DESCUENTO ACTIVO AHORA, SEDUCIENDO A MI JEFE
—Pero mira nada más como estas!—se quejó Valentina, cuando estuvo frente a él.
Arturo estaba recostado en uno de los muebles de bar. El gerente de aquel establecimiento la llamo para que fuera a por él, ya que el rubio se hubo puesto impertinente y hasta quiso pelear con otro caballero.
—¡Tú aquí, abogada!— escucho una voz varonil Valentina, detrás de ella aquella vez que la irritó de inmediato.
Valentina giro y lo vio nuevamente, aquel hombre con un porte imponente. Sin embargo, no le respondió y continuo con el rubio, que estaba completamente ebrio. En donde el rubio estaba muy ajeno a lo que acontecía a su alrededor.
A Valentina le dolía muchísimo verlo en aquel el estado deplorable; ella aún lo amaba con todas sus fuerzas, pero había tenido que conformarse todo este tiempo con ser únicamente su amiga, cosa que le era difícil. Sabía que su amor era prohibido. Sin embargo, que podía hacer, lo amaba con todo su ser. Tanto que si él le diera una mínima esperanza, no lo pensaría dos veces para aventarse a sus brazos.
—Aboga, no cree que es de mala educación no devolver el saludo —reclamo con voz irritada, el sujeto alzando una ceja.
—No me intensa lo que usted piense y menos de pues de su propuesta indecente —contestó la rubia, furiosa, recordándolo una semana antes, como se presentó en su cuarto después de que Arturo se marchara del hotel.
Tú sabes quién soy —sus palabras sonaron las peligrosas la rubia lo miro por encima del hombro y esto lo enfureció aún más.
Claro que sé quien es, por lo tanto, no me interesa tener nada que ver con usted —le dejo las cosas claras, pero al peligro no le agrado escuchar aquello, ya que la tomo del brazo y la atrajo hacia él con violencia.
— Te quiero en mi cama—sentencio clavándole aquella mirada oscura que causaba miedo—, cueste lo que cueste—pronuncio—. Así que va a colaborar a las buenas conmigo. Porque por las malas soy implacable y no te va a gustar mi lado oscuro.
La rubia quiso soltarse, pero él se lo impidió, susurrándole que si no deseaba que todo ese lugar se llenara de sangre, se quedara tranquila. Entonces esta no tuvo más que obedecer.
— No soy de los que se dan por vencidos tan fácil y mucho menos acepta un no por respuesta —sonrió son una sonrisa oscura —y hasta que no consiga lo que quiero de ti —hizo una pausa y la miro atentamente— estarás en peligro. No descansaré. Porque pienso cobrarme con creces lo que me hiciste, abogada —dijo y la soltó.
No le tengo miedo —lo enfrentó, valientemente como siempre hacía con aquellos que querían intimidarme.
— Es mejor que lo tengas —le aconsejo — ten presente que te tengo vigilada y que cada paso que des puede desatar un caos — declaro y se marchó antes de que ella pudiera manifestar una palabra.
—Pues si tenemos — declaro Valentina a modo profesional —, dígale a su hermana que mi cliente y yo impondremos una demanda, por abandono de hogar y por violación de los derechos de mi cliente, al negarle su paternidad y mantener al menor incomunicado de su progenitor durante cinco años —dijo la rubia abogada, dejando pasmada a la rubia, ya que todo lo que decía sonó peligroso.
—Eres un desgraciado —le grito Amanda como una fiera —después que le destruiste la vida ahora quieres quitarle a su hijo.
—Yo solo quiero que ella parezca y me permita compartir con mi hijo.
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