La Vida Que Yo EsperÉ

DINERO MAL HABIDO

Ante la inminente pregunta del trabajador, Jorge se queda viendo a Eliza, quien les dice a todos:

— Hidalgo trabajo para mi esposo por mucho tiempo y dio todo lo mejor de sí, pero ya le llego su hora, así que acostúmbrense a entenderse con el nuevo gerente, es decir: Jorge.

En contra de su voluntad, todos los empleados vuelven aplaudir a Jorge y le dan la bienvenida a la empresa.

Jorge les dice a todos:

— Gracias por esta calorosa bienvenida, prometo que no los voy a de fraudar.

Eliza toma la palabra, y les dice a todos los trabajadores:

— Bueno, eso es todo y no les quito más tiempo, pueden ir almorzar.

En ese instante, todos los trabajadores se van. Cuando Jorge le dice a Eliza:

— ¿Realmente paso eso de que el gerente cumplió su tiempo?

— No, yo lo eche para contratarte a ti... ¿algo más?

— No.

— Entonces vamos a tu oficina que te voy a dar algo.

— Bueno.

En ese momento, Eliza lleva a Jorge para su nueva oficina. Y al entra, Eliza le da un beso y luego le entrega en sus manos un cheque por cincuenta mil dólares.

Jorge mira el cheque, y luego le dice a Eliza:

— ¿Qué es todo esto?

— Cincuenta mil dólares.

— Si, ¿pero por qué? Si apenas voy a empezar a trabajar.

— Ya te olvidaste de lo que me dijiste... la deuda de la casa.

— Ah, sí, si... se me había olvidado.

— ¿Eso te alcanza?

— Si, antes me sobra bastante, gracias.

— Bueno, entonces llévame a comer, me acabo de antojar de una deliciosa langosta...

En la fábrica, Salomé y Estefanía se sientan a comer en una cafetería cerca donde trabajan. Cuando Estefanía le dice:

— Te veo como triste, ¿te pasa algo?

— Problemas que nunca faltan.

— Pensaba que el frio te estaba afectando.

— No, ya el frio poco a poco lo voy superando.

— Entonces, ¿por qué estas así?

— Mi esposo, me está mintiendo en todo lo que dice y hace... yo no sé qué hacer.

— Vuelve hablar con él y exígele la verdad.

— Tienes razón Estefanía, ahora en la noche hablare con él.

— Y Salomé, trata que todo esto no te afecte aquí en el trabajo, porque la nueva dueña es terrible.

— Yo no la conozco.

— Las veces que ella ha venido, preciso tu no has estado... pero créeme, cuida tu trabajo.

— Bueno...

6:10 pm, Salomé sale de trabajar y se monta en el autobús que va hasta su barrio. Cuando recibe una llamada de Emily.

Salomé se sienta al lado de una señora, y le contesta a su amiga:

— Hola Emily, ¿cómo estás?...

Barrio The Glebe, Jorge llega junto con Eliza a la mansión en la camioneta. Cuando Eliza se le tira encima y comienza a besarlo por el cuello, y le dice:

— Entremos a la casa.

Jorge se pone serio, y le responde:

— Eliza, ya me has tenido todo el día contigo, esta noche y las demás noches, quiero pasarlas en casa. No quiero seguir peleando en casa... ¿espero que no te hayas molestado por esto que te dije?

— No, eres claro y eso me gusta.

En ese momento, Jorge se baja de la camioneta y le abre la puerta a Eliza para que salga.

Eliza mira a Jorge. Y se baja del vehículo y le da un beso, diciéndole:

— Nos vemos mañana.

— Bueno.

En ese instante, Jorge mira como los guardaespaldas de Eliza la siguen hasta la puerta, y luego enciende la camioneta y se va a casa.

Barrio Preston Street, Salomé sigue hablando por teléfono con Emily. Cuando se baja del autobús y pisa mal por estar desconcentrada. Y cae en la nieve.

El conductor y varios pasajeros se asustan por la caída. Cuando Salomé se levanta rápidamente, y les dice a todos:

— No me ocurrió nada, ¡sigan!

En ese instante, el autobús se va. Cuando Emily le dice a Salomé:

— ¿Te paso algo?

— Me acabo de caer, pero no fue grave.

— Cuidado Salomé.

— Por suerte hay mucha nieve.

— ¿Pero estas bien?

— Si.

— Como te venia diciendo; busca la manera de no alegar con Jorge. Para que el baje sus defensas y puedas ver en realidad que es lo que pasa con él.

— Emily, voy hacer un esfuerzo, no sabes lo difícil que es Jorge.

— Ten paciencia y haz lo que te digo.

Salomé se dirige abrir la puerta. Cuando le dice a Emily:

— Está bien, voy hacer lo que dices...

7:00 pm, Jorge y Salomé están cenando en el comedor. Cuando Jorge ve a su esposa, y le expresa:

— ¿Te pasa algo?

— No, estoy bien... ¿por qué lo preguntas?

— Como estabas que me pegabas porque te dije que tuve problema con la policía...

— Eso ya paso, terminemos de comer y luego vemos una película.

— Esa es una buena idea, pero te tengo dos noticias importantes quedarte.

— ¿Buenas o malas?

— Buenas...

En ese instante, Jorge saca el cheque de cincuenta mil dólares de su cartera. Y lo pone en la mesa, y le expresa a Salomé:

— Con esto podemos recuperar la casa que tenemos en Colombia y nos queda dinero.

Sorprendida, Salomé coge el cheque y al revisarlo, le dice:

— ¿Qué es esto?

— Pues un cheque con cincuenta mil dólares.

— No te hagas el tonto Jorge conmigo, yo sé que son cincuenta mil dólares, lo que trato de decirte, ¿es de donde los sacaste?

— Esa es la otra sorpresa que te tenía.

— Habla.

— Soy el nuevo gerente de una muy buena petrolera, y ese dinero fue un adelanto que yo pedí.

Salomé se queda mirando a su esposo, y luego le dice:

— A nadie le dan este dinero así por así... Jorge, ¿esto es dinero mal habido?

Jorge se enoja y pega un golpe muy fuerte en la mesa, diciéndole a Salomé:

— ¡Ese dinero lo preste! ¿Qué estas creyendo que yo soy?

— Ahora quieres solucionar todo alzando la voz y golpeado la mesa... ¿solo quiero saber si todavía eres el hombre con el que yo me casé y soñé con una vida esplendida?




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