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Escribo amores extraños, sí, tan extraños que, dependiendo de cómo seas, te hacen cínica o te hacen sonreír entre lágrimas. Amores que se confunden en los internos espíritus. Te interrogan y nunca te dejan ver si serán amor o sólo placer. Amores frágiles, prisioneros, cómplices, amores problemáticos como tú y como yo. Tan extraños que viven negándose y escondiéndose. Amores que llevan la aventura de lo ilógico, la locura de lo mágico, un veneno sin antídoto y amargura de lo efímero.
Te invito a que vivas las letras al leerlas así como las vivo al escribirlas.
Te invito a que vivas las letras al leerlas así como las vivo al escribirlas.