Satanás - Actualizado
¡Hola! Hola.
Cambio de planes, queridxs lectorxs. Como sé que aman "Satanás" He decido adelantar su actualización para hoy.
Entonces la actualización correspondiente a "Elegida· quedaría para mañana por la tarde.
Bueno pues...
Acabo de publicar "CAPITOLO CINQUE" de mi historia 'Satanás'
Aquí el corto resumen:
CAPITOLO CINQUE
April Smirnov
Si bien era de las personas a las que se les hacía difícil llorar o suplicar por algo ahora no me reconocía. No era yo, ni siquiera debí haber permitido que él me tocará, mucho menos que me golpeará. Jamás creí que alguien podría sacar de mí ese lado sumiso, debíl que toda persona oculta en su interior, pero cuando no debío pasar paso, tuve miedo, miedo de las reacciones de mi cuerpo, miedo de lo que estaba pasando, miedo de él, miedo a romperme frente a mi enemigo. Como era de esperarse a todo lo que le tenía miedo ahora es muy real.
- ¿Mi señora...? - pregunta una joven a un lado de la bañera - Señora, ¿Esta bien? - pregunta con preocupación en su voz.
'Si algo me pasase él los lastimaría a ellos, ¿Cierto?' - me pregunto mirando a la nada.
Sus golpes fueron demasiado fuertes y repetitivos.
Mi espalda, hombros y brazos arden,
Duele como el infierno.
«Este es el infierno. ¿Lo olvidaste acaso?» - niego con la cabeza, paso mi mano por uno de mis brazos, lo sobo como si no estuviera limpio ya, las lágrimas vuelven acumularse en mis ojos.
- Señora, por favor no haga eso, si el señor ve una sola marca en su cuerpo, nosotros... - tapa su boca con la mano - ¿Puede salir de ahí ahora? Debo limpiar sus heridas - asiento como puedo, ella se aproxima un poco más a mí, me tiende una toalla, la recibo y al salir de la bañera tapo con ella mi cuerpo - Sigame la llevaré al cuarto del señor - con esa sola mención, mi cuerpo se tensa y mis manos tiemblan. Si, definitivamente esto es tener miedo.
- ¿No hay una habitación vacía aquí? Es un lugar bastante amplio debe haber alguna para mí - no le miro solo espero su respuesta.
- Esta en lo correcto, mi señora, pero el señor dió una orden y debo seguirla. Disculpe - dice haciendo una reverencia después.
- No es necesario que hagas eso - pido, ayudandola a levantarse - Si no hay más remedio, supongo que debo conformarme.
- Mi señora, es mi amable - sonríe, caminando a mi lado - Escuche que será la esposa del señor. Eso sería realmente muy bueno mi señora - manifiesta, no obstante mi atención esta centrado en la paredes y puertas. Todo aquí es blanco, como si no tuviera vida.
- Supongo que si eso llega a suceder me mantenderá encerrada bajo su sombra - enuncio tratando de no sonar fría.
- Si eso hiciera que no te fueras tal vez - dice el que de ahora en adelante estoy segura será el dueño de mis pesadillas.
- Señor - pronuncia, la chica detrás de mí, poniendose de rodillas en el suelo. Me agacho y la tomo del brazo - ¿Mi señora, qué hace? - cuestiona mirando al hombre en frente de ambas.
- Vamos, levantate - pido jalando de su brazo, pero ella se rehuza a levantarse haciendome tropesar con mis propios pies y aterrizando en el suelo. ¿Qué esperaban, qué el maldito amortuguara mí caída? No sean ilusos.
Eso es todo por hoy.
Se los quiere.
Hasta la próxima.
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