Un amor para Nebraska

Capítulo 13: Zeke

—Creo que deberíamos irnos.

Se queda mirándome.

—¿Cómo has dicho?

Me aparto.

—Que ha comenzado a llover y deberíamos irnos. No quiero que te enfermes y tu hija ande preocupada por ti.

Ella alza la mirada al cielo. Apenas caen unas gotas y no estoy seguro de que vaya a ser más que eso, sin embargo, es mejor irnos.

—Yo pensaba que… tú… Bueno, no importa. Vámonos.

Ella pensaba que iba a besarla y era la idea, mas no quise hacerlo todavía para no confundirla y no confundirme más de lo que estoy.

Nebraska me gusta mucho, es la primera mujer que me gusta desde mi ex, aun así no quiero apresurar las cosas y sé que un beso no tendría que ser apresurar algo, solo que siento que algo cambiaría y prefiero que nos conozcamos en plan más de amigos y luego ver la cuestión del beso, al menos hasta que no me pueda controlar y termine besándola.

Ella apresura el paso y camino rápido para alcanzarla. Permanecemos en silencio hasta llegar a mi vehículo y para entonces la lluvia se torna más fuerte.

—Oye, con respecto al puente.

—Es hermoso el puente y buena vista también.

—Sí, no me refiero a eso, sino a nosotros. Tú me gustas, es solo que quiero que nos conozcamos como amigos. Esta fue la primera cita para ambos desde nuestros divorcios y creo que debemos tomarnos las cosas con calma.

Ella asiente y sonríe.

—Lo sé, tienes razón. No pasa nada.

—Genial, es bueno que nos entendamos.

—Sí, estupendo. Amigos.

Nos decimos nada más, me dedico a conducir y ella va mirando el paisaje. Me pregunta si el castillo está abierto al público porque le gustaría llevar a Angie que ama las princesas y los castillos.

—Sí, lo está. Puedo ser su guía si me lo permiten. No es el típico castillo de princesas, pero puede que le guste. A mí sobrina no le gusta, dice que es un lugar viejo, feo que le da miedo.

Nebra ríe.

—Puede que Angie termine pensando igual. Al menos dejará de pedirme que la lleve. Sus tías se ofrecieron a llevarla y ella les dijo que no porque quiere ir conmigo. Una vez le dije que el primer castillo lo conociéramos juntas y le quedó grabado.

Sonrío.

—Tu hija es fantástica. Tal vez sea buena influencia para mi sobrina.

—Me recuerdo mucho a Arizona de pequeña.

—¿Arizona era como Leila? —asiente—. Siento pena por mi cuñado cuando le toque lidiar con su hija de mayor.

—Puede que un poco. Lo que importa es que no se dejará pisotear por ningún hombre y su vida no girará en torno a tu género, como sucede con muchas. Arizona es un alma libre y su único compromiso es con ella misma. Angie y yo somos parte de su vida y ahora April y su madre también, no obstante, no depende de nosotras y no está atada a nada.

—Y eso está bien, en partes.  

Estaciono el vehículo en su casa, ella se desabrocha el cinturón y compartimos una mirada.

¿Por qué todo tiene que ser tan raro entre nosotros? Necesito mucho aceite para sacar la oxidación que tengo con las mujeres.

—Gracias por la salida. La pasé bien a pesar de los incidentes y los silencios incómodos iniciales.

«Invítala a salir de nuevo, Zeke».

—Cuando quieras. Podemos organizar para ir a ver el castillo.

—Claro, a Angie le encantará. Gracias—ella abre la puerta, se detiene y me mira—. Solo para no quedar como estúpida, ¿tenías intención de besarme en el puente?

—Sí y no lo hice…

—Porque quiere que seamos amigos.

—Que nos conozcamos de esa manera.

—Perfecto. Solo quería dejar las cosas claras. Buenas noches.

—Que descanses.

Ella baja, cierra la puerta y corre hasta la entrada de la casa. Me quedo esperando que ingrese y luego un rato más arrepentido de no haberla besado.

¿Qué está mal conmigo? ¿Acaso mi matrimonio fallido me dejó tan dañado que ni siquiera puedo besar a una mujer que me gusta?

Hubiera sido un beso, un solo beso.

Pongo el vehículo en marcha y conduzco hacia mi casa sintiéndome miserable.

Las cosas no comenzaron bien en la cita, luego mejoraron y las diez preguntas se convirtieron en dos, creo, y luego estuvimos a punto de besarnos y puse de excusa la lluvia para irnos porque no sabía como seguir.

Lo importante es que Nebraska comprende, ella tiene experiencia en matrimonio fallido y sabe que es complicado tener una cita de nuevo luego de un divorcio difícil.

La frustración pasa porque me quedé con deseos de besarla. Deseé hacerlo al verla bajar las escaleras de su casa cuando pasé por ella, luego cuando se ensució los labios con salsa durante la cena y una aceituna asesina fue a parar a mi hijo y en el puente quedé completamente cautivado por su belleza, su sencillez y espontaneidad al expresar sus pensamientos en voz alta sin darse cuenta.




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