❀ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs❀

❝¿ǫᴜɪᴇʀᴇs ᴇsᴄᴜᴄʜᴀʀ ᴇsᴛᴏ?❞

El pelinegro estaba nuevamente tan concentrado en su trabajo que no había notado las cinco veces que Dulce pasó por el lugar llevando y trayendo cosas, ella era muy inquieta en algunos momentos además, quería garantizar que Yoongi estuviera lo más cómodo posible en su casita. Ella observaba con asombro la manera tan concentrada que tenía Yoongi de trabajar, ella era un poco distraída y en un par de ocasiones sus recetas se habían estropeado por usar el ingrediente incorrecto. 

—Dulce...— la llamó él de una manera tímida, al recibir la atención solicitada de la chica continuó —¿Te gustaría ver lo que estoy haciendo?— Sus mejillas se pintaron de rosa, el color favorito de Dulce en Yoongi.

—¡Me gustaría!— exclamó mientras corría a sentarse al lado de él —¿Qué estás haciendo?— ladeó la cabeza al ver un extraño programa en la computadora y muchos colores, instrumentos, tuerquitas… Realmente Dulce no tenía idea de lo que podría ser eso —¿En qué trabajas? ¡No entiendo nada!— exclamó haciendo un pucherito mientras observaba al mayor.

—No tienes que entenderlo, sólo escucha— acto seguido le colocó sus auriculares y reprodujo parte de su composición, en silencio observaba los gestos y reacciones de Dulce.

—Es muy suave ¡Oh! ¿Esos son bongos? nunca los había escuchado en este género— comentaba con una sonrisa emocionada —Espera, no sé qué instrumento es ese pero suena cómo la lluvia, le queda perfecto.

La dulce mirada de Yoongi sobre Dulce era ignorada por ella, estaba tan concentrada en los sonidos e instrumentos que no podía permitirse perder algún detalle.

—La guitarra eléctrica, siento que sería mejor si se retrasa uno o dos segundos y entrara en crescendo— lo observó directo a los ojos los cuales estaban tan abiertos gracias a la sorpresa que había recibido.

—¿Cómo sabes tanto de música?— cubrió su boca con sus manos mientras formaba nuevamente un “O” con ella.

—Mis papás, ellos son músicos y me enseñaron un poco ¡Oh sígueme! ¡Hay algo que estoy segura te gustará! se levantó de golpe y tomando al mayor del brazo lo arrastró a una de las habitaciones de la casa.

Al abrir una de las puertas se vió un estudio de producción, se encontraba en perfectas condiciones, la mirada asombrada de Yoongi revisaba cada uno de los rincones, aquel lugar había sido el estudio personal de los padres de Dulce, sus padres salían mucho de viaje y al final se establecieron lejos del lugar, la chica no le prestó completa atención a sus padres cuando le hablaron de los equipos, así que la sala había estado sin uso durante algún tiempo, en las ocasiones que Dulce entraba al lugar era para tocar un poco de guitarra y piano, para así sentirse más cerca de sus padres los cuales extrañaba demasiado.

—¡Esto es asombroso!— exclamó Yoongi aún sin salir de su estado de shock —Tiene de todo, es súper genial.

—Admito que no sé cómo usar nada de esto— rió por lo bajo Dulce.

Después de aquel día ellos se hicieron rápidamente cercanos, tenían tantas cosas en común que sus diferencias eran superfluas. Durante el tiempo que el estudio de Yoongi estaba bajo reparación utilizó el de Dulce, ella aprendió un poco sobre la producción ya que quería estar cerca de Yoongi, y el pelinegro estaba tan emocionado hablando de lo que le apasionaba que ninguno medía el tiempo y pasaban horas en el lugar.

—¿Me vende un americano, por favor?— preguntó Yoongi con una pequeña sonrisa.

—¿Algo más?— respondió Dulce detrás de la barra con su linda sonrisa.

—Un chocolate y cuatro bollos rellenos de queso— señaló el mayor.

Cuando la chica había llevado todo esto al pelinegro lo observó asombrada por su pedido, en este tiempo junto a Yoongi había aprendido que él no soportaba el chocolate, lo que aún le parecía una completa locura porque ¡¿Quién en el mundo despreciaría el sabroso y espumosito chocolatito?! Bueno, era cierto, sólo Yoongi podía hacerlo.

—¿Por qué el chocolate? ¡Ni siquiera lo soportas!— exclamó la chica bastante confusa.

—Porque estoy esperando a alguien que lo beberá conmigo— sonrió.

—Oh ¿Quién es?— preguntó con bastante interés y algún tinte de celos, pero ella perfectamente sabía que no tenía ninguna razón para estarlo, al final de todo ella y Yoongi no eran nada más que amigos.

—Luego lo sabrás cuando la llame— sonrió en respuesta.

Yoongi sabía a la perfección que Dulce estaba un poco celosa pero ¿Cómo le diría que aquella mujer que vendría sería su chica especial? Yoongi se sentía satisfecho con el simple hecho de despertar los celos en Dulce, ella arrugaba la nariz de una manera tan bonita que su corazón estaba un poco más acelerado.

Dulce asintió con una fingida sonrisa, ella se dio la vuelta y continuó atendiendo a sus clientes. Ella intentaba concentrarse en su trabajo, no podía darle la cara a Yoongi en ese momento, estaba ¿molesta? pero si eran simplemente amigos ¿Por qué esos extraños sentimientos se agolpaban en su interior? No le gustaba ni un poco lo que estaba sintiendo, decidió volver a la cocina y centrarse en sus recetas.