¡Alerta Spoilers! Secretos Perversos

Y pues no soy obligada a sufrir sola...

Aquí les traigo un poco de lo que sea el caps de hoy (risas malvadas)

Pd: más les vale que no me dejen tirada.

Coloca dos dedos en el puente de su nariz. No responde.

—No, antes yo creía que eras estúpido, ahora pues tengo certeza —añado con una risita de burla.

—¡Basta! —grita.

Doy un pequeño salto del susto.

—¡No me grites! —ordeno.

—Busca un lugar para meter esa nariz, aquí nadie pidió tu opinión, mucho menos tu advertencia —alega.

Con la poca claridad de la habitación, sus ojos están más oscuros que nunca, parecidos a un pozo sin fondo.

De pronto algo en mí prendió, es una sensación que no puedo explicar con palabras. Jamás lo había visto como hombre, jamás sentí atracción hacia él.

O sea, estamos hablando de Boran…

Pero ahora, ¡ay! ¿Qué me pasa?

Erguí mi cabeza dispuesta a salir de aquí. Haber tomado hasta el agua del florero estaba pasando factura, es la única explicación fiable que encuentro.

—Una vez burro, siempre burro —afirmo caminando.

Al pasar por él, me toma del brazo y me hace voltear para mirarlo.

—Que sea burro o no, no es de tu incumbencia. Y ahora más te vale que olvides esto, nunca viste nada y nunca tuvimos esta conversación —espeta.

—Tú no me das órdenes, no eres absolutamente nadie —desafío—. Pero en algo tienes razón, no debí perder mi tiempo con un estúpido como tú —añado.

Aprieta los dientes, y sin esperarme, me toma del cuello con una mano, sus dedos presionan mi yugular.

¡Demonios! ¿Qué me pasa? A estas alturas debería estar gritando de miedo en lugar de apretar mis muslos entre sí.

¿Será la bebida?

Nuestros cuerpos están demasiado cerca uno del otro. Siento un calor recorrer cada rincón de mis extremidades, mi corazón palpita con fuerza. Su toque arde y…

¡Maldición! ¿Qué me está pasando? O no, volveré a formular esa pregunta. ¿Qué nos está pasando? En plural porque él también está con la respiración agitada.

Sus ojos me hipnotizan, aun así, nos enfrentamos con la mirada, ninguno está dispuesto a ceder primero.

Como una polilla a la luz, mi cuerpo es atraído hacia el suyo. El encuentro fue más rápido porque él también venía para recibirme.

Continuaremos...