EN MI DESTINO
Prologo
Estas son las mañanitas que cantaba el rey David a las muchachas bonitas se las cantamos así, despierta mi bien despierta mira que ya amaneció, ya los pajarillos cantan la Luna ya se metió, qué linda está la mañana en que vengo a saludarte, venimos todos con gusto y placer a felicitarte, el día en que tú naciste nacieron todas las flores.
—Mamá, papá, abus —saludo soñoliento y con una sonrisa de oreja a oreja.
—Mi niña hermosa, hoy no es un día cualquiera es tu cumpleaños número dieciocho —dice mi madre, en esos instantes recibo abrazos y besos de todos lados.
—Gracias por su amor y cariño por todos estos años, nunca los decepcionare.
—Niña tonta, mamá, papá y tus abuelos te adoramos, estamos orgullosas de tenerte como hija. Serás una doctora excelente como tu madre. Papá mueve la cabeza y sonríe ante el comentario egocéntrico de mamá.
—Así es mi amor, estamos orgullosos de ti —pronuncian mis abuelos y me dan un beso en la frente.
Los amo adoro —digo mientras yo los abrazo fuertemente.
—Bien… —dúchate, cámbiate y baja a desayunar con nosotros.
—Está bien mamá, debo apresurarme porque hoy llegan los hijos de tío Fernando y de tío Noé.
—Ok mi niña, te dejamos alistarte. Te esperamos abajo.
Todos salen de mi habitación y yo corro a meterme al baño, me ducho rápido y me cambio, un hermoso vestido rosa bebé acompañado de unas valerinas. Camino hacia el jardín donde observo a mis familiares más cercanos con un delicioso desayuno, mi teléfono no deja de sonar y recibir felicitaciones de muchos amigos y familiares cercanos.
Vayamos a la entrada, tengo un regalo —dice mi padre.
Todos nos ponemos de pie y lo seguimos a la entrada. Literal mi mandíbula cae al piso al ver el hermoso deportivo color rojo delante mío… —Papito guapo…. ¡Gracias! —grito efusivamente, lo abrazo y beso.
Llega la noche y con ello la llegada de Noah, Adriano, Alexa y Cassandra. Saludan a mis padres y abuelos.
—¿No vino con ustedes Santiago? —pregunto al no notar su presencia y mucho menos me escribió para saludarme por mi cumpleaños como lo hace todos los años.
—Santi llego hace tres días a Madrid, pensé que ya lo habías visto —responde Alexa.
—No tenía idea que Santiago estaba en Madrid, pero no es momento de pensar en eso. Todos listos para ir a la disco a celebrar mi cumpleaños —grito entusiasmada, aunque en mi corazón sienta un pequeño fastidio más no logro entender la razón.
—Listos chicos, yo los llevo —se ofrece mi padre y todos nos miramos entre sí.
—Tío prometo que cuidare a los chicos, no te preocupes —interviene Noah.
Le pongo caritas a mi padre y al final acepta. Todos nos montamos en los autos y nos dirigimos al bar que está de moda, nos pedimos un box solo para nosotros, en unas horas más se unen algunos amigos de la universidad.
—No sé ustedes, pero yo necesito poner en movimiento este cuerpecito —dice Cassandra y de un tirón se lleva a Adriano a la pista de baile. La cara de Adriano es un poema y nosotros nos matamos de la risa.
—Santiago está en camino —susurra Alexa en mi oído.
—Genial, es lo único que respondo y comienzo a bailar en el mismo box junto a mis amigos, tragos vienen tragos van. La noche se pone muy alegre y entretenida.
Pasan las horas y ya comienzo a sentir dolor en mis piecitos, corro a sentarme y me encuentro con unos hermosos ojos verdes, que me miran fijamente.
—Santiago —digo mientras me siento a su costado.
—Hola pequeña, feliz cumpleaños —responde y me da un beso en la mejilla.
Puedo percibir el olor a alcohol, ¿Estuviste tomando? —pregunto.
Un poquito —responde con palabras arrastradas. Me sorprende verlo en ese estado, que yo recordará él no era de tomar.
De un momento a otro lo jalo a la pista de baile, saco valor del alcohol que tome y comienzo a menear mi cintura, ambos estamos ebrios por completo. La bulla, las luces, la gente y todo comienza a dar vueltas.
Despierto y siento un fuerte dolor de cabeza, me muevo lentamente y abro mi boca al verme completamente desnuda, al costado mío esta Santiago completamente desnudo y trago saliva, él está dormido. Me llevo la mano a la boca, me muevo para salir, pero las piernas me duelen y siento un pequeño ardor entre mis piernas.
«¿Qué diablos paso?»
Observo a Santiago moverse y me apresuro en cambiarme, salgo de aquella habitación sin ver atrás, no recuerdo cómo demonios llegue a este lugar ni donde estoy, ni qué demonios paso.
Al llegar a casa me adentro a hurtadillas, evitando encontrarme con mis padres. En el cuarto encuentro a Alexa.
—¿Dónde estabas? ¿qué paso?
—Ni me lo preguntes es una larga historia —digo algo apenada.
—¿Estas bien? ¿Adónde fuiste?
—Estuve por ahí, pero estoy bien —digo poniendo mi mejor sonrisa.
Tres días después de mi cumpleaños y no sé nada de Santiago, creo que nadie se dio cuenta que yo me fui con él porque nadie me pregunto nada y tampoco hubo comentarios al respecto. De algo estoy segura es que me acosté con Santiago porque supe por Alexa que Santiago tenia departamento propio en la zona de donde desperté.
—Tenemos visita —dice mi madre y detrás suyo observo aparecer a Santiago tomado de la mano con una guapa joven.
Arrugo el entrecejo al verlos. Los demás chicos llegan hacia dónde estamos y saludan a Santiago y a la mujer llamada Marcela.
—Feliz cumpleaños atrasado, disculpa por no dártelo antes, ese día llegue tarde y no recuerdo a qué horas me fui —pronuncia Santiago y me entrega una cajita de terciopelo, dentro suyo hay una cadenita con un dije de estetoscopio.
—Gracias —musito débilmente.
Al final escucho la conversación tratando de ubicarme y saber que está pasando, ¿acaso Santiago no recuerda nada? —es lo único que me pregunto mientras lo miro fijamente.
—Chicos les comunico que me caso con Marcela, ella por fin acepto —dice Santiago de un momento a otro y toma de la mano a su novia, le deposita un beso en los labios y yo siento una presión tan fuerte en el pecho que no entiendo qué demonios significa e intento asimilar lo que está sucediendo.
Santiago no menciono nada de lo que paso esa noche y eso me sorprende, no sé si está fingiendo o sinceramente no lo recuerda, pero de algo estoy segura es que nunca mencionare lo que paso aquella noche, será mi mayor secreto.
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2 comentarios
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Muy bonita novela
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