Capítulo final y epílogo de "Hecha para ser suya"

Empiezo a avanzar por el largo pasillo que me conduce al altar,  puedo sentir la mirada de Jarhed sobre mí, levanto mis ojos para mirarlo y veo un par de  lágrimas brotar de sus ojos.

Prosigo mi avance en forma decidida, porque sé que camino hacia mi lugar seguro, hacia mi amor, hacia mi verdad, hacia los brazos del hombre que amo, sin dudas, sin miedos, sin temores.

Al final, el amor siempre triunfa.