Mi pequeño demonio "Actualizada"
Mi pequeño demonio
Capítulo 31 Sed de venganza
Capítulo 32 Ya nada podrá separarnos
+18
En proceso
En venta por suscripción 1.60 USD
¡Mañana gran capítulo final!
Adquierela ahora al precio actual antes de que pase a venta como libro completo, a un costo de 1.80 USD.
Fragmento Cap. 31:
—Buenas noches, Conrad, está Phillips en su apartamento.
—Sí, Señor, no ha salido en todo el día —me responde cortés— ¿Desea que lo anuncie?
—Gracias, no será necesario… yo me encargo.
Subimos al elevador y no puedo evitar sentirme ansioso. Voy a reventarle hasta el alma a ese miserable, una vez que lo tenga entre mis manos. Y no tengo intenciones de guardarme nada cuando así suceda.
El elevador se detiene y la ira reclama el libre albedrío, para saciarse a su gusto. Salgo del pequeño habitáculo, con paso decidido… voy a descargar todo lo que llevo contenido dentro de mí, con sumo placer.
Toco el timbre, sé que su curiosidad lo obligará a abrirme la puerta una vez que me vea, solo que desconoce las verdaderas intenciones que me han traído a este lugar. Oigo sus pasos cuando se aproxima a la puerta, en este momento debe estar comprobando a través de la mirilla quien es el que ha llegado a visitarlo. Se detiene algunos segundos, tal vez pensando si sea prudente o no, dejarme entrar, instantes después oigo el momento en que el seguro es destrabado… llego el momento de que arda el infierno.
Apenas abre, entro con la misma violencia con la que lo hace un tornado, arrasando todo a su paso y dejando atrás solo destrucción y devastación.
—Maldito hijo de puta.
Sin previo aviso, suelto el primer puñetazo contra su rostro, con tal ensañamiento, que el hueso de su nariz cruje con estruendo. Lo hago retroceder algunos pasos mientras eleva las manos hacia su cara, como una reacción natural de protección.
Me abalanzo sobre él, sin darle tiempo a recuperarse del primer golpe y conectó un par más, que van directo a su boca y a uno de sus pómulos. Lo escucho gritar como a un maldito marica, rogando por ayuda… tal como lo hacen los cobardes.
—Maldito miserable… ¿pretendías tenderme una trampa usando a tu puta prometida, solo para separarme de mi mujer? —le grito lleno de ira, al tiempo que lo tomo del cuello de su camisa que ahora ha cambiado de color, debido a la cuantiosa cantidad de sangre que emana de su nariz y su boca— ¿Crees que iba a permitirte que lo hicieras?
Vuelvo a golpearlo una y otra vez, hasta que los nudillos de mis manos comienzan a dolerme. Intenta devolver el golpe pero no se lo permito.
Fragmento Cap. 32:
—Déjame llamar a emergencias y pedir atención para él —le digo cauteloso—, será mejor que lo hagamos cuanto antes.
Me mira con recelo y mucho odio, sé que no será fácil convencerla.
—¿Quieres que confíe en el hombre que lo ha dejado en ese estado? ¿Acaso me crees estúpida? —me grita llena de ira—, intentaste matarlo, así que te haré pagar por todo el daño que le hiciste.
Sus manos temblorosas, se alzan con la pistola entre ellas, el momento es dramático y nuestras vidas penden de un hilo.
―Baja el arma, Nicoleth, estoy seguro de que no quieres convertirte en una asesina ―espero convencerla sobre todo luego de lo que acabo de hacer con su amante―, sé que soy el causante de este desastre, pero tengo suficientes razones para haberlo hecho y sé que si estuvieras en mi lugar también habrías hecho lo mismo, sobre todo cuando esa persona es la responsable de que uno de tus seres queridos estuviera a punto de mor…
No termino de pronunciar la frase cuando una detonación impacta contra mi cuerpo. Todo comienza a moverse lentamente a mi alrededor, cuando observo a Chris abalanzarse valientemente sobre ella, para someterla y arrancarle el arma. Llevo una de mis manos a la zona en la que la bala se alojó, mientras caigo de rodillas al suelo y desvió mi mirada para ver como la sangre comienza a brotar rápidamente, dejando una gran mancha roja sobre la chaqueta, que poco a poco se extiende a medida que avanzan los segundos.
No sé, que tan grave sea la herida, pero solo me preocupa morir y dejar sola a mi pequeña princesa, no ha sido suficiente lo que he podido disfrutar junto a ella y deseo con todo mi corazón conocer a mi hijo y verlo crecer a mi lado, para guiarlo a través del camino, bajo mi cuidado y protección.
1 comentario
Es necesario iniciar la sesión en su cuenta para poder dejar un comentario
IngresarOh mi señor abel ven rapido para atenderte
Katerin Galindez, Jajajajajajajajajajaajajajajajaja cualquiera lo haría
Eliminar comentario
¿Está seguro de que desea eliminar el comentario?
Eliminar CancelarEl comentario se eliminará de forma permanente.
Bloqueo de comentarios
¿Realmente quiere prohibir a comentar?
Prohibir Cancelar