Wolfsbane

Frene De Repente

Una semana, pasó una semana después de su muerte y aún sigue doliendo como una daga en el corazón que se retuerce. Aunque ahora es más soportable duele y nunca va a dejar de doler. Tracy y yo hemos discutido y aunque quisiéramos evitarle el dolor tiene derecho saberlo. Empacamos nuestras cosas al igual que lo Woods quienes insistieron en acompañarnos igual no nos oponemos pues su compañía nos trae alivio a las dos. 

Megan, Tracy y yo bajamos a desayunar, la señora Woods siempre nos recibe con cariño y nos trata como parte de la familia. Conocí al señor Woods, con solo verlo podría decirse que es un hombre frío, pero nos trata a mí y a mi hermana con paciencia y compresión. Me sorprendió ver sus esfuerzos por tratar de convivir con sus hijos y aunque ellos no lo notan parece un hombre que tuvo un mal pasado y cometió muchos errores y ahora quiere remediarlos. Trata a su esposa como su tesoro y hace su mejor su mejor esfuerzo para acercarse a sus hijos. Para mis ojos parece un hombre que quiere cambiar.

Luego del delicioso desayuno de Amelia volvimos a arriba para bajar las maletas, aunque solo eran pocas cosas, guardamos todo en los autos y por todo me refiero a ropa sucia y otra que la señora Woods muy amable nos regaló. El día todavía no amanecía eran las tres de la madrugada, así podremos llegar para las seis de la mañana. El señor Woods nos dio una camioneta para que pudieramos caber todos sin ninguna molestia.

Miré a Ethan venir con las llaves en su mano.

—Yo manejare — el me miro sorprendido he preocupado.

—¿Estás segura? — asentí.

—Está bien, pero si te sientes cansada o algo me avisas y así cambiamos — volví a asentir.

El acaricio mi mejilla con su mano mirándome a los ojos tratando de descubrir algo en ellos, pero él sabe la razón. Me regalo una sonrisa y se acercó conectando sus labios con los míos provocando que me perdiera en su delicioso sabor y no pudiera pensar más que en nosotros dos. Pero por desgracia el momento nunca puede durar mucho por la falta de aire, cuando sus labios se alejan el hechizo termina. Los chicos terminan de despedirse de sus padres y suben al auto para luego yo encender el motor y pisar el acelerador.

(...)

Eran cerca de las cuatro de la madrugada, Tracy a mi lado dormida en el asiento de copiloto al igual que los demás. Me concentré en la carretera y la luna medio llena, pero sin importar mis esfuerzos las imágenes volaban a mi cabeza.

Yo y el jugando en el patio con Tracy, la primera vez que tuvimos nuestra primera transformación y cada momento en el que él nos apoyó. Frene de repente al darme cuenta de que tengo la vista borrosa de las lágrimas resbalando por mi mejilla y el dolor en el pecho que no me deja tranquila. Siento como si me estuviera sofocando y salí de inmediato del auto, inhalando y exhalando camine hasta estar enfrente del auto y sentarme en el parachoques limpiando las lágrimas de mi rostro. El aire frío acaricia mi piel y llena mis pulmones permitiendo despejar mi mente.

Aunque no lo quería enfrentar, enfrentar la vida sin que él esté ahí, me siento desprotegida. La figura de héroe y protector que él era para mí se había desvanecido y es como si las crueldades del mundo me están atacando. Inhale y exhale repetitivas veces logrando calmarme a mí misma. Escucho una de las puertas abrirse y cerrarse luego unos pasos acercarse cuando volteo me encuentro a Noah despeinado con apariencia de recién despertado y me observa preocupado.

—¿Pasa algo? — no dije nada, pero no oculté mis ojos llorosos.

—¿Quieres hablar conmigo? — negué.

—¿La pequeña Sullivan no quiere hablar con Mike Wasouski? — logró sacarme una sonrisa y al verla se acercó más.

—Alex soy tu mejor amigo puedes confiar en mí — tomé aire antes de volverlo a ver a los ojos e hice una sonrisa forzada.

—Lo extraño.

 

 




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