Matrimonio a un clic de Distancia

Capítulo 5: Un poco del Clan

SAHARA

Una voz que no logro reconocer me despierta, giro en el lugar donde me encuentro descansando negándome a abrir los ojos, no dormía tan plácidamente desde hace meses, la cama debía ser igual o más costosa que la que se encontraba en la casa de Khiss y donde dormía cuando iba a visitarla, la voz no se detiene en mi intento de ignorarla para seguir durmiendo, resignada abro los ojos encontrándome con una habitación completamente desconocida para mi, las paredes eran de un color blanco, una de ellas era cubierta de piso a techo por largas cortinas beiges mientras la otra donde no estaba la puerta se encontraba decorada por pinturas y marcos de perritos, muy tierno a mi parecer.

El sonido de esa voz vuelve a inundar la habitación, me apoyo en el respaldo buscando el origen de tan molesto sonido a tempranas horas de la mañana. Encuentro al culpable sobre la pequeña cómoda al costado de mi cama, era mi teléfono y la voz no era más que una alarma que configuró Khiss cuando estuvimos en Las Vegas con la voz de uno de sus cantantes favoritos.

Estiro mi cuerpo, levantándome de la gran cama para abrir las grandes cortinas curiosas por saber lo que ocultaban, era un enorme ventanal con vista a la ciudad de Milán, se podía ver a las personas ir y venir apresuradas, tiendas abiertas, todo tipos de autos y un hermoso cielo despejado dándome la bienvenida.

Al llegar en plena madrugada no pude ver nada de esto, solo nos recibió una brisa fría y reporteros muy agresivos que esperaban nuestra llegada sin importarles la hora, toda esa multitud que era acompañada de uno que otro fan de Xavier me separaron de las chicas a la primera oportunidad para encarcelarme en un círculo donde era atacada con flashes y preguntas causando un pequeño ataque de pánico en mi.

Cierro los ojos tratando de llevar lejos el recuerdo.

Tranquila, estas a salvo

Lose, ¿pero si vuelve a suceder?

Tendrás a Xavier para apoyarte.

No quiero tenerlo a él, quiero mi vida normal devuelta.

Tu vida no era normal, Sahara.

Tú no sabes nada.

La misma sensación de hace horas regresa, mis manos comienzan a temblar, mi corazón se acelera, no de otra vez por favor, suplico.

- Hey estrellita, ya amaneció, el sol les di… -la voz de mi amiga la oígo distorsionada.

Ella debió darse cuenta al instante sobre lo que estaba pasando porque siento sus manos levantándome del suelo, donde no recordaba terminar, sentándome en la orilla de la cama tomando mis manos.

- Vamos estrellita, inhala y exhala, tú puedes -me anima, guiándome para respirar.

Inhalo y exhalo siguiendo la voz de mi amiga

- Eso es estrellita, eres tan valiente -en momentos de crisis Khiss siempre ha logrado saber que decir y cómo enfrentar mis ataques de pánico o ansiedad, desde que nos conocemos no se ha apartado de mi lado, siempre estuvo ayudándome, alentandome celebrando conmigo cada uno de mis más pequeños y grandes logros. Su amistad es esa que no siente envidia o es dañina, ella es la curita que mi corazón siempre necesitó y encontró sin buscar.

- Mi linda estrellita, recuerda que te amo, nunca lo olvides -dice abrazándome al ver que comienzo a respirar con normalidad y el temblor en mis manos disminuye gradualmente.

- Gracias -la abrazo llorando en su hombro.

- Te he dicho un millón de veces que no agradezcas, no lo hago con esa intención y lo sabes -asiento- ven, será mejor que te acuestes.

- No te vayas -digo con temor tomando su camiseta.

- No me iré estrellita, nunca lo haré, esto es hasta que la muerte nos separe ¿recuerdas? -dice quitándose los zapatos acostándose conmigo.

- Hasta la muerte que nos separe -la abrazó escondiendo mi rostro, mientras ella acariciaba mi espalda reconfortándome con su tacto.

- Chicas, es hora de despertar.

- Chicas -vuelvo a escuchar

- Umm, ¿qué sucede? -mi amiga se remueve respondiendo a la voz.

- Son pasada la una de la tarde, ya se perdieron el desayuno deben comer algo, no pueden estar con el estómago vacío -me abrazó más fuerte al cuerpo de mi amiga cuando tenía la intención de levantarse.

- Todo está bien estrellita, no hay nada que temer -me sienta en la cama y abro los ojos sintiéndolos pesados.

- Los esperamos en el comedor -dice Ross saliendo del cuarto.

- ¿Estarás bien? -asiento- iré a tomar una ducha, hazlo tú también la necesitas -dice levantandose de la cama y antes de irse deja un beso sobre mi frente.

Me tomo mi tiempo en arreglarme, tardando alrededor de una hora en estar lista, al llegar al comedor todos ya estaban sentados esperándome solo a mi para comer.

- Disculpen la demora -bajo la cabeza avergonzada sentándome en la única silla libre entre Khiss y Xavier.

- Nada de eso estrellita, los chicos recién terminaron de cocinar -Jared y Xavier asiente, pero un chico que no conozco también lo hace.

- Un gusto, soy Sebastian -se presenta el pelirojo desconocido.

- Sahara, un placer.

- Sé quién eres, es imposible no saberlo, tú rostro está por todos lados -¿Qué tan famoso es Xavier? y ¿Por qué lo soy yo también?

¿Si nana se entera? o ¿Ya lo sabrá?

Recuerda que nana odia todo eso de los famosos, además de saberlo te habría llamado hace mucho.

Espero siga así y nana no se entere de nada hasta que pueda decírselo yo  misma.

Pero si ella se entera, será la persona más feliz sobre la faz de la tierra, ella siempre te dice que espera verte casada antes de morir.

No digas tonterías, nana vivirá aún muchos años, ella me lo prometió.

Pero..

- Podemos hablar sobre todo esto luego, primero comamos, porque con el estómago vacío mis neuronas no logran conectar unas con otras -todos reíamos por las palabras de Khiss.



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En el texto hay: romance drama +18

Editado: 15.05.2024

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