Descuento Activo de Secretos Oscuros, leelo
Buenas buenas bombones.
Un fragmento de esta novela llena de humor, bastante picante y sin duda apasionante.
Él es un doctor, profesor de la facultad de medicina, y ella una de sus alumnas más inteligentes. Su arrogancia y la boca suelta de ella nunca se van a llevar bien, sumemos a todo esto que ya fue suya (o casi) sin saber quién era.w
(...)El hombre grita, comienza a sudar y a respirar agitado, observo su rostro que ahora está cubierta por una hinchazón severa.
¡Por la tecnología de la baticueva!
Jesús amado, ¡el hombre es alérgico a la pimienta! Está entrando en shock.
Ay mi señor, lo voy a matar, Dios lo voy a matar.
Tiro mi cartera en el suelo y lo sujeto a que no caiga, ya ni habla. Ayudo a que se acueste en el sillón coloco una almohada bajo su cabeza, me inclino hacia él, su colonia me invade y hace cositas en mi interior, bueno, más tarde les cuento sobre eso, porque no está bien, mucho menos el momento.
Aflojo su corbata, abro su camisa, él intenta hablar, pero no le sale ninguna palabra.
¡Mamita del cielo! Ya lo maté, tomo su frecuencia cardiaca y va en disminución.
«Diosito soy yo de nuevo, por favor que no se muera, por favor, cuando dije se vaya donde quiera, no me refería a que lo mandes al infierno. Diosito, no te hagas del tonto, ya ayúdame a llevarlo vivo al hospital».
Mientras hablaba con ese Señor, marco a emergencias y le abro toda la camisa, me odio por lo que voy a decir, es que es precioso, su abdomen es bien definido…
Su agarre fuerte a mi mano, me devuelve a la realidad. Me apunta con la mano por su escritorio.
Respiro profundo y me pongo a modo doctor de inmediato.
—¿Tienes una epinefrina? —pregunto esperanzada, esa es mi carta de salvación, o el suyo en el caso.
Asiente con la cabeza débil. Corro hasta donde me indicó, abro cajón por cajón hasta dar con un kit de medicamentos, tomo el inyectable y se lo aplico.
Ahora mismo su atractivo rostro no pasa de un globo, eso del atractivo no sé desde cuándo me parece, pero ya dejémoslo ahí.
El medicamento hace efecto y vuelve a respirar normal, el problema es para saber si está con los ojos abiertos o no, pues no da para distinguir.
—Ya están llegando los paramédicos, solo resiste un poco más ¿sí? —hablo con calma.
Pura falsedad, estoy más que desesperada no quiero que se muera, no quiero irme a la cárcel, estoy a punto a de llorar.
«Gracias por no mandarlo a volar, y la próxima vez por favor tenga en cuenta que hablo en sentido figurativo ¿vale?».
—¿Con quién hablas? —su voz sale en un murmullo...
Secretos Oscuros
1 comentario
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IngresarHola, compré el libro y no puedo seguir leyendo no muestra nada
Eva Restrepo, Prueba actualizar mami, en todo caso cuál es el método de pago que usaste?
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