Matrimonio a un clic de Distancia

Capítulo 6: Una no cita

Xavier

Leer libros de Khiss está comenzando a afectar mi comportamiento, seguía sin poder comprender cómo hice lo que hice.

Yo no soy así, lo juro.

Hay ajá

No quise acorralar a ricitos y mucho menos decir eso, ahora ¿Dónde escondo la cabeza?

Mejor vete a la China.

Pero no sé hablar Chino.

¿La India?

Tampoco hablo Hindi.

¿Rusia?

Los únicos idiomas que te manejo son el español, italiano e inglés.

Entonces ve a esconderte a Australia.

Es una idea factible, pero ¿cómo le explico a Jared que quiero huir a Australia sin decirle el motivo?

¡Huye!, pero llévate a nuestra esposa.

Pero de ella es quién trató de escapar.

Olvida lo de escapar, dejar sola a nuestra esposa no es una opción.

¿Entonces la evitó el resto de días que nos quedan en Italia?

Si haces eso, no te dejaré dormir.

¿Entonces qué hago?

Usa el mismo valor que tuviste para decirle que quieres repetir la noche de bodas para pararte a su lado y tratarla como la reina que es.

¿Ser romántico dices?

Eso mismo, pero como no confío en tí podrías pedirle algún consejo a Khiss, después de todo es su mejor amiga.

Dejo de abrazar mi almohada de groot, para ir a buscar a mi amiga, pero ella está de brazos cruzados parada en el marco de mi puerta.

- Llegas justo a tiempo -de un salto estoy fuera de mi cama arrastrando a Khiss hacia mi escritorio sentándose en la silla y arrastrandola hacia el borde de mi cama donde me siento volviendo a abrazar el peluche

- ¿Qué hiciste ahora? -me arrebata el peluche acomodándose en la silla.

- ¿Por qué siempre piensas que hice algo? -cruzó los brazos sintiéndose indignado por su comentario

- ¿Quizá porque mi amiga acaba de salir corriendo de aquí? 

- Buen punto -dejo caer mi cuerpo en la cama, cubriendo mi rostro con los brazos.

- ¿Me dirás qué le dijiste o hiciste para que salga así? 

- Ese es un asunto privado entre mi esposa y yo, no seas metiche -tomó la almohada más cercana y se la lanzó.

- Ahora la llamas esposa -esquiva la almohada.

- Estamos casado Khiss, ¿Cómo esperabas que la llamara? -se encoge de hombros, impulsandose con sus pies mueve la silla hasta el escritorio tomando los post-it amarillos de la mesa junto a una pluma metalica comenzando a escribir e ignorandome.

- ¿Algún día dejarás de escribir? 

- Lo haré cuando llueva dinero y los hombres dejen de mentir.

- No entiendo el idioma taka taka Khiss.

- Придурок - mi cerebro está funcionando a toda velocidad tratando de traducir lo dicho por mi amiga, pero no encuentra nada.

Sistema fuera de servicio

- ¿Aprendiste un nuevo idioma en estos tres años? 

- De hecho, aprendí tres idiomas -le resta importancia, como si aprender tres idiomas fuera algo tan sencillo de lograr, aún recuerdo cómo me costó hablar fluido el inglés tardé aproximadamente tres años y ella en ese mismo lapso de tiempo aprende tres, esta mujer nunca dejará de sorprenderme.

- Dejame adivinar, estabas aburrida 

- Sí -asiente aún escribiendo.

- Mendigo cerebro que tienes amiga, ¿tus neuronas no hacen cortocircuito? 

- Me suele pasar, incluso he olvidado algunas palabras en español -la entiendo porque me suele pasar a menudo.

- Y respondiendo a tu anterior pregunta, me sorprende que aceptaras tan fácilmente lo del matrimonio y la relación con Sahara, es muy sospechoso -achina los ojos intentando dar miedo, cuando solo da ternura con esa expresión.

- ¿Por qué? -De un salto estoy sentado sobre la cama.

- Porque sueles ser un idiota la gran parte del tiempo -ofendido por su comentario le lanzo un cojí azul

- ¡Deja de lanzarme cosas! -Veo como se quita uno de sus tacones con la clara intención de lanzarla, reaccionó rápidamente corriendo a quitarle el tacón antes de terminar con una contusión o en la sala de emergencia del hospital.

- Si seguimos así, uno de nosotros terminará en el hospital -digo lanzando su tacón al otro extremo de la habitación.

- Bien -resopla- Ahora devuélveme mi zapato -la ignoro tirándome en mi cama como estrella de mar.

- Luego -con el ceño fruncido la veo girarse y volver a escribir pero ahora en una libreta blanca.

Me quedo en silencio viendo a mi amiga tan concentrada trazado palabras en el pedazo de papel, generando curiosidad en mí, pero antes de que intente siquiera preguntar qué es lo que tanto escribe una canción comienza a sonar inundando mi habitación en una melodía ya conocida por mí, era la canción favorita de Khiss y la cual tenía configurada como su alarma. Ella deja de escribir revisando su móvil por unos breves segundos para volver a escribir lo que supongo son las últimas palabras porque la veo cerrar la libreta y ponerse de pie acomodando su cabello.

- Tengo que irme o llegaré tarde -camina hacia donde está su zapato poniéndoselo y sacudiendo las pelusas invisibles de su vestido.

- ¿A dónde llegarás tarde? 

- Al aeropuerto 

- Acabas de llegar, pensé que te quedarías y regresaríamos juntos a Perú.

- Lo siento,  tengo asuntos que resolver en Alemania, pero los veré allá.

- Aún tengo cosas que hacer aquí, tardaré dos semanas -le recuerdo.

- Ya hablé con Giorgio, dijo que podrías viajar dentro de tres días, pero solo podrás quedarte un mes -¿Cómo Khiss logró convencer mi entrenador a darme un mes de vacaciones?, ese hombre es aterrador y muy estricto con los entrenamientos.  

- ¿Cómo lo lograste? 

- Un mago nunca revela sus secretos -comienza a caminar para salir de mi habitación pero se detiene a la mitad- Primero viajaran a New York, no lo olvides.

- Hablaré con ella sobre eso luego -ella asiente.



#6932 en Novela romántica
#1619 en Chick lit

En el texto hay: romance drama +18

Editado: 15.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.