Temptation

27

Me despierto con unos brazos rodeando mi cuerpo, estoy muy cómoda y calentita que no quiero moverme de donde estoy. La luz se filtra por la ventana, afuera el día está gris. Unos labios fríos besan mi cuello, mientras que unas manos me sujetan con fuerza.

—Buenos días —Digo 

—Hoy si son buenos 

Me giro mirando a Alessio que se está restregando los ojos, me mira y sonríe, se acuesta sobre mi pecho escondiendo su cabeza en mi cuello.

—¿Qué hora es? —Pregunto mientras paso mi mano por su cabello

—No sé, pero no quiero levantarme

—Ni yo —Levanta la cabeza y el cabello le cae sobre los ojos

—Lo de ayer 

—¿Qué pasa con lo de ayer? 

—Creí que saldrías corriendo —Lo miro —Aún sigues aquí

—Y no me voy a ir Caruso, vas a tener que soportarme 

—Bien Alessandretti, pero si huyes, te seguiré hasta el infierno

Vuelve a recostarse y paso mis manos por su cabello, no sé cómo está acostado, solo sé que su cabeza está metida en mi cuello, pero no pesa. 

Dos horas después nos levantamos y vamos a desayunar con el resto que están listos para su día en el parque. Arabella pide que le desee suerte mientras se van, yo regreso al sillón donde Alessio está y me acomodo a su lado. Cambia de canal y deja en las noticias donde, se ha corrido la novedad del ministro y el consejo, de las reglas que me han impuesto. Los catalogan de machistas y arcaicos. Además, que la gente pide que se los investigue por presuntos vínculos con bandas delincuenciales. Alessio pone muté la televisión y me mira.

—El tipo de Ayer ¿Quién es?

—Nadie —Me mira —Es alguien que se encarga de que no tenga que ensuciarme las manos —Explico —Cuando queremos que salgo a la luz o esconder él lo hace

—Lo conoces —Niego —¿Cómo sabes que es de fiar?

—Porque juro lealtad, es algo de antaño, ni el consejo sabe que existe. Es de confianza, lo prometo. 

—Lo investigaré dame su apellido

—No lo sé —Rueda los ojos —En serio no lo sé. ¿Por qué te mentiría?

—¿No lo sé cariño? —Sonrió

—Estás celoso

—No

—Si lo estás. No lo conozco y no he tenido nada con él. Lo juro —Me mira

—No quiero compartirte con nadie más y mucho menos después de lo de ayer. Me volvería loco si alguien te ve o toca como ayer.

—Espero que esa cláusula aplique para ambos

—Aplica, solo te falta un título de propiedad sobre mí y está listo ¿Qué quieres hacer hoy?

—Quedarnos en la cama, no estaría mal, pero haré lo que quieras, no tengo algo en específico. Lo que sí te digo es que habrá mucho revuelo, ya tengo todo planeado y mañana a medio día mandaré la propuesta de un censo para terminar con el consejo. 

—¿Algo en particular?

—No, pero sé que no se quedaran con las manos en los bolsillos 

—Tendré cubierto todo, por cierto, cuando regresaras al club

—No lo menciones que me da dolor de cabeza. ¿Mi tía te dijo algo?

—Me insinuó algo antes de irnos, pero no dijo nada en si. Dijo que para finales de noviembre hacen el cierre de las actividades de otoño, lo cual conlleva un baile. Dice que quiere que participes

—No pienso planear ningún baile

—No, que bailes, es un tipo de obra que hacen todos los años

—No me apetece

—Al menos piénsalo, ponte que solo seas un árbol y salgas solo cinco minutos y ya

—Ojalá, lo veré cuando llegue

—Tu prima y tía se van mañana, me lo dijeron ayer

—Al menos a ti te lo dicen, Arabella se despide, pero Victorie no

—Te quiere y mucho —Lo miro —Sé que piensas que no, lo hace…

—No pienso eso, solo que por alguna razón no tolera mi presencia —Desvía la mirada —Y tú sabes por qué 

—Me dijo una vez algo 

—Le recuerdo a mi padre ¿No es así? —Asiente —Sí, y se siente culpable. No culpable a nadie de lo que le paso a mi padre, lo culpo a él que fue débil. ¿Entonces que vamos a hacer? —Pregunto cambiando de tema

—Vamos a dar una vuelta y te enseño, donde tenía la pizzería mi tío antes que se incendiara —Asiento

Salimos del hotel y empezamos a caminar, tomo fotos de algunos monumentos y de Alessio. En la Piazza del Dumo nos tomamos varias fotos él y yo aprovechando el sol. Seguimos nuestro recorrido hasta llegar a una calle muy transitada.

—Ahí era —Señala una tienda que ahora es una florería

Alessio no tenía mucha familia más que su padre. La familia de su madre murió en un extraño incendio. A los quince años se quedó solo, cuando su padre lo abandono, ya que estaba huyendo de sus deudas de juego, dejándole la responsabilidad de Alessio de pagarlas. Lo vi sufrir mucho por eso. Sé que Victorie le ayudo a pagar la mayoría, pero la que más costaba la pago él solo y esa era la de la mafia. Alessio no quería ninguno lazo con su familia paterna y negaba todo vínculo con ellos, al único que acepto fue a Tomás, su hermano quien está muerto.

Beso, su hombro mientras nos quedamos un rato parados, mirando la florería. Me mira y besa mi frente. Seguimos nuestro camino sin decir nada.

—Los mataron por ser mi familia —Habla —Estaban relacionados conmigo un Caruso. 

—No lo sabes, no descubrieron lo que paso

—Es lo que paso Rouses. Sabían que tenían un vínculo y querían cobrarse lo de mi padre y los mataron, porque no tenía dinero. Me quede solo.

—No estás solo —Aprieto su mano —Me tienes a mí —Sonrió —Y pronto a seis niños que no nacen. Seremos felices y comeremos perdices. Ya no estarás solo.

—Tú tampoco 

Pasa su brazo por mis hombros y caminamos. Le suena el teléfono y responde. No dice mucho antes de colgar.

—¿Quieres conocer mi empresa? —Asiento

Caminamos hasta llegar a la Piazza Gae Aulenti, donde entramos a un edificio hasta el último. Alessio no me suelta de la mano cuando entramos la gente lo mira y lo saluda y ami también. Llegamos hasta una oficina que lleva el nombre de Jack Michaels, Alessio entra sin tocar y la persona a dentro lo mira de mal humor, hasta que seda cuanta que es él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.