas.

-¿Por qué tanta felicidad?-Preguntó una voz detrás nuestro. Me giré encontrándome a Diego, en ese momento sin querer me puse roja por el comentario de Blanca y esto solo hizo que ella se riese más. Yo me tapé la cara como pude avergonzada.

Blanca abrió la boca preparada para empezar a soltar toda la película que se había montado en la cabeza, pero la interrumpí.

-Nada importante.-Él pareció no creérselo pero no le dio tiempo a replicar porque mi móvil sonó y rápidamente lo cogí.

-¿Hola?-Dije, al otro lado del teléfono sonó una tos.

-Soy Hugo, no voy a poder quedar hoy contigo.-

-¿Y eso? ¿Está todo bien?-

-Me he puesto enfermo de repente, creo que me ha sentado algo mal de lo que he comido.-

-¿Y Sara y Enzo?-Pregunté.

-Enzo esta avisado ya, pero no podéis ir a ver esa película sin mí.-

-Vale vale, pues te voy a visitar.-Me levanté de mi asiento, para dirigirme a mi habitación.- ¿Está Sara también, no?-después de una respuesta afirmativa y prepararme me dirigí al salón.

-Me voy a casa de Hugo, luego nos vemos.-

-Cuidado a ver si Enzo se va a poner celoso.-Dijo Diego con burla yo le ignoré su comentario. Di un abrazo a Blanca y para sorpresa de ambos también le di uno a Diego, verdaderamente era el que le quería a ver dado ayer pero eso no se lo voy a decir porque seguramente le rechazaría.

No dejé que ninguno dijese nada y me fui.

Ya estaba en la puerta de la casa de Hugo y Sara los cuales vivían con la madre y el padre de Hugo.

Llamé a la puerta y me abrió Sara la cual me miró con una sonrisa.

-¿Qué es eso?-Preguntó señalando la jaula tapada con una manta que llevaba en las manos.

-Una sorpresa.-ella asintió y  me dejo pasar.-Es una tortuga.-La susurré.

Ella soltó una pequeña risa.

Hugo estaba en el sofá sentado cuando entre al salón posé con cuidado la jaula en la mesita que había frente los sofás y me senté en uno individual mientras Sara se sentaba al lado de su primo.

-No es mi cumpleaños.-Dijo para posteriormente hacer una mueca de dolor agarrándose la tripa.

-Lo sé.-Dije con una sonrisa.-Ábrelo.-Le insistí.

-Técnicamente no se puede abrir.-

-No seas aguafiestas y mira que es.-Dije.

Él cogió la jaula.

-Con cuidado que es delicado.-Dije y saqué la manta  dejando ver una especie de acuario con una tortuga.

El se quedo con cara extrañada como si no entendiese el motivo del regalo.

-Es una tortuga. -Exclamé.

-Eso lo sé.-

-Joder pareces Enzo.-En ese momento Sara soltó una carcajada, y yo me giré para mirarla, nunca la había escuchado reír tan alto. Parecía tranquila. Como si haber solado esa carcajada fuese una especie de liberación.

En su caso, en prácticamente todas las ocasiones que riese bajo o en silencio no significaba que no estuviese feliz.

-Pero no entiendo a que viene.-Dijo Hugo intentando seguir pareciendo serio sin embargo vi un atisbo de sonrisa.

-La primera vez que hablamos intercambiamos unas seis frases y en las seis hablabas de tortugas.-

-Oh, no me acordaba.-Dijo.

-Sí, hasta la pusiste nombre el otro día. -Aunque espero que no recordase que se llamaba Noa.

-La llamaré Noa.-

-¿No decías que no te acordabas?-

-Y no lo hacía. -Frunció el ceño mirándome.

-¿Vemos una película?-Los tres estuvimos de acuerdo, y aunque Hugo seguía malo disfrutó de la película que claro, escogió él. Porque dijo que como estaba malo era su derecho por estar enfermo.

Dos días después bajé del coche y todavía con las llaves en la mano avancé hacia la cafetería pero cuando estaba a punto de entrar, mi móvil sonó.

Normalmente no lo habría cogido hasta después pero tuve un mal presentimiento.

Cuando lo descolgué se me cayeron las llaves solo de escucharlo.

-Blanca está en el hospital.-

 



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En el texto hay: misterio, amor de hermanas, amistad amigos

Editado: 20.04.2021

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