UNA REBELDE SIN CAUSA
¿Ya la has leído?
La novela que inicia un viaje histórico a Londres de 1850.
Una dama indomable
Un marqués meticuloso
Un beso pasional que lo cambia todo.
Escrita en el 2017 cuando me dije: me gustaría crear mi propio mundo literario. Un largo viaje que me ha llevado a escribir 5 libros más de la serie entre mis responsabilidades académicas al estudiar una carrera universitaria exigente y mi anhelo de ser escritora. 6 Libros hasta ahora que son algunos de los muchos que vendrán.
Recordemos el primer encuentro de Antonette y Johann.
—¡Oh, milord! Juro que no ha sido mi intención —dijo la jovencita de pelo grueso ondulado en un color castaño oscuro que combinaba perfectamente con sus ojos. Ella de verdad no mentía, estaba huyendo de su madre, incluso la había perdido de vista cuando ese hombre, bien parecido, tenía que reconocerlo, se le cruzó en medio, echando todo a perder.
—¡Lord Harrington! ¿Se encuentra usted bien? —una de las damas se le acercó.
Antonette se quedó mirándolo bastante perpleja.
—Solo es un poco de vino en su ropa, ni que le hubiese ocasionado una lesión de alto cuidado —mencionó sin rodeos.
Johann no podía creerse lo que había dicho, y la mujer tampoco porque no se quedó callada.
—¡Por Dios santo, señorita Lensterwood! ¿Qué modales son esos?
—Señora Phillips con todo respeto dudo mucho que usted sea la más adecuada en decir eso.
Antonette conocía perfectamente cómo era esa mujer, quien escondía su verdadera forma de ser. Era dada a ver a la gente que no era de su mismo círculo por debajo de los hombros.
—Es tan… ¡Grosera! —exclamó bruscamente, resoplando mientras se marchaba, mejor debía dejar las cosas hasta ese punto, no quería que el marqués escuchase algo equivocado.
La estabilidad económica de su familia dependía de que su hija, considerada muy bella por la sociedad inglesa, encontrase un pretendiente rico, y porque no, bastante atractivo. Sólo por esa razón se retiraba, no porque se considerase cobarde para permitir los insultos de esa chiquilla ingrata y mal hablada que no respetaba a los mayores.
—Con su permiso, señorita, yo también prefiero retirarme —añadió Johann desinteresado y todavía notoriamente molesto, con solo abrir su boca se dio cuenta que James tenía razón.
Esa muchacha era sinónimo de problemas.
—Espere… Puedo pagarle por el lavado de su ropa.
—¡¿Disculpe?!
—Cuando una persona comete un error lo propio es tratar de enmendarlo, por eso le propongo pagar los gastos de su ropa. Es un trato justo, ¿no cree?
—¿Sabe usted con quién está hablando, señorita? —continuó con un tono de queja.
—Es el marqués del que todos hablan en el periódico. Heredero al ducado de… ¿Couvert? —dijo, dubitativa. De verdad no recordaba todo el artículo de la revista.
—Cambridge —la corrigió.
—Sí ese mismo, entonces, ¿qué le parece?
—No proponga tan malas ideas, señorita.
—Y un baile, ¿es un precio razonable?
—Lo siento, pero debo retirarme —fue lo último que le comentó antes de irse sin más.
—Uy… ¡Ese hombre es un pretencioso y mezquino! —apretó su puño, enojada.
3 comentarios
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IngresarMe encantan los personajes y la historia que escribes. Te sigo desde Wattpad y ahora aquí estaré para apoyarte, suerte ?
irais huerta, Muchísimas gracias, reina, por seguirme ❤️
Fabulosa historia, no puedes parar de leer
Si ya la leí
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